La vacunación de refuerzo contra el COVID-19 está vinculada a un mayor riesgo de inflamación cardíaca entre los adolescentes, según un estudio reciente que utilizó datos de varias naciones nórdicas.
El estudio revisado por pares, publicado el 15 de febrero en la Revista Europea de Cardiología, evaluó el riesgo de miocarditis entre personas de 12 a 39 años después de recibir la vacuna de refuerzo ARNm. contra el COVID-19.
La miocarditis se refiere a una inflamación del músculo cardíaco, el miocardio.
El estudio analizó datos de 8.9 millones de adultos jóvenes de cuatro naciones: Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia. En total, se identificaron 1533 casos de miocarditis, concluyendo que «la dosis de refuerzo está asociada con un mayor riesgo de miocarditis en adolescentes y adultos jóvenes».
Entre los hombres, una tercera dosis de la vacuna Pfizer o Moderna se asoció con una «mayor tasa de incidencia de miocarditis» dentro de los 28 días posteriores a la inoculación en comparación con un período más largo después de la segunda dosis.
El estudio señaló que la asociación de la miocarditis con las vacunas de ARNm contra el COVID-19 apareció «más fuerte en adolescentes varones y hombres jóvenes y después de la segunda dosis».
El estudio fue elaborado por 12 expertos del Instituto Noruego de Salud Pública, la Agencia Sueca de Productos Médicos, el Instituto Serum de Dinamarca y el Instituto Finlandés de Bienestar y Salud.
Aumento significativo de casos
Los casos de miocarditis entre individuos vacunados en Estados Unidos aumentaron drásticamente dentro del primer año de la campaña de vacunación contra el COVID-19, según un estudio publicado a finales de enero que examinó datos del Sistema de Notificación de Eventos Adversos a las Vacunas (VAERS por sus siglas en inglés).
«Encontramos que el número de informes de miocarditis en VAERS después de la vacunación contra el COVID-19 en 2021, fue 223 veces mayor que el promedio de todas las vacunas combinadas durante los últimos 30 años. Esto representó un aumento del [2500 por ciento] en el número absoluto de informes en el primer año de la campaña al comparar los valores históricos anteriores a 2021», afirmó el estudio.
Aproximadamente el 50 por ciento de los casos de miocarditis ocurrieron entre jóvenes y el 69 por ciento de los individuos afectados fueron hombres. De un total de 3078 casos de miocarditis inducida por vacunas contra el COVID-19 hasta agosto de 2023, el 76 por ciento resultó en atención de emergencia y hospitalización, y el 3 por ciento falleció.
Se están publicando nuevos estudios que analizan la reducción del riesgo de miocarditis al vacunar a adolescentes contra el COVID-19, lo que parece confirmar el hecho de que existe tal riesgo debido a las vacunas.
Un estudio del 14 de febrero en la revista Vaccines encontró que extender el intervalo entre la primera y la segunda dosis de las vacunas de ARNm contra el COVID-19, conduce a un 66 por ciento de «menor riesgo de carditis incidente entre los adolescentes».
La carditis es el término general para la inflamación del corazón.
El estudio se refirió a los adolescentes como una «población vulnerable», mientras señalaba que «estudios anteriores indican un mayor riesgo de carditis entre los adolescentes después de la vacuna de ARNm contra el COVID-19 de dos dosis».
COVID-19 y miocarditis
Con respecto a la miocarditis, se ha sugerido que las infecciones por COVID-19 son una mayor causante del padecimiento que las mismas vacunas.
Por ejemplo, un estudio publicado por el Colegio Americano de Cardiología en 2022 dijo que «en general, el riesgo de miocarditis es mayor después de la infección por SARS-CoV-2 que después de la vacunación contra el COVID-19».
El Dr. Daniel Jernigan, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), testificó recientemente en una audiencia del Subcomité Selecto de Supervisión y Rendición de Cuentas del Comité de la Cámara sobre la Pandemia del Coronavirus. En su testimonio, el Dr. Jernigan afirmó que el riesgo de contraer miocarditis es «mucho menor entre los vacunados que entre los no vacunados».
Por otro lado, el cardiólogo Peter McCullough cuestiona la afirmación de que las infecciones por COVID-19 causan miocarditis.
En una publicación en su sitio web, describió este argumento como «una justificación retorcida para distribuir vacunas contra el COVID-19 y, de manera pervertida, crear más miocarditis en la población”.
Agregó: “Si la infección por SARS-CoV-2 causara miocarditis o inflamación del tejido muscular del corazón, se vería en la autopsia de casos fatales de COVID-19».
El Dr. McCullough citó un estudio de octubre de 2022 que involucró una autopsia de corazones de personas infectadas con COVID-19. Según el doctor, el análisis «concluyó que el virus no infecta el corazón».
El cardiólogo calificó a las afirmaciones de que el COVID-19 infecta el corazón y causa miocarditis de «falsas afirmaciones hechas a partir de datos hospitalarios automatizados y no casos probados por autopsia».
«Las vacunas contra el COVID-19 instalan ARNm en el corazón y la proteína espiga daña directamente e incita la inflamación en el músculo cardíaco, causando la fisiopatología que vemos todos los días en la práctica cardiológica», escribió.
Investigadores de un estudio del 24 de enero que examinaron los ensayos iniciales de fase 3 de las vacunas de ARNm contra el COVID-19 de Pfizer y Moderna encontraron que sus daños estimados «superan ampliamente las recompensas».
Pidieron a los gobiernos del mundo que impongan una «moratoria global» a las vacunas contra el COVID-19 «dado los [eventos adversos graves] bien documentados y la relación daño-recompensa inaceptable».
Los autores también recomendaron una «eliminación inmediata» de las vacunas contra el COVID-19 del calendario de vacunación infantil, señalando que los niños tenían un riesgo muy bajo de infección.
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