El viaje del vicesecretario de Estado, Kurt Campbell, a las islas del Pacífico es «crucial», dijo un especialista en estrategia marítima, mientras los expertos subrayaban la importancia estratégica de la región.
El Sr. Campbell encabezó una delegación estadounidense que visitó Vanuatu el jueves para inaugurar oficialmente una nueva embajada de Estados Unidos, tras asistir a la 53ª reunión de líderes del Foro de las Islas del Pacífico (PIF) en Tonga, mientras el foro acogía también a la mayor delegación china de su historia.
El viaje forma parte de la Estrategia de Asociación del Pacífico de la Casa Blanca, que la administración Biden dio a conocer en septiembre de 2022 en medio de las crecientes campañas de influencia de Beijing en la región y su agresivo comportamiento en el Mar de China Meridional.
En entrevistas por correo electrónico con The Epoch Times, expertos militares y de Asia-Pacífico dijeron que el acceso a la región de Oceanía es una parte crucial para disuadir una posible guerra por Taiwán, una democracia liberal autogobernada sobre la que el Partido Comunista Chino (PCCh) en China continental reclama soberanía.
Las islas del Pacífico, situadas entre Australasia, América y Asia Oriental, «no han perdido nada de su valor con el paso de 80 años», afirmó James Holmes, profesor de estrategia de la Escuela de Guerra Naval de Estados Unidos.
El Sr. Holmes se refería a la importancia estratégica de las diminutas islas durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el ejército estadounidense las utilizó como bases mientras se acercaba al imperio japonés en el teatro de operaciones del Pacífico.
A Beijing «le encantaría negar a las fuerzas estadounidenses el acceso a esas islas» porque ello daría a los militares chinos una ventaja estratégica en posibles conflictos armados, dijo el profesor.
«Eso daría tiempo a China para arreglar las cosas en el Estrecho de Taiwán, el Mar de China Meridional o el Mar de China Oriental antes de que las fuerzas estadounidenses pudieran llegar al teatro de operaciones en número suficiente para revertir la agresión».
«Aparte de los beneficios defensivos, el acceso a las islas abriría opciones ofensivas a Beijing para extender su presencia más lejos hacia el medio océano», añadió Holmes.
Taiwán, o República de China, es la continuación de una potencia en el exilio que controlaba China continental antes de que el PCCh tomara el poder en 1949.
El pequeño país insular suministra actualmente la mayoría de los semiconductores de gama alta del mundo. También forma parte de la primera cadena de islas de una estrategia marítima estadounidense para contener a la antigua Unión Soviética y al PCCh.
Aunque las opiniones difieren sobre si Estados Unidos debe o va a involucrarse directamente si el PCCh invade Taiwán, ha estado armando a la isla y entrenando a su personal militar para su autodefensa, sobre todo desde la invasión rusa de Ucrania.
«Estados Unidos tiene que disuadir a [el líder chino] Xi [Jinping] de creer alguna vez que China ganaría una guerra», dijo Andrew Harding, asistente de investigación en el Centro de Estudios Asiáticos de The Heritage Foundation.
Desde que el nuevo presidente de Taiwán, Lai Ching-te, tomó posesión de su cargo en mayo, el PCCh ha intensificado su retórica contra los llamados separatistas de Taiwán y ha declarado que los partidarios «acérrimos» de la independencia de Taiwán pueden ser castigados con la pena de muerte, además de intensificar las actividades militares y de patrulla en el estrecho de Taiwán.
Preguntado por las probabilidades de que Beijing gane una guerra contra Taiwán, Ivan Kanapathy, vicepresidente senior de la consultora Beacon Global Strategies, dijo que es improbable que el PCCh gane en este momento, pero lanzó una advertencia sobre la erosión de la disuasión y el estancamiento de la fuerza militar de Estados Unidos. El Sr. Kanapathy anteriormente formó parte del personal del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca como director para China, Taiwán y Mongolia y subdirector senior para asuntos asiáticos.
«El PCCh ha hipotecado su legitimidad a la absorción de Taiwán. La disuasión a través del Estrecho se está erosionando. Estados Unidos ganaría hoy una guerra contra Taiwán, pero a un costo significativo. Si Estados Unidos no aumenta drásticamente su fuerza militar en los próximos dos años, perderá su ventaja decisiva y Xi Jinping podría optar por atacar», dijo Kanapathy.
Además de ser una desventaja en un escenario de guerra, el Sr. Harding declaró que ceder el acceso a las islas del Pacífico también permitiría a Beijing «amenazar las rutas aéreas y marítimas utilizadas para el comercio por los aliados y socios estadounidenses».
Por lo tanto, «Estados Unidos, Taiwán, Japón y otras democracias liberales deberían tomarse en serio las ambiciones y capacidades de China. Si colaboran con los Estados de las islas del Pacífico, podrán frenar las ambiciones malignas de China y la región podrá seguir siendo pacífica», afirmó Harding.
Por su parte, el Sr. Holmes cree que Estados Unidos debería asociarse también con países que no encajan en la categoría de democracia liberal, como Indonesia, Singapur y Vietnam, gobernado por los comunistas, en un intento de defender el sistema de posguerra contra «quienes quieren subvertir el sistema, como China, Rusia, Corea del Norte e Irán».
«No descartemos a aliados o socios por su sistema de gobierno. Apuntalar el acceso es fundamental, y por ello el viaje de Kurt Campbell también lo es», afirmó el profesor.
Cuerdas atadas
En medio de la intensificación de la competencia geopolítica entre las grandes potencias, las naciones insulares del Pacífico «se han convertido en fijadores de precios diplomáticos y están aprovechando el aumento de la competencia para maximizar los beneficios del desarrollo», según un reciente informe publicado por analistas australianos de Lowy Institute.
Ralph Cossa, presidente emérito y titular de la cátedra WSD-Handa de Estudios sobre la Paz del Foro del Pacífico, afirmó que, aunque Beijing tiene derecho a relacionarse con los países de las islas del Pacífico y no se trata de un juego de suma cero, «debemos ser conscientes de los esfuerzos chinos por socavar la democracia y menoscabar los intereses igualmente legítimos de Taiwán por mejorar sus relaciones».
Socavar Taiwán ha sido uno de los hilos conductores del dinero chino en las islas del Pacífico.
Desde 2019, tres naciones del Pacífico, las Islas Salomón, Kiribati y Nauru, han cambiado sus lazos diplomáticos con Taiwán por relaciones con Beijing, dejando a Taipéi con relaciones diplomáticas formales con 12 países, incluidas tres naciones del Pacífico.
Aparte de la exigencia de socavar a Taiwán, el Sr. Cossa también dijo que la ayuda de Beijing «a menudo viene acompañada de una mayor presencia china y de trabajadores chinos, muchos de los cuales no regresan a sus hogares».
«No responder a las acciones chinas en las islas del Pacífico solo fomentaría el mal comportamiento chino en otros lugares, como América Latina, África y otros lugares», añadió.
«La generosidad de Beijing suele beneficiar a las élites clave y siempre viene con condiciones. Los isleños del Pacífico deben ser muy cautelosos con las propuestas de Beijing», advirtió Kanapathy.
En abril de este año, Tonga causó inquietud por considerar una oferta del PCCh de enviar agentes de policía al Foro de las Islas del Pacífico (PIF) de este año, cuando los vecinos Nueva Zelanda y Australia ya habían ofrecido ayuda en materia de seguridad.
La pequeña nación debe a China una considerable deuda que debe devolver antes de 2028, y el PCCh se ha negado a renegociar un plan de reembolso, lo que representa una enorme carga para una nación con un producto interior bruto de unos 470 millones de dólares.
Al contratar el préstamo, Tonga se involucró en algo que los expertos denominan la «diplomacia de la trampa de la deuda» de China. Como característica clave de sus relaciones con muchos países, el PCCh suele conceder grandes préstamos para proyectos de infraestructuras en el extranjero con planes de reembolso que dependen de estimaciones optimistas sobre el éxito de los proyectos.
El nuevo y multimillonario palacio presidencial de Vanuatu también es fruto de la financiación china. Días después de que el primer ministro de Vanuatu, Charlot Salwai, asistiera a la inauguración del palacio este verano, viajó a China para visitar al líder Xi Jinping. Tras las conversaciones, las naciones emitieron una declaración conjunta en la que el PCCh daba la bienvenida a Vanuatu a su Iniciativa de la Franja y la Ruta.
Se espera que se mantenga la estrategia estadounidense
La Estrategia de Asociación con el Pacífico de Estados Unidos de la administración Biden es la primera de este tipo, y la Casa Blanca organizó una cumbre de líderes de la FIP en 2023, lo que indica renovados esfuerzos para comprometerse con las naciones insulares del Pacífico que el PCCh corteja agresivamente.
A la pregunta de si se esperan cambios si el expresidente Donald Trump obtiene un segundo mandato en las próximas elecciones, los expertos dijeron que no prevén cambios.
«Yo esperaría que una administración Trump continuara con el esfuerzo actual de Estados Unidos, ya que la preocupación por las acciones y objetivos chinos es bipartidista en [Estados Unidos]», dijo Cossa.
El Sr. Kanapathy también declaró que espera «más continuidad» ya que la estrategia de la administración Biden «se apega estrechamente» al Marco Estratégico Indo-Pacífico de Trump de 2018, mientras que Harding dijo que la administración Trump fue «la primera en crear una posición separada en el Consejo de Seguridad Nacional responsable de “Oceanía” y se esperaría que dedicara mayores niveles de atención y recursos a la región».
El Sr. Holmes, por su parte, indicó que prevé que una segunda administración Trump «reconozca y ajuste su enfoque abrasivo hacia las alianzas», que según él fue una de las áreas más débiles del anterior presidente.
El profesor dijo que está de acuerdo en que los aliados deben aceptar su parte de la carga, pero cree que poner a los líderes aliados en un aprieto haciendo demandas públicas «no es la manera de llegar al sí».
El expresidente, conocido por exigir públicamente que los aliados de la OTAN aumenten su gasto en defensa, declaró recientemente que Taiwán debería pagar a Estados Unidos por su defensa, mientras que su exasesor de seguridad nacional Robert O’Brien indicó que cree que Taiwán debería duplicar la cuantía de su gasto en defensa hasta el 5%.
Reaccionando a las críticas, la portavoz del Comité Nacional Republicano, Anna Kelly, dijo que Trump ha «puesto a Estados Unidos en primer lugar al enfrentarse a China e imponer aranceles a los productos chinos en respuesta a las prácticas comerciales desleales» y que su liderazgo «ha fortalecido alianzas como la OTAN al insistir en que nuestros aliados arrimen el hombro y paguen lo que les corresponde».
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