Los principios básicos como la libertad de reunión y la libertad de culto garantizados por la Constitución están siendo violados en Estados Unidos en medio de la pandemia del COVID-19, afirma el abogado constitucionalista Rick Green.
En una entrevista en el programa Crossroads de The Epoch Times, Green criticó las restricciones impuestas a las iglesias por los gobernadores demócratas Andrew Cuomo en Nueva York y Gavin Newsom en California, así como en otros estados azules.
Tales restricciones violan la Cláusula de Libre Ejercicio de la Primera Enmienda, que garantiza el derecho a practicar la religión y a reunirse para su expresión sin la interferencia del gobierno, dijo Green, exrepresentante del estado de Texas y cofundador de la (Patriot Academy) Academia Patriota.
«Probablemente ambos habríamos pensado hace 15 o 16 meses que esta conversación no se produciría en nuestra vida, en que estaríamos hablando del hecho que los gobernadores dijeron a la población que no pueden cantar en la iglesia o que no puede reunirse en sus casas y reunirse con las personas para estudiar la Biblia o para su culto», dijo Green.
«Nunca hubiera pensado que eso fuera a suceder en mi vida en Estados Unidos», continuó el abogado. «Díganme, ¿es que eso ocurre en otro país? Sí, yo lo creería, pero no en Estados Unidos y ya sea que usen el COVID-19, o cualquier método que quieran usar para hacerlo, es absolutamente una violación de esos principios básicos».
Durante el inicio de la pandemia en la primavera pasada, las jurisdicciones de todo el país impusieron estrictas restricciones a los lugares de culto, como las limitaciones de asistencia de distinto grado, según la gravedad local del brote epidémico, medidas de distanciamiento social y el uso de mascarillas, mientras que algunas impusieron prohibiciones absolutas al culto en los interiores.
Las iglesias, muchas de ellas en California, interpusieron demandas judiciales argumentando que estos límites al culto comunitario violan la libertad religiosa.
Ahora, cuando las iglesias comienzan a reabrirse gradualmente, la mayoría sigue funcionando con precauciones relacionadas con el virus, según datos del Centro de Investigación Pew. La investigación señala que solo el 12 por ciento de los encuestados dice que su congregación está abierta y funciona como de costumbre, igual que antes de que la pandemia afectara al país.
La Corte Suprema de Estados Unidos, según Green, le falló «miserablemente» a los estadounidenses en el último año al responder a las demandas que intentan revertir algunas de estas estrictas restricciones a los lugares de culto.
«Pensé que todas estas restricciones a las reuniones de las iglesias, a la apertura de negocios, se acabarían rápidamente el año pasado, porque no existe lo que llamaríamos en derecho constitucional un interés imperioso para que el gobierno intervenga. Pero los tribunales lo ignoraron absolutamente, todos tuvieron miedo de actuar», dijo Green.
Solo en diciembre de 2020 la Corte Suprema dio la razón a una iglesia californiana al dictaminar que la prohibición de Newsom de practicar el culto en interiores constituía una discriminación religiosa inconstitucional.
Green sugirió que el gobierno debería tener que demostrar un «interés imperioso» para imponer restricciones que violan la Constitución estadounidense.
«Cuanto más se involucra [el] gobierno en esas cosas, ya sea en nombre de la salud pública, como han hecho durante el último año, e incluso entonces desde una perspectiva constitucional, si uno quiere decirle a las personas que no puede reunirse en la iglesia, debería tener que demostrar una razón apremiante».
«Si hay un brote de ébola y el 50 por ciento de la gente se está muriendo por ello, se podría argumentar que, de acuerdo, en esa iglesia en particular donde el ébola estalló, deberíamos ser capaces de detenerlo», explicó Green. «Pero tomar algo como lo que estamos tratando, con COVID-19, y decir que todas las iglesias no pueden reunirse como lo han hecho en California— no hay ninguna razón apremiante allí».
«No hay evidencia, no hay pruebas, no hay el debido proceso. Es absolutamente una violación de esa libertad de religión», añadió Green.
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