Una decena de víctimas directas de violaciones de derechos humanos cometidas por el régimen de Daniel Ortega ha llegado a Ginebra para brindar su testimonio de los crímenes de lesa humanidad registrados en Nicaragua desde 2018 ante el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de Naciones Unidas.
Ellos representan a algunas de las 19 organizaciones defensoras de los derechos humanos que se han unido en la coalición «#NicaraguaLucha», la cual ha enviado a Ginebra una importante representación para relatar sus experiencias, coincidiendo con la presentación en el CDH del primer informe del equipo de expertos creado por la ONU para investigar y recabar pruebas de la situación en Nicaragua.
Estos expertos revelaron la semana pasada que Ortega, su esposa y la número dos del régimen, Rosario Murillo, así como altos mandos de la Policía Nacional y otras entidades estatales, han perpetrado crímenes de lesa humanidad.
En declaraciones previas a su participación en el CDH, la activista Josefa Meza dijo a EFE que acudía a la ONU para «denunciar las barbaries que el gobierno está cometiendo», entre las que figura el asesinato de su hijo, un joven de 21 años que participaba en las movilizaciones de protesta que en 2018 pedían un viraje democrático al régimen de Ortega.
«La comunidad internacional debe darse cuenta de que en Nicaragua tenemos una dictadura, represiva y sangrienta, de las más sangrientas en Latinoamérica, y que estamos siendo masacrados», sostuvo.
Meza representará este martes -en el diálogo entre las organizaciones de la sociedad civil y el CDH cuando en este último se aborde la situación de Nicaragua- a las Madres de Abril, un colectivo formado por cien familias que perdieron algún hijo, hija y otro familiar en la represión de las manifestaciones.
«Yo represento a la Asociación Madres de Abril, pero estoy en calidad de víctima directa, denunciando lo que hicieron con mi hijo, un estudiante universitario al que asesinaron por el hecho de opinar diferente. No se puede construir una democracia con asesinatos, olvidando estos crímenes de lesa humanidad», reflexionó.
Meza vive también en el exilio junto a su hijo menor, por cuya vida también llegó a temer.
La periodista Tarama Morales Orozco también se encuentra en Ginebra para denunciar la situación de la prensa en Nicaragua.
La madre de la activista, también periodista, fue despojada recientemente de su nacionalidad, una medida del gobierno que afectó a un total de 316 personas, de las cuales 222 fueron expulsadas de inmediato a Estados Unidos.
Ambas periodistas, madre e hija, se encuentran actualmente exiliadas en España, tras la feroz campaña contra la prensa independiente, que supuso el cierre de más de 40 medios de comunicación y la criminalización de esta profesión.
La consecuencia es que «más de 175 periodistas han tenido que buscar refugio en el extranjero y ahora ejercen en condiciones muy precarias y hacen otros trabajos para ganarse la vida», dijo Morales a EFE.
«A pesar de todo continuamos trabando desde Costa Rica, Estados Unidos o España, informando, haciendo periodismo desde fuera y denunciando la barbarie contra la población», sostuvo
La periodista afirmó que en Nicaragua «hay unos pocos periodistas» que están ejerciendo desde el anonimato para sortear la persecución y evitar ser encarcelados.
Wendy Flores, del colectivo «Nicaragua Nunca Más» será otra de las víctimas que hablará en el CDH, entre aquellas que se encuentran en Ginebra para denunciar la situación en distintas plataformas.
Entre ellas figuran también Lizeth Davila, Juan Carlos Arce, Gonzalo Carrión, Alexandra Salazar Rosales y Olga Valle.
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