El gobierno de Biden manifestó este viernes que el viaje del secretario de Estado a Centroamérica fue productivo y que seguirán avanzando en los esfuerzos de una región centroamericana más democrática y en combatir conjuntamente la inmigración irregular.
Así lo manifestó la subsecretaria de Estado interina de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental de EE.UU, Julie Chung, en una conferencia de prensa telefónica en la que se refirió a la visita de dos días que realizó esta semana a Costa Rica el secretario de Estado, Antony Blinken.
«[Blinken] disfrutó de reuniones productivas con contrapartes de toda la región centroamericana, avanzando en nuestros esfuerzos para crear una región centroamericana más democrática, próspera y segura», dijo Chung.
«Esta visita también sirvió para profundizar el enfoque colaborativo de la región ante el desafío compartido de la inmigración irregular», agregó la funcionaria, en referencia a las visitas con los cancilleres de los países centroamericanos, de México y de República Dominicana.
Chung enfatizó en que el enfoque de Biden hacia la inmigración irregular en América Central consiste en colaborar en el abordaje de los problemas que originan el fenómeno, entre los que citó la corrupción, la falta de transparencia y gobernanza.
Por su parte, el enviado especial del Departamento de Estado para el Triángulo Norte de Centroamérica, Ricardo Zúñiga, recordó que la vicepresidenta Kamala Harris visitará Guatemala el domingo y lunes, para seguir profundizando en la búsqueda de soluciones conjuntas a la inmigración ilegal.
Un funcionario, que pidió no ser identificado, explicó que el gobierno estadounidense. está “comprometido” en la región porque “todo lo que pase en el Triángulo Norte tiene un efecto directo en lo que pasa en EE. UU.”, según la agencia de noticias VOA.
La visita de Blinken se produce en un entorno de crisis migratoria para Estados Unidos sin precedentes, la cual provocó que este mes el gobernador de Texas, Greg Abbott, declarara desastre en la frontera sur debido a la crisis humanitaria.
Algunos legisladores republicanos han argumentado durante mucho tiempo que la creciente crisis es el resultado de la medida de Biden de anular varias políticas de inmigración de la era de Trump que ayudaron a frenar el flujo de cruces fronterizos ilegales.
Esto incluye la piedra angular de su predecesor, el Protocolo de Protección a Migrantes (MPP), que puso fin de forma efectiva a la problemática política de “captura y liberación”, frenando significativamente el aumento de inmigrantes ilegales que se vio en la frontera sur en 2019.
El MPP, que estaba en pausa, se dio por terminado oficialmente el martes.
Retomando las políticas de la era de Obama que facilitan la “captura y liberación”, la Administración Biden está volviendo a liberar a los menores no acompañados en el país. Varios legisladores argumentan que la acción de Biden se ha interpretado como una señal para que los posibles inmigrantes viajen a Estados Unidos.
El gobierno de Biden, por otra parte, ha tratado de echar la culpa a la administración del expresidente Donald Trump. El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dijo anteriormente que la Administración Trump había “desmantelado la forma ordenada, humana y eficiente de permitir que los niños hagan sus reclamaciones bajo la ley de Estados Unidos en su propio país”.
Con información de EFE y VOA, y la reportera Janita Kan.
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