Viviendo en la tierra de los tiranos

Por Dustin Bass
11 de abril de 2020 8:40 PM Actualizado: 11 de abril de 2020 8:40 PM

Comentario

James Otis, unos de los patriotas originales, fue un hombre que vivía constantemente preocupado por la amenaza de la tiranía. Él fue quien acuñó la famosa frase: «impuestos sin representación es tiranía». Otis estaba viviendo en la tierra de los tiranos, tal como los estadounidenses se encuentran hoy.

En los 1760, él redujo su enfoque contra el gobierno británico cuando se publicó universalmente las Órdenes de Asistencia. «Es un poder que ubica a la libertad de todo hombre en las manos de cada oficial menor», escribió.

El temor de que alguien en el poder tome el poder con fines destructivos no es diferente hoy de lo que era en 1760.

La carrera global al dominio

La pandemia del coronavirus ha creado una carrera global para que funcionarios del gobierno prueben, no necesariamente quién gobierna mejor, sino quién puede gobernar más efectivamente. Desde alcaldes a gobernadores a jefes de estado, los intentos de controlar la propagación de la enfermedad han inducido varios métodos para controlar a la ciudadanía.


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Decir que estos funcionarios, sin importar su ubicación geográfica, están en una posición envidiable, sería subestimarlo. La altura de la situación es muy alta, y para algunos se ha vuelto insuperable. Por esto, las declaraciones escandalosas se han vuelto casi un lugar común, como la de Vincenzo De Luca, el presidente de Campania en Italia, quien amenazó enviar la policía con lanzallamas a los hogares de la gente si no cumplen con las medidas de reclusión.

En Serbia, la amenaza es incendiaria, pero más real. Bajo el estado de emergencia, el presidente Aleksandar Vucic asumió la autoridad absoluta, lo cual causó que se cerraran las fronteras de la nación, el toque de queda por 12 horas, y el arresto domiciliario para la gente mayor de 65 años.

En Hungría, el primer ministro Viktor Orbán está ejerciendo la misma autoridad durante el estado de emergencia del país. Una nueva ley relacionada con la pandemia castiga con sentencias a prisión de hasta cinco años el desparramar información falsa sobre el coronavirus y hasta ocho años por interferir con los esfuerzos de controlar la propagación de la enfermedad, tales como desobedecer el toque de queda y las órdenes de cuarentena. La opinión que no coincide con las directivas del gobierno se consideran información falsa, lo cual viola la libertad de prensa del país.

El gobierno de Israel está usando su tecnología contra el terrorismo para rastrear a quienes sospecha que están infectados. Corea del Sur está rastreando las compras con tarjeta de crédito y emitiendo una app con GPS ordenada por el gobierno para rastrear y castigar a quienes quiebran la cuarentena—todo sin orden de la justicia. Rodrigo Duterte, presidente de Filipinas, ha tomado el último paso al ordenar a la policía y al ejército disparar contra los «agitadores».

Funcionarios estadounidenses adoptan métodos tiránicos

Aquí en Estados Unidos, las amenazas han sido apenas menos intrusivas. Los estados y condados (y distritos) continúan cerrando o restringiendo mucho el movimiento de sus ciudadanos bajo la amenaza del castigo por ley. Los negocios son multados o clausurados. Los individuos están sujetos a lo mismo. Sin embargo, un gran número de internos de prisión, han sido liberados debido a la amenaza del coronavirus.

En Houston, un hombre acusado de asesinato fue liberado bajo fianza debido a su temor de contraer la enfermedad.

En Florida, un pastor fue arrestado por no seguir las órdenes locales y celebrar servicios en su iglesia. Él ha desde entonces cumplido y cerrado las puertas de la iglesia. El gobernador Ron De Santis, respondió con una orden ejecutiva declarando a las casas de oración como esenciales. Otros gobernadores de estados han emitido o han considerado emitir la misma orden.

Bill de Blasio, el alcalde de la ciudad de Nueva York, no solo ha amenazado con cerrar las casas de oración durante la pandemia, sino permanentemente.

La policía está, desafortunadamente para ellos, en las líneas del frente haciendo cumplir estas órdenes. Ha resultado en citas con el juez, multas y arrestos. Hacer cumplir estas órdenes que han saboteado completamente la forma de vida estadounidense, ha resultado demasiado a menudo en una resistencia de los ciudadanos, y una resistencia que es en sí misma criminal. Ha habido resistencia violenta, incluyendo ciudadanos que han usado al coronavirus como amenaza física a la fuerza policial.

No conformarse a las pautas de distanciamiento social, romper el toque de queda, y asistir a la iglesia, creó criminales donde de otro modo no lo habrían. Este es el resultado del autoritarismo.

El hecho es, este aislacionismo actual a nivel ciudadano pronto pasará por una contracción, como ya ha empezado a temer el Reino Unido. La gente, no solo los estadounidenses, no pueden ser confinados involuntariamente a sus hogares por extensos periodos de tiempo, sin importar cuán noble sea la razón.

Otis dice que «la casa de un hombre es su castillo», pero él no estaba sugiriendo que la gente se confinara en él. De hecho, su temor durante ese tiempo se relaciona mucho con la situación de hoy.

Los funcionarios estadounidenses deberían adherir a las preocupaciones de Otis

Las órdenes de asistencia garantizaban el poder a los funcionarios de cualquier nivel a realizar requisas y confiscaciones, en cualquier lugar, contra cualquiera, por cualquier razón o sin ninguna razón. Esto fue un punto de conflicto cuando los estados comenzaron a escribir sus constituciones, como también cuando fue escrita la Declaración de Derechos.

Otis se quejaba de que todo funcionario se podría convertir, y sin dudas a veces se convertiría, en «un tirano de una manera legal». Y esta es la preocupación, no solo en Estados Unidos, sino por todo el mundo, de que los ciudadanos sean sujetos a los tiranos.

Serbia, Hungría, Corea del Sur, Italia, Filipinas y otras naciones han y están conduciéndose como tiranos bajo el disfraz de la seguridad y de la preservación humana. La competencia para ser coronado el líder más efectivo ya ha comenzado hace rato. Las reglas son las de su propia dictamen. Los mejores resultados, sin importar los medios, podrían muy bien ser los métodos aceptados para seguir adelante.

El gobierno federal de EE. UU., y en particular, los gobiernos estatales y locales, están estableciendo sus propios métodos, como se les garantiza en la décima enmienda. Doscientos años atrás, Inglaterra creó una fiebre contra los colonos debido a las cada vez mas estrictas restricciones. Los funcionarios estadounidenses están haciendo mucho de lo mismo, aunque queda por ver cuándo se alcanzará la fiebre.

«Fue alguna vez una máxima fundamental, que cada sujeto tenía el mismo derecho a su vida, libertad, propiedad, y la ley …» escribió Otis. Desafortunadamente, esta máxima fundamental parece tan incierta hoy como lo era en los 1760.

Dustin Bass es cofundador de The Sons of History, una serie en YouTube y un podcast semanal sobre todas las cosas de la historia. Es un experiodista convertido en emprendedor. También es autor.


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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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