Venezuela se convierte en productor de cocaína bajo las órdenes de Maduro, denuncia ONG

Por Julian Bertone
23 de septiembre de 2019 4:23 PM Actualizado: 23 de septiembre de 2019 4:23 PM

Limitado en las exportaciones de petróleo y en medio de una crisis económica y política, el régimen chavista empieza a posicionar a Venezuela como potencia productora de cocaína.

Así lo denunció Javier Tarazona, director de FundaREDES, a la Fiscalía General de Bogotá, donde presentó mapas y documentos probatorios de la presencia y actividades de grupos terroristas armados en Venezuela.

Tarazona, que se encuentra en medio de una campaña de alertas en Europa y América Latina ante la CIDH de la OEA, la ONU y la Corte Penal Internacional exponiendo las actividades y la expansión de los grupos armados irregulares en territorio venezolano, realizó un número de declaraciones impactantes al diario español ABC.

Venezuela pasó de ser solo un puente para la exportación ilícita de drogas a productor y procesador de las mismas “en cantidades incipientes pero importantes debido a los vínculos que existen entre la narcoguerrilla y el Cartel de los Soles, integrado por la cúpula militar de las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas (FANB)”, declaró Tarazona.

Mencionó a las FARC y al ELN en su papel de “empleadores en la frontera”, junto con la participación de otros 28 grupos armados irregulares en la región. 

“Han expropiado o confiscado fincas y haciendas productoras de ganado. Como la mano de obra venezolana es barata y pagan en dólares entonces tienen un mercado laboral cautivo para sus operaciones ilícitas”, señaló.

La ONG señala que la guerrilla colombiana está presente en al menos 17 de los 23 Estados de Venezuela y que cuentan con el apoyo del régimen socialista de Maduro y se mueven dentro de sus instituciones. 

“Lo peor es que los líderes de las FARC como Iván Márquez y Jesús Santrich, entre otros, operan desde el palacio de Miraflores, la cúpula del poder en Caracas, que los protege y financia, y los trata como ministros con escoltas”, afirma Tarazona.

Hacia finales de abril, la Fundación Redes denunció a la Fiscalía General de Venezuela la desaparición de aproximadamente 230.000 armas y municiones de las guarniciones, polvorines, batallones y cuerpos policiales venezolanos, las cuales estarían en manos de la narcoguerrilla colombiana, según la ONG.

Las denuncias de esta semana apuntan a que el régimen de Maduro participa en la dirección de los grupos terroristas no solo para la producción y tráfico de drogas, sino también para la explotación y protección de yacimientos minerales como los del Arco Minero del Orinoco en el Estado de Bolivar, al sur de Venezuela, un territorio con importantes reservas de oro, coltán y diamante concesionado a contratistas chinos, rusos, palestinos y turcos.

“Estos grupos armados son sanguinarios y decapitan a los que los delatan o roban materiales. Hemos registrado 1200 desapariciones en 2018 y en lo que va de año ya se duplicó la cifra anterior”, asegura Tarazona indicando los peligros a los que quedan expuestas ciertas poblaciones indígenas. 

Miembros del grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia en las montañas de Perija, cerca de la ciudad fronteriza de Cúcuta, el 6 de diciembre de 1999. (Foto de STR/AFP/Getty Images)

El directivo también manifestó su preocupación por la actitud de las instituciones colombianas ante el narcotráfico, a las cuales encasilló de “indiferentes” y a la par de Venezuela.

“Lo que me preocupa es la indiferencia de las instituciones tanto en Venezuela como Colombia en el combate del narcotráfico, lo que ha permitido de cierta forma la expansión de los grupos irregulares criminales”, declaró Tarazona.

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