Opinión
Xi Jinping transita por aguas poco profundas en su búsqueda de un tercer mandato de cinco años como “líder supremo”.
El 20° Congreso Nacional del Partido Comunista Chino (PCCh) se reunió el 16 de octubre en Beijing. Los congresos del partido se llevan a cabo cada cinco años y permiten vislumbrar el rígido funcionamiento del PCCh, así como sus prioridades para el futuro. En este Congreso, se incorporan tres temas principales en el programa cuidadosamente coreografiado.
El primer acontecimiento importante fue la presentación del equivalente estadounidense de un «discurso sobre el estado de la Unión» presidencial por parte de Xi al comienzo del Congreso. El discurso de Xi consistió en una aburrida disertación sobre sus logros pasados, sus objetivos futuros y sus prioridades de cara a la celebración del centenario de la fundación de la «República Popular China» en 1949, y sus temas favoritos habituales se incorporaron a su visión del futuro de China (una actualización de su “Sueño chino«).
China Daily citó a Xi diciendo: “Los requisitos esenciales son mantener el liderazgo del [PCCh] y el socialismo con características chinas, buscar un desarrollo de alta calidad, desarrollar la democracia popular en todo el proceso, enriquecer la vida cultural de las personas, lograr la prosperidad común para todos”, promoviendo la armonía entre la humanidad y la naturaleza, construyendo una comunidad humana con un futuro compartido y creando una nueva forma de progreso humano”.
Ya hemos oído a Xi disertar sobre estos temas muchas veces.
Xi también incluyó comentarios sobre el “interés central” de la China comunista, como la inevitable anexión de Taiwán. Después de afirmar que “la situación en Hong Kong ha logrado un importante punto de inflexión del caos a la gobernabilidad”, Xi declaró que el PCCh sigue firme en el fortalecimiento de la soberanía nacional “frente a las actividades separatistas de las fuerzas de la ‘independencia de Taiwán’ y las severas provocaciones de fuerzas externas que interfieren en los asuntos de Taiwán”. También afirmó que el PCCh tiene una estrategia general para “resolver el problema de Taiwán en la nueva era”, que conduzca a la “reunificación completa” del país.
En resumen, Xi estaba señalando que “Taiwán es el siguiente” territorio a someter.
El resultado final del discurso fue que no hubo sorpresas reales, y Xi parece tener un control firme del Congreso, el PCCh y el país en general. Algunos observadores pensaron que Xi podría anunciar una relajación de la draconiana “política de cero-COVID” del PCCh, pero eso no sucedió.
[Nota: los delegados tendrán la oportunidad de «modificar» el informe de Xi haciendo recomendaciones de cambios desarrolladas por varios grupos de trabajo a lo largo de la semana, pero se espera que cualquier cambio sea superficial e insignificante].
Los otros dos eventos principales de la semana incluyen lo siguiente:
Uno de los eventos es la «elección» por parte de los más de 2000 delegados del «líder supremo» Xi para un tercer mandato de cinco años como secretario general del PCCh. La elección será una farsa, ya que no se permitirán los votos negativos ni las abstenciones. Esto es un verdadero reflejo de la «democracia con características chinas». [Nota: Xi también tiene otros dos títulos: presidente de la Comisión Militar Central y «presidente» de la China comunista. Es probable que el primer cargo se extienda a Xi durante este Congreso].
El otro evento es la “elección” del nuevo Comité Central, el resto del equipo de liderazgo del PCCh, que gobernará la nación durante los próximos cinco años. El proceso será superficial, ya que Xi y sus aliados en el Comité Permanente del Politburó sin duda ya han hecho las 370 selecciones (que incluyen 170 suplentes), y el Congreso simplemente aprobará esas elecciones. Xi es responsable de administrar la gran burocracia del PCCh, incluidos los diversos ministerios, departamentos, comisiones y oficinas que gobiernan y regulan la economía china. No se necesita (ni se desea) la opinión del público, ya que el Politburó tomará esa decisión en secreto. Más “democracia con características chinas”.
Durante el Congreso se ejecutará otra tarea administrativa consistente en desarrollar y aprobar una enmienda a los estatutos del PCCh que autorizará el tercer mandato de Xi como secretario general. Hasta ahora, la carta ha limitado a los líderes chinos a dos mandatos de cinco años. Es probable que esa enmienda también consagre algunas de las tonterías ideológicas de Xi para guiar el desarrollo marxista.
¿Con Xi o sin Xi?
Por diversas razones, a lo largo del último año se ha especulado mucho en los medios de comunicación mundiales sobre si Xi será, de hecho, «elegido» para cumplir un tercer mandato sin precedentes o será sustituido debido a su incapacidad para resolver -mientras que en realidad ha exacerbado- importantes problemas que persisten en China.
Los observadores de China han señalado una lista considerable de problemas aparentemente intratables, que incluyen una crisis financiera y de deuda a largo plazo (a punto de explotar), una demanda decreciente en el mercado doméstico de vivienda residencial (posiblemente debido a cambios sociales que resultan en menos matrimonios chinos) , una ola de boicots hipotecarios en 340 ubicaciones en 190 ciudades chinas, una tasa de natalidad en declive (debido considerablemente a una política dictada por el gobierno de uno, luego dos y ahora tres hijos), la represión a la industria tecnológica china (el más vibrante sector de la economía china), la caída de las ganancias de las empresas estatales locales, el continuo enigma del gaokao, el enfoque internacional en el genocidio del PCCh contra los uigures en Xinjiang, el aumento de los delitos violentos y la actividad de pandillas en el centro de China, la incapacidad de la producción nacional de alimentos para alimentar a los 1400 millones de habitantes de China (China es el mayor importador de productos alimenticios del mundo), el desempleo juvenil (entre 19 y 24 años), que ha alcanzado un nuevo récord del 19.3 por ciento, el rechazo internacional a la ley de seguridad nacional en Hong Kong impuesta por Beijing, el aumento de la salida de empresas extranjeras de China, el trastorno general de la economía china debido a los cierres arbitrarios y las cuarentenas asociadas a la política draconiana del PCCh de «cero-COVID.
Gordon Chang, un destacado experto en China, incluso ha predicho que “la economía de China se está derrumbando” debido a una combinación de los factores mencionados.
Luego están las protestas periódicas en los últimos años por parte de las siguientes personas: Agricultores en la provincia de Guangdong, residentes de Shanghai y Shenzhen que protestan por los cierres de COVID, depositantes bancarios en Zhengzhou en la provincia de Henan y manifestantes anti-Xi que salieron a protestar contra Xi la semana pasada en Beijing.
Con base en lo anterior, ¿está Xi en problemas políticos y existe alguna posibilidad de que se haga a un lado a favor de un reemplazo por consenso en el 20° Congreso del Partido? Después de todo, las luchas internas entre facciones son una práctica estándar dentro del liderazgo comunista chino, ya que quien dirige determina los trabajos de patrocinio y monetiza los puestos dentro de las burocracias gubernamentales. Las luchas internas de las facciones se especulan en este vídeo del 8 de octubre de China Uncensored, que ofrece un resumen histórico de las luchas internas de las facciones del PCCh, y argumenta que hay una lucha política continua entre los campos políticos de Xi y el antiguo líder Jiang Zemin.
Incluso hubo un tuit de Twitter de una cuenta en India en septiembre que afirmaba que Xi fue desplazado durante un golpe militar: “Se rumorea que Xi ha sufrido un golpe militar. Las fuerzas especiales del #EPL se reunieron en el aeropuerto militar de Shenyang bajo las órdenes de Li Qiaoming”. Newsweek recogió ese tweet en un artículo con los editores posiblemente deseando y esperando que el rumor fuera cierto. Por desgracia, era un rumor falso, y los preparativos para el Congreso continuaron sin incidentes ni interrupciones hasta el día de hoy.
Reflexiones finales
La probabilidad de que Xi sea desplazado del poder durante el XX Congreso del PCCh es prácticamente nula. El PCCh, como todos los partidos comunistas, es una entidad conservadora que aborrece los cambios importantes y rápidos. El Partido busca por sobre todas las cosas la continuidad, la legitimidad y el control político perpetuo. Los congresos del partido son eventos cuidadosamente orquestados que tienen la intención de persuadir a las audiencias nacionales y extranjeras de la legitimidad del gobierno del PCCh, y una lucha por el poder público, especialmente un cambio importante en el liderazgo del PCCh, expondría la farsa que es la “democracia con características chinas” a los ojos de los demás, además de dañar el prestigio de la China comunista en el escenario mundial.
El tercer mandato de Xi es un hecho. El Congreso aprobará el «sueño chino» actualizado de Xi. Y el resto del mundo determinará si hay que rechazar ese sueño o acomodarse a él.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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