El presidente Joe Biden sostuvo una llamada telefónica con el secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh), Xi Jinping, el 28 de julio. La llamada fue la quinta de este tipo entre Biden y Xi y duró más de dos horas.
La llamada se produjo en medio de una miríada de tensiones que han provocado que las relaciones chino-estadounidenses caigan a su punto más bajo en décadas. A pesar de la disminución de la disposición del PCCh a negociar en la mayoría de los temas, la Casa Blanca dijo que era importante mantener abiertas las líneas de comunicación entre los dos poderes.
“El presidente quiere asegurarse de que las líneas de comunicación con el presidente Xi permanezcan abiertas, porque es necesario”, dijo el portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby. “Hay problemas en los que podemos cooperar con China y luego hay problemas en los que, obviamente, hay fricción y tensión”.
“Esta es una de las relaciones bilaterales de mayor trascendencia en el mundo de hoy, con ramificaciones mucho más allá de ambos países. El presidente lo entiende claramente y vamos a seguir trabajando en esa relación”.
Los medios estatales chinos dijeron que el intercambio fue «franco y profundo» y que los dos líderes prometieron mantenerse en comunicación.
Según los reportajes, Xi le dijo a Biden que era el deber de “las dos grandes potencias” administrar la seguridad global e instó a Biden a no ver al PCCh a través de la lente de la “competencia estratégica”.
Biden se enfrenta actualmente a la necesidad de abordar adecuadamente el estatus de China como una potencia en ascenso y, al mismo tiempo, mitigar el comportamiento cada vez más hostil del régimen.
Con ese fin, la conversación de Xi con Biden se centró, en gran medida, en Taiwán.
«Jugar con fuego te hará arder», le dijo Xi a Biden. «Espero que Estados Unidos pueda ver esto claramente».
El PCCh sostiene que Taiwán es una provincia separatista de China. Xi prometió unir la isla con el continente y no descartó el uso de la fuerza para hacerlo. Por su parte, Taiwán se ha autogobernado desde 1949, nunca ha estado bajo el control del PCCh y cuenta con una democracia y una boyante economía de mercado.
Estados Unidos no tiene relaciones diplomáticas formales con Taiwán, pero está obligado por un tratado a proporcionarle las armas necesarias para su autodefensa. El gobierno también mantiene una doctrina de “ambigüedad estratégica” en la que ni confirmará ni negará si defendería a Taiwán en caso de una invasión china.
El tema salió a la luz durante la última semana cuando surgieron rumores de que la presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, estaba planeando visitar Taiwán.
Posteriormente, el PCCh amenazó con “medidas enérgicas” contra Estados Unidos y Taiwán si el viaje se realizaba.
Tras los comentarios del PCCh, Biden dijo públicamente que tal viaje “no era una buena idea” y sugirió que los militares no estaban a favor del viaje.
Las declaraciones de Biden asombraron tanto a legisladores como a expertos, quienes consideraron que tanto el presidente como el ejército habían excedido sus límites al intentar controlar los viajes personales de un miembro del Congreso en funciones.
Pelosi comentó que la administración pudo haber creído que China derribaría su avión si visitaba Taiwán.
Las advertencias sobre el viaje fueron solo un incidente de una creciente línea de retórica belicosa, a veces hostil, que emana de los niveles más altos del PCCh.
En mayo, el ministro de Defensa de China amenazó con que el PCCh “no dudaría en iniciar una guerra sin importar el costo” para evitar que la independencia de facto de Taiwán fuera reconocida internacionalmente.
La Casa Blanca no había publicado la lectura de la llamada en el momento de la publicación.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
