Al parecer, los sistemas sanitarios europeos están sufriendo la presión de la variante ómicron de COVID-19, de rápida propagación y altamente transmisible, que ha provocado una escasez crónica de personal en los hospitales en medio del aumento del número de casos.
A pesar de que los primeros estudios indican un menor riesgo de enfermedad grave u hospitalización a causa de ómicron en comparación con la variante delta, que era la predominante anteriormente, se dice que los países de toda Europa están teniendo problemas por la escasez de personal, impulsada por un aumento de las infecciones que ha hecho que miembros clave del personal enfermen o se vean obligados a autoaislarse.
Hasta el 9 de enero, los datos del gobierno del Reino Unido muestran que se han producido 141,472 nuevos casos diarios de COVID-19 en Inglaterra, mientras que 1,217,097 personas han dado positivo en las pruebas del virus en los últimos siete días.
La semana pasada, el Ministerio de Defensa británico anunció que comenzaría a desplegar doscientos efectivos de las Fuerzas Armadas para apoyar a los hospitales del NHS en Londres, en medio de un número récord de casos y de la escasez de personal.
El Ministerio de Defensa dijo que proporcionará 40 médicos de Defensa y 160 miembros del personal de servicio general para apoyar a los hospitales del NHS en toda la capital con una serie de tareas como la atención a los pacientes, el control de los pacientes a su llegada y la realización de controles básicos.
«Ómicron significa más pacientes que atender y menos personal para tratarlos», dijo el viernes en un comunicado el director médico del Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés), el profesor Stephen Powis. «De hecho, alrededor de 10,000 colegas más en todo el NHS se ausentaron cada día la semana pasada en comparación con los siete días anteriores y casi la mitad de todas las ausencias se deben ahora al COVID».
«Aunque no conocemos la magnitud del impacto potencial de esta nueva cepa, está claro que se propaga con mayor facilidad y, como resultado, los casos de COVID en los hospitales son los más altos desde febrero del año pasado, lo que aumenta la presión sobre el personal que tanto trabaja», dijo Powis.
En los Países Bajos, donde las tasas de infección también están aumentando considerablemente entre el personal hospitalario, en particular las enfermeras y los asistentes de enfermería, los hospitales están estudiando la posibilidad de cambiar sus normas de cuarentena para permitir que los empleados infectados que no muestren síntomas vuelvan a trabajar en un esfuerzo por aliviar la escasez de personal, reportó Reuters, citando al diario holandés De Telegraaf.
Una encuesta realizada en ocho grandes hospitales holandeses mostró que, en los peores casos, uno de cada cuatro miembros del personal dio positivo en la prueba de COVID-19 en el periodo previo a la Navidad. En el Centro Médico Universitario de Ámsterdam, el 25 por ciento del personal está dando positivo, frente al 5 por ciento de hace una semana.
En otros lugares de Italia, se han establecido instalaciones auxiliares de apoyo fuera de algunos hospitales de Palermo, Sicilia, para reducir la carga de las salas de urgencias en medio de la afluencia de casos del virus.
Tiziana Maniscalichi, directora de los hospitales Cervello y Civico Palermo, dijo que la mayoría de los hospitalizados con síntomas graves no estaban vacunados.
«Estamos absolutamente bajo presión», dijo Maniscalichi a The Associated Press, «hay al menos 70 nuevos casos al día que deben ser hospitalizados. Nos hemos visto obligados a montar una unidad de urgencias adicional en una tienda de campaña, porque la capacidad de la unidad de urgencias ordinaria no era suficiente».
Por su parte, el sindicato español de enfermería SATSE afirmó en un comunicado que los trabajadores de primera línea, como las enfermeras y los fisioterapeutas, son los más afectados.
Nueve de cada diez fisioterapeutas manifestaron su descontento con las acciones y medidas que se han tomado hasta ahora para reforzar y mejorar el sistema sanitario del país durante lo peor de la pandemia de COVID-19, dijo SATSE, citando una encuesta realizada a los profesionales de área en todo el país.
Rafael Bengoa, cofundador del Instituto de Salud y Estrategia de Bilbao y ex alto funcionario de la OMS, declaró a Reuters que España no había tomado las medidas suficientes para reforzar los servicios vitales y que la presión sobre los sistemas sanitarios sigue aumentando. Sin embargo, mantiene la esperanza de que el final esté cerca en lo que respecta a la pandemia.
«España tiene varias semanas —básicamente todo el mes de enero— de aumento de casos (…) luego esperemos que lleguemos a un estancamiento que baje igual de rápido», dijo, y añadió que no cree que haya una variante más mortal que ómicron.
«Las pandemias no terminan con un gran auge, sino con pequeñas olas porque muchos se han infectado o vacunado (…) Después de ómicron no deberíamos tener que preocuparnos más que por pequeñas olas», dijo Bengoa.
Sin embargo, según los estudios preliminares, es mucho más probable que ómicron infecte la garganta en comparación con los pulmones, lo que la hace menos mortal que las variantes anteriores, pero más infecciosa, lo que puede explicar el aumento del número de casos.
Una versión preliminar de un estudio realizado en animales por investigadores del Grupo de Investigación de Virología Molecular de la Universidad de Liverpool afirma que los ratones infectados con ómicron pierden menos peso, experimentan una neumonía más leve y portan menos carga viral.
Con información de Reuters y The Associated Press.
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