Un vuelo de Delta se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia durante el fin de semana después de golpear a un pájaro en su camino hacia Denver, el sábado 7 de marzo.
El vuelo 2836 de Delta despegó del aeropuerto internacional John F. Kennedy de la ciudad de Nueva York justo antes de las 8 a. m.; pero los pilotos tuvieron que volver y aterrizar al poco tiempo en el mismo aeropuerto porque uno de los motores succionó un ave a unos 500 pies de altura, informó el NY Daily News.
El impacto causó fallas en el funcionamiento del motor.
De los 126 pasajeros a bordo ninguno resultó herido, según los oficiales.
La Unidad de Bomberos de Rescate de Aeronaves del Departamento de Policía Portuaria se apresuró a encontrarse con el avión en la pista y ayudar a inspeccionar el daño una vez que el avión aterrizó.
Los pasajeros eventualmente fueron transferidos a otro avión para completar el vuelo después del incidente.
Los funcionarios no tenían claro qué tipo de ave era.
La Administración Federal de Aviación dice que cientos de «golpes de aves» ocurren cada año en el aeropuerto JFK.
Sat. 3/31/18, approx. 8:20 a.m., JFK Airport; Delta Flt. 2836, an Airbus 319, suffered a bird strike on takeoff. Aircraft returned to JFK, met & inspected by the #PAPD Aircraft Rescue Fire Fighter (ARFF) Unit. #PAPDPROTECTSNYNJ #ARFF #JFKAIRPORT pic.twitter.com/saYhXnuorq
— Port Authority PBA (@PAPD911) 31 de marzo de 2018
Las estadísticas de la agencia muestran que el número de golpes de aves a menudo supera los 200 anualmente, incluidos 212 en 2015 y 210 en 2014.
Según un funcionario de la agencia, «la población de aves aumentó en Estados Unidos lo que provoca mayores accidentes».
«La población de aves, particularmente de aves grandes, aumentaron dramáticamente debido a las acciones para dejar de usar pesticidas como el DDT, además de limpiar las vías fluviales», dijo James White al New York Times. «La población de oca en Canadá por ejemplo, estuvo aumentando a un ritmo del 8 % anual durante los últimos 20 años».
La situación llevó a los funcionarios a tomar medidas drásticas en forma de programas de sacrificio de aves. Los programas comenzaron en el 2009 después de que a un avión de pasajeros se le cortara la electricidad en dos motores al ser golpeado por una bandada de gansos en Canadá; tal situación obligó al piloto a realizar un aterrizaje de emergencia sobre el río Hudson. El dramático incidente en el que no hubo fallecidos pero sí cerca de 155 pasajeros resultaron heridos, se conoce desde entonces como el «Milagro en el Hudson». También se realizó una película protagonizada por Tom Hanks basada en el accidente.
Cerca de 70.000 aves, incluidas gaviotas, estorninos y gansos, han muerto entre el 2009 y 2017 en el área de los aeropuertos de la ciudad de Nueva York, informó The Associated Press. JFK, el aeropuerto La Guardia y el aeropuerto de Newark .
Delta Air Lines Airbus A319 suffers bird strike on departure from New York-JFK #DL2836:https://t.co/qGeiF3ng1q https://t.co/o8A5GRqOjL
— Aviation Safety Net (@AviationSafety) 31 de marzo de 2018
Aunque algunos apoyan los programas, muchos otros están en contra, lo que sugiere que otros métodos pueden ser más adecuados.
«Tiene que haber una solución a largo plazo que no dependa tanto de sacrificar aves y que a la vez también nos mantenga seguros en el cielo», dijo Jeffrey Kramer, del grupo GooseWatch NYC.
Kramer enfatizó que: mejores sistemas de radares funcionarían mejor que el sacrificio.
Los oficiales admitieron que incluso con el sacrificio los impactos contra las aves ocurren.
«Hacemos nuestro mejor esfuerzo para reducir el riesgo, tanto como sea posible», dijo Laura Francoeur, bióloga jefe de vida silvestre de la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey que supervisa los aeropuertos. «Todavía existen muchas posibilidades al azar involucradas», señaló.
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