El presidente ruso, Vladimir Putin, ha dado instrucciones a su gobierno para que «supervise» las exportaciones de alimentos a países que Moscú considera «hostiles» mientras Occidente evalúa imponer más sanciones a Moscú.
Putin anunció la medida durante una reunión sobre agricultura el martes, pocos días después de que la Unión Europea propusiera nuevas sanciones generalizadas contra el país en respuesta a las acusaciones sobre crímenes de guerra de las fuerzas rusas en Ucrania.
“Con el telón de fondo de la escasez mundial de alimentos, este año tendremos que ser prudentes con los suministros en el exterior y vigilar cuidadosamente esas exportaciones a países que son claramente hostiles hacia nosotros”, dijo Putin en una reunión sobre agricultura.
El presidente señaló que la producción de alimentos de Rusia cubría “totalmente” las necesidades internas y pidió a los funcionarios que aumenten la sustitución de importaciones extranjeras por producción local.
“Necesitamos establecer objetivos claros para la sustitución de importaciones y perseguirlos persistentemente en un futuro muy cercano”, dijo en referencia al “potencial” de la nación en agricultura, industria y ciencia.
El líder ruso también enfatizó la importancia de minimizar los “efectos externos negativos” en los ciudadanos rusos, y explicó que deberían tener acceso a “productos alimenticios asequibles de alta calidad, incluidos los productos pesqueros”.
“Esta es una tarea clave para el año en curso”, dijo.
Los comentarios de Putin se producen poco después de que el expresidente ruso, Dmitry Medvedev, amenazara con limitar las exportaciones de productos agrícolas a países «amigos» solo en medio de las crecientes sanciones de las naciones occidentales.
Medvedev dijo en Telegram el 1 de abril que numerosos países dependen del suministro de alimentos de Rusia, que es un importante exportador mundial de varios productos básicos, incluido el aceite de girasol, la cebada y el trigo; el último de los cuales abastece principalmente a África y Oriente Medio.
“Resulta que nuestros alimentos son nuestra arma silenciosa. Silenciosa pero portentosa”, dijo.
«La prioridad en el suministro de alimentos es nuestro mercado interno. Y el control de los precios», continuó. «Suministraremos alimentos y cosechas sólo a nuestros amigos (afortunadamente, tenemos muchos, y no están en absoluto en Europa ni en Norteamérica). Venderemos tanto por rublos como por su moneda nacional en las proporciones acordadas».
A principios de esta semana, la Unión Europea dio a conocer nuevas sanciones planificadas contra Moscú en respuesta a las denuncias de crímenes de guerra cometidos por el ejército ruso en la ciudad ucraniana de Bucha, luego de que durante el fin de semana surgieran imágenes que mostraban múltiples cadáveres y fosas comunes. Algunas de las personas asesinadas parecen tener las manos atadas a la espalda.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, ha calificado los hechos que han tenido lugar allí como un “genocidio”.
La jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que las sanciones propuestas contra Moscú incluirían la prohibición de las importaciones rusas por un valor de casi USD 10,000 millones y las exportaciones a Rusia por un valor de casi USD 11,000 millones, una prohibición en toda la UE a las importaciones de carbón ruso y la prohibición total de transacciones en cuatro bancos rusos clave, entre otras cosas.
Sin embargo, las sanciones aún deben ser aprobadas por los legisladores de los Estados miembros de la UE.
El 6 de abril, Estados Unidos también anunció una nueva ronda de sanciones contra el país, incluida la prohibición de todas las nuevas inversiones en Rusia y el bloqueo de la institución financiera más grande de Rusia, Sberbank. La Casa Blanca describió las nuevas sanciones como «medidas económicas devastadoras» que están «diseñadas para reforzarse entre sí con el propósito de generar un impacto cada vez mayor».
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