Nuevos datos de la industria muestran que las ventas de Bud Light se desplomaron en abril tras los llamados a un boicot por parte de los críticos al compromiso de la marca con el influencer transgénero Dylan Mulvaney. Los datos se dieron a conocer después que el director ejecutivo de Anheuser-Busch, Michael Doukeris, culpó a la “desinformación” por la reacción violenta contra la asociación con el influencer.
Los volúmenes de ventas de Bud Light cayeron un 21.4 por ciento en las cuatro semanas que terminaron el 29 de abril, según los números de escaneo minorista citados por Beer Business Daily, que se basaron en datos de Nielsen IQ.
Por el contrario, los competidores de la marca en el mercado de la cerveza ligera registraron ganancias, con un aumento de las ventas de Coors Light del 10.9 por ciento y de Miller Lite del 12.8 por ciento durante el mismo período.
La noticia de la fuerte caída durante todo abril llega inmediatamente después de un informe anterior que mostraba que los volúmenes de Bud Light vendidos en lugares como supermercados y licorerías (los volúmenes de ventas fuera de restaurantes y bares) cayeron un 26.1 por ciento anualizado en la semana terminada el 22 de abril.
“El impactante deterioro de la participación de mercado de Bud Light Blue continuó a buen ritmo durante la tercera semana de abril y, de hecho, empeoró de alguna manera”, escribió Beer Business Daily en un comentario sobre los datos de volumen del escáner de la semana pasada. “Nunca habíamos visto un cambio tan dramático en la participación nacional en un período de tiempo tan corto”.
En general, los volúmenes de ventas de Anheuser-Busch, la empresa que fabrica Bud Light, cayeron un 12.5 por ciento en abril, según mostraron los datos de la industria.
Anheuser-Busch no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Polémica por Mulvaney
Bud Light ha estado lidiando con las consecuencias de su promoción a Mulvaney, un hombre que se identifica como mujer.
Algunos influencers conservadores y varios cantantes de música country han llamado al boicot a causa de la relación publicitaria entre Mulvaney con Bud Light, que incluía una lata de cerveza personalizada proporcionada por la cervecera con la cara de Mulvaney estampada en ella.
Mulvaney saltó a la fama por narrar una transición que denominó «365 días para ser chica».
“Este mes celebré mi día 365 para ser chica y Bud Light me envió posiblemente el mejor regalo: Una lata con mi cara”, dijo Mulvaney en el Día de los Inocentes.
Mulvaney, que tiene más de 10 millones de seguidores en TikTok, publicó una serie de videos publicitando Bud Light y mostrando la lata personalizada, lo que provocó la indignación de los conservadores, algunos de los cuales acusaron a la marca de promover una agenda transgénero y pidieron a la gente que dejara de comprar Bud Light en señal de protesta.
El cantante Kid Rock usó latas de Bud Light como blanco durante una práctica de tiro para expresar su enojo por la campaña promocional, mientras que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, dijo que boicotearía Bud Light.
El expresidente Donald Trump también intervino en la controversia durante el fin de semana, sugiriendo que los boicots podrían ser una forma efectiva de enviar un mensaje a las marcas cuyos críticos dicen que están impulsando una agenda de izquierda.
“Es hora de vencer a la izquierda radical en su propio juego”, escribió Trump en una publicación a través de Truth Social el domingo. “El dinero sí habla, Anheuser-Busch ahora lo entiende”.
¿Boicot basado en “desinformación”?
El CEO Michael Doukeris le dijo al Financial Times en una entrevista reciente que el boicot fue alimentado por «información errónea y confusión» que circula en las redes sociales y que la participación de Mulvaney no era parte de una campaña de marketing de Bud Light.
Doukeris dijo que muchas personas pensaban que la participación de Mulvaney era parte de una campaña publicitaria más amplia de Bud Light, la cual negó.
“Fue una publicación. No era un anuncio”, le dijo Doukeris al medio.
El jefe de Anheuser-Busch también dijo que había videos virales de vallas publicitarias con imágenes de Bud Light supuestamente insertadas “electrónicamente” y “10 millones de personas [estaban] viéndolo y comentando… eso no tenía nada que ver con Bud Light, era como pura creación de redes sociales”.
Dijo que Bud Light nunca planeó producir en masa latas con la imagen de Mulvaney para venderlas al público en general.
La semana pasada, durante una conferencia sobre resultados, Doukeris dijo que Anheuser-Busch triplicaría su inversión en Bud Light durante el verano.
En medio de la reacción violenta, dos ejecutivos de Bud Light, Alissa Heinerscheid y Daniel Blake, se ausentaron, aunque la compañía no dijo si las salidas estaban relacionadas con el fiasco con Mulvaney.
Una entrevista en video con Heinerscheid se volvió viral a raíz de la controversia de Mulvaney. Se veía a Heinerscheid diciendo que quería que Bud Light se distanciara de la imagen de «fraternidad» que ha cultivado para volverse más «inclusiva», una palabra de moda que, según los críticos, indica una adhesión a una agenda «woke».
El director ejecutivo de las operaciones estadounidenses de Anheuser-Busch, Brendan Whitworth, emitió un comunicado a mediados de abril diciendo que la compañía “nunca tuvo la intención de ser parte de una discusión que divida a la gente”, aunque no mencionó explícitamente a Mulvaney o a la campaña.
Más tarde, Anheuser-Busch lanzó un anuncio lleno de simbolismo patriótico, que incluía a la mascota Clydesdale, el caballo característico de la empresa, trotando junto a lugares emblemáticos y personas izando la bandera estadounidense.
El anuncio recibió una respuesta tibia por parte de muchos usuarios en Internet, algunos de los cuales lo enmarcaron como un intento hipócrita de recuperar a los conservadores indignados por la campaña anterior de la marca.
Aunque el presidente Joe Biden no se ha referido a la polémica, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, alegó que los pedidos para boicotear a Bud Light habían provocado amenazas de bomba y que tal situación «tiene que parar”.
“Deberíamos poder hablar, y otros deberían poder hablar, contra el odio y la discriminación”, dijo la secretaria de prensa a los periodistas en una sesión informativa el mes pasado.
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