El presidente chino, Xi Jinping, llegó al aeropuerto moscovita de Vnukovo el 20 de marzo para realizar una visita de Estado de tres días a Rusia, durante la cual está previsto que mantenga conversaciones históricas con su homólogo ruso, Vladimir Putin.
A su llegada, Xi declaró a los periodistas que Moscú y Beijing pretendían actuar conjuntamente para «defender el sistema internacional centrado en la ONU» y «salvaguardar el orden mundial basado en el derecho internacional y las normas fundamentales de las relaciones internacionales [basadas en] los principios de la Carta de la ONU».
Citado por la agencia de noticias rusa TASS, Xi afirmó que ambos países, como grandes potencias y miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, buscaban promover la «multipolaridad» y un enfoque «más justo y racional» de la gobernanza mundial.
Xi, que a principios de mes obtuvo un tercer mandato sin precedentes como máximo mandatario chino, dijo que tenía previsto mantener con Putin amplias conversaciones sobre las relaciones bilaterales y otros asuntos de interés mutuo.
También expresó su confianza en que su visita daría un «nuevo impulso» al desarrollo de las relaciones chino-rusas y a una «nueva era» de cooperación estratégica.
Ucrania en la agenda
Poco antes de la llegada de Xi, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, confirmó también que ambos líderes discutirían una propuesta china para resolver el actual conflicto en Ucrania.
«Los temas abordados en este plan [chino] se plantearán inevitablemente durante el intercambio de puntos de vista sobre Ucrania», dijo Peskov.
La cuestión de Ucrania, añadió, «figurará en la agenda».
Presentado por Beijing a principios de este mes, el plan de 12 puntos pide el cese de las hostilidades, la reanudación de las negociaciones, garantías para asegurar la seguridad de la cadena de suministro mundial y el fin de las sanciones unilaterales y de lo que denomina «mentalidad de Guerra Fría».
En un artículo publicado el 19 de marzo en el Diario del Pueblo, periódico dirigido por el Partido Comunista Chino (PCCh), Putin agradeció la «equilibrada postura de Beijing ante los acontecimientos en Ucrania» y su «comprensión de su trasfondo histórico y sus causas profundas».
Putin también celebró lo que describió como la «disposición de Beijing a hacer una contribución significativa a la solución de la crisis», según la traducción del artículo hecha por el Kremlin.
Más adelante en el mismo artículo, Putin afirma que Moscú «está abierto a la resolución política y diplomática de la crisis de Ucrania». También afirma que «no fue Rusia quien rompió las conversaciones de paz [con Kiev] en abril de 2022».
Según Putin, el futuro del proceso de paz entre Rusia y Ucrania «depende únicamente de la voluntad de entablar un debate significativo teniendo en cuenta las realidades geopolíticas actuales».
Washington: El alto el fuego es «inaceptable»
El mismo día que se publicó el artículo de Putin, el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, dijo que las peticiones a un alto el fuego en Ucrania por parte de Putin y Xi serían «inaceptables».
«Todo lo que eso va a hacer es ratificar las conquistas de Rusia hasta la fecha», dijo Kirby en comentarios en televisión. «Todo lo que eso va a hacer es dar al señor Putin más tiempo para reequiparse, reentrenarse, permanecer y tratar de planificar nuevas ofensivas en el momento que él elija».
Funcionarios estadounidenses, junto con sus homólogos en Kiev, han descartado cualquier negociación hasta que las fuerzas rusas se retiren por completo de lo que consideran territorio ucraniano ocupado.
Esto incluye las regiones de Donetsk, Lugansk, Kherson y Zaporiyia, que Moscú se anexionó efectivamente el pasado septiembre, y la región del Mar Negro de Crimea, que desde 2014 Moscú considera territorio de la Federación Rusa.
El año pasado se celebraron en Estambul conversaciones de paz de alto nivel entre funcionarios rusos y ucranianos. En un momento dado, las conversaciones parecían estar avanzando, ya que ambas partes supuestamente estaban dispuestas a hacer concesiones.
Sin embargo, las negociaciones se interrumpieron tras las denuncias ucranianas de que las fuerzas rusas habían matado a civiles en la ciudad de Bucha, cerca de Kiev. Estados Unidos y sus aliados de la OTAN respaldaron las afirmaciones de Kiev, mientras que Moscú insiste en que son falsas.
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