A medida que envejecemos, nuestra masa muscular esquelética, fuerza y poder de movimiento disminuyen gradualmente. La pérdida de masa y función muscular, conocida como sarcopenia, afecta a más de 50 millones de personas mayores de 50 años en todo el mundo. La sarcopenia también contribuye a la diabetes tipo 2, la fragilidad, la discapacidad física, la pérdida de independencia y la mala calidad de vida. Es una condición importante que se debe prevenir durante el envejecimiento para minimizar tanto los costos personales como los de la sociedad.
Actualmente, existen soluciones limitadas para tratar la sarcopenia, por lo que la intervención temprana, antes de que los síntomas se vuelvan demasiado severos, es lo mejor.
La mayoría de las investigaciones se han centrado en el efecto de comer más proteínas para prevenir o tratar la sarcopenia. Muy pocos estudios han investigado el papel de la vitamina C en la pérdida de masa muscular esquelética y de la función en la mediana y la tercera edad. Nuestro nuevo trabajo muestra que cuanta más vitamina C consuma la gente de mediana edad y los adultos mayores, mayor será su masa muscular esquelética.
Ya se sabe que la vitamina C desempeña un papel importante en la salud de los huesos, pero también puede ayudarnos a mantener músculos fuertes. Esta vitamina solo se encuentra en las frutas y verduras.
Las personas que no consumen suficientes frutas y verduras en su dieta corren el riesgo de sufrir una deficiencia de vitamina C, que puede causar debilidad, cansancio y fragilidad en los huesos. En casos extremos, puede llevar al escorbuto. Pero antes de que esto ocurra, la insuficiencia de vitamina C en la dieta puede tener otros efectos sobre la salud, incluyendo nuestros músculos.
Alrededor de dos tercios de la vitamina C total de nuestro cuerpo se encuentra en los músculos esqueléticos. Se utiliza para fabricar carnitina, una sustancia crucial que proporciona energía para que los músculos esqueléticos funcionen, al igual que el colágeno, que es un componente estructural esencial del músculo.
La vitamina C también es un fuerte antioxidante que puede ayudar a contrarrestar las moléculas de los radicales libres, que aumentan cuando envejecemos. Sin oposición, estos radicales libres pueden contribuir a la destrucción de las células musculares.
Masa muscular esquelética
Nuestro estudio examinó los datos recogidos de más de 13,000 hombres y mujeres, de Norfolk para la Investigación Prospectiva Europea sobre el Cáncer y la Nutrición, a personas de entre 42 y 82 años de edad. Utilizamos el análisis de impedancia bioeléctrica—que envía pequeñas señales eléctricas a través del cuerpo, para calcular el porcentaje de agua y grasa—para estimar la proporción de músculo esquelético en el cuerpo.
Los participantes también completaron un diario de todo lo que comieron y bebieron durante siete días, para que pudiéramos calcular con precisión cuánta vitamina C ingirieron. Agrupamos a las personas de acuerdo a la cantidad, que iba de baja a alta.
La vitamina C también se midió directamente en su sangre, proporcionando resultados menos susceptibles a un posible error en el informe de la dieta. Esto nos permitió clasificar a las personas de acuerdo a si tenían suficiente ingesta de vitamina C.
Nuestro análisis estadístico tomó en consideración otros factores importantes, incluyendo la actividad física, las proteínas y la ingesta de energía de los participantes, que también podrían tener efectos en la masa muscular esquelética.
Encontramos que las personas de nuestro estudio que consumieron la mayor cantidad de vitamina C en su dieta tenían la mayor masa muscular. La mayor diferencia se observó en las mujeres: las mujeres en la categoría más alta de consumo de vitamina C tenían una masa muscular del 3% mayor que las de la categoría más baja.
Es probable que estas diferencias sean clínicamente relevantes, especialmente dado que se estima que la mayoría de las personas pierden entre el 0.5 y el 1% de la masa muscular cada año después de los 50 años.
Se observó un cuadro similar tanto para los menores como para los mayores de 65 años, lo que indica que es probable que la vitamina C sea importante tanto en mediana como en la tercera edad. Los resultados, también se vieron respaldados por el hecho de que quienes tenían niveles suficientes de vitamina C en la sangre tenían mayor masa muscular que los que estaban en la categoría de insuficiencia.
Este estudio complementa los hallazgos de nuestro trabajo anterior en mujeres jóvenes y mayores. Allí encontramos que las mujeres que comían más vitamina C no solo tenían más masa muscular, sino que también tenían una función mucho mejor en las piernas, lo que significa que eran más fuertes. Nuestros nuevos hallazgos en los grupos de edad avanzada y en los hombres añaden más certeza de que la vitamina C es importante para mantener los músculos a medida que envejecemos, tanto en las personas jóvenes como en las mayores.
Los datos muestran que más del 80 por ciento de las personas mayores de 75 años en el Reino Unido no comen suficientes frutas y verduras diariamente. Nuestro estudio también encontró que casi el 60 % de los hombres y el 50 % de las mujeres que participaron en él no consumían suficiente vitamina C, según las recomendaciones. Por lo tanto, el hecho de no comer suficientes frutas y verduras podría tener implicaciones para la salud muscular a nivel de la población.
Nuestros nuevos hallazgos se basan en el concepto de que una nutrición óptima puede ayudar a reducir la disminución de los músculos. Esto proporciona un mayor énfasis y aliento para que las personas de todas las edades sigan las pautas de alimentación saludable y coman una amplia variedad de verduras y frutas todos los días, no solo para la salud general sino para proteger sus músculos.
Debido a que la vitamina C se encuentra fácilmente disponible en las verduras y en las frutas, comer más debería ser relativamente sencillo y tener beneficios para la salud músculo esquelética en personas de todas las edades.
Ailsa Welch es profesora de epidemiología nutricional, en la Universidad de East Anglia en el Reino Unido, y Richard Hayhoe es investigador asociado senior en nutrición de salud pública en la Universidad de East Anglia. Este artículo fue publicado por primera vez en The Conversation.
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