El líder del Partido Comunista Chino (PCCh), Xi Jinping, reafirmó el compromiso de China con Rusia durante una llamada telefónica realizada el 15 de junio con el presidente ruso, Vladimir Putin, según los medios estatales chinos.
«China está dispuesta a trabajar con Rusia para seguir apoyándose mutuamente en sus respectivos intereses fundamentales relativos a la soberanía y la seguridad», dijo Xi, «así como en sus principales preocupaciones, profundizando su coordinación estratégica, y fortaleciendo la comunicación y la coordinación en organizaciones internacionales y regionales tan importantes como las Naciones Unidas, el mecanismo BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghái».
También dijo que el PCCh estaba dispuesto a trabajar conjuntamente con Rusia para promover el compromiso con las naciones en desarrollo con el fin de dar forma al orden internacional para beneficiar mejor a los dos países.
«La parte china está dispuesta a trabajar con la parte rusa para impulsar el desarrollo constante y a largo plazo de la cooperación bilateral práctica», dijo Xi.
En el anuncio de la llamada telefónica, un portavoz del Kremlin dijo que Xi reconocía la «legitimidad de las acciones de Rusia para proteger sus intereses nacionales fundamentales frente a los desafíos de seguridad creados por fuerzas externas». La declaración era probablemente una referencia a la propaganda rusa de que la guerra en curso en Ucrania era un esfuerzo para impedir la expansión de la OTAN.
En el momento de la invasión rusa del país en febrero, Ucrania no estaba en consideración para ingresar en la OTAN y se le negaría dicho ingreso en base que los solicitantes de la OTAN deben mantener la integridad territorial en todos sus territorios reclamados, cosa que Ucrania no hace.
La floreciente alianza entre el PCCh y el Kremlin ha sido una preocupación creciente para los funcionarios occidentales desde que Xi y Putin anunciaron por primera vez una asociación «sin límites» el 4 de febrero.
Desde entonces, Xi no se ha sumado a las sanciones internacionales impuestas a Rusia por la invasión de Ucrania, y el PCCh ha adoptado sistemáticamente la posición de que las acciones financieras internacionales contra Rusia no son válidas, proporcionando así a Rusia una línea de vida económica vital en los mercados chinos.
El PCCh también ha sido objeto de críticas por su aparente apoyo a Rusia durante la actual guerra en Ucrania. Estados Unidos ha acusado al PCCh de considerar la posibilidad de proporcionar a Rusia apoyo militar para la guerra y, asimismo, un informe de Ucrania sugirió que piratas informáticos afiliados al PCCh lanzaron un ciberataque masivo contra Ucrania el día antes de que Putin lanzara la invasión.
Actualmente, el PCCh sigue censurando fuertemente las conversaciones sobre la guerra en las redes sociales dentro de China continental y se niega a referirse a esta como una guerra, repitiendo la postura rusa de que se trata de una «operación militar especial».
El Kremlin ha anunciado su apoyo a las reivindicaciones del PCCh sobre Taiwán y ha declarado que se opone a los intentos internacionales de influir en los acontecimientos en curso en Taiwán, Xinjiang y Hong Kong.
Los líderes de la inteligencia estadounidense han dicho que es probable que la asociación entre el PCCh y el Kremlin solo se profundice en la próxima década y que esta nueva situación estratégica tendrá profundos efectos en la geoestrategia, ya que Estados Unidos nunca antes se había enfrentado simultáneamente a dos adversarios nucleares casi iguales.
«Ahora estamos en un punto en el que tendremos que compartir mucho más nuestra planificación nuclear y las operaciones nucleares y cómo recurriríamos a las armas nucleares, no solo la disuasión convencional, sino las funciones que desempeñarían las armas nucleares estadounidenses en una crisis», dijo en abril David Santoro, presidente del Foro del Pacífico, un grupo de expertos en política exterior.
«Desgraciadamente, a veces hablamos de la estabilidad estratégica como el principio organizador de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia y entre Estados Unidos y China. No creo que seamos capaces de alcanzar la estabilidad ahora mismo. Estamos en una situación muy, muy mala con ambos».
La llamada telefónica entre Xi y Putin se produce menos de una semana después de que el ministro de Defensa chino, Wei Fenghe, amenazara con iniciar una guerra por la cuestión de la independencia de facto de Taiwán y apenas unos días después de que Xi anunciara un amplio conjunto de 59 nuevas normas destinadas a preparar al ala militar del PCCh para acciones militares «no bélicas».
No hubo ninguna aclaración inmediata sobre lo que se considera una acción militar «no bélica» en el pensamiento del PCCh. Sin embargo, la actual guerra de Rusia en Ucrania presenta una posible interpretación, dado que ni Rusia ni China reconocen el conflicto como una guerra.
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