La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dijo en una entrevista reciente que cree que los estadounidenses son conscientes de que, a pesar de la retórica del presidente Joe Biden sobre la caída de la inflación, los precios, en general, no van a bajar.
Yellen hizo estos comentarios en una entrevista del 25 de enero en ABC News, en la que promocionó las políticas de Bidenomics de la administración y dijo que no ve ninguna razón para que las sombrías predicciones de una recesión este año se hagan realidad.
“Creo que 2024 va a ser un muy buen año económico. Dicho esto, siempre hay riesgos”, le dijo Yellen a Elizabeth Schulze de ABC News en la entrevista.
Luego, la secretaria del Tesoro abordó la cuestión de la inflación y señaló que los precios de productos básicos como el alquiler y los alimentos “son quizás un 20 por ciento más altos que antes de la pandemia”, antes de agregar que los aumentos de precios ahora “prácticamente se han normalizado”.
Luego se le preguntó a Yellen cómo comunicar a los votantes el hecho de que los precios probablemente no caerán a donde estaban antes de la pandemia, a pesar de los repetidos comentarios del presidente Biden sobre la caída de la inflación.
“Bueno, creo que la mayoría de los estadounidenses saben que no es probable que los precios bajen”, respondió Yellen. «No es el objetivo de la Reserva Federal tratar de hacer que el nivel de precios regrese a donde estaban».
Si bien el ritmo de inflación ha caído de manera más o menos constante desde el reciente pico del 9 por ciento en junio de 2022 hasta el 3.4 por ciento en diciembre de 2023, esto en realidad no significa que los precios hayan caído, solo que han estado aumentando a un ritmo más lento.
En sus numerosos comentarios sobre la inflación, el presidente Biden no siempre se ha preocupado de distinguir entre la caída de los precios (es decir, tasas de inflación negativas) y la caída de la inflación (tasas de inflación positivas, pero menores que las del mes anterior).
Por ejemplo, con motivo de la publicación del informe de inflación de noviembre de 2023, el presidente mencionó los dos conceptos al mismo tiempo.
“El informe de hoy demuestra el progreso continuado en la reducción de la inflación y de los costes para las familias estadounidenses. La inflación está ahora en el 3.1 por ciento, casi dos tercios por debajo de su máximo», dijo el 12 de diciembre, cuando la Oficina de Estadísticas Laborales publicó los datos de noviembre sobre el índice de precios al consumo (IPC), una medida común de la inflación.
Si bien los precios de algunos productos y servicios en realidad cayeron ese mes (por ejemplo, los automóviles y camiones usados bajaron un 3.8 por ciento interanual en noviembre), los precios en conjunto aumentaron un 3.1 por ciento en términos anualizados.
El objetivo de inflación de la Reserva Federal es de alrededor del 2 por ciento, y Yellen reconoció en la entrevista de ABC News que la administración Biden tiene más trabajo por hacer para reducir el ritmo de los aumentos de precios más cerca del objetivo, al tiempo que deja en claro que son una quimera las expectativas de los consumidores sobre una caída generalizada de precios.
Algunos precios cayeron, pero no en general
El último informe de inflación del IPC (de diciembre de 2023) mostró que los precios de algunos bienes y servicios cayeron, aunque, en general, los precios subieron.
“A pesar de lo que muchos pronosticadores predijeron hace un año, la inflación ha bajado”, dijo el presidente Biden en comentarios sobre el informe del IPC.
“El informe de hoy muestra que terminamos 2023 con una inflación por debajo de casi dos tercios desde su pico y una inflación básica en su nivel más bajo desde mayo de 2021”, continuó.
De hecho, el informe del IPC de diciembre mostró que la inflación fue del 3.4 por ciento en términos anualizados, en comparación con el reciente pico del 9 por ciento de junio de 2022.
«Vimos bajar los precios a lo largo del año en bienes y servicios que son importantes para los hogares estadounidenses, como un galón de gasolina, un galón de leche, una docena de huevos, juguetes, electrodomésticos, alquiler de automóviles y tarifas aéreas», afirmó acertadamente el presidente.
Un desglose detallado de la tasa de inflación categoría por categoría muestra las caídas porcentuales durante los últimos 12 meses hasta diciembre en los precios de los bienes mencionados por el presidente: Gasolina regular sin plomo (-2,2 por ciento), leche (-1,8 por ciento), huevos (-23,8 por ciento), juguetes (-4,5 por ciento), electrodomésticos (-4,0 por ciento), alquiler de automóviles (-12,1 por ciento) y tarifas aéreas (-9,4 por ciento).
Si bien los comentarios del presidente Biden sobre la caída de los precios en ciertas categorías de bienes son ciertos, los precios de otros bienes aumentaron significativamente el año pasado. Y, lo que es más importante, los precios en conjunto aumentaron un 3.4 por ciento, un ritmo de inflación más rápido que el objetivo del 2 por ciento de la Reserva Federal.
Por ejemplo, todas las siguientes categorías experimentaron aumentos en los últimos 12 meses hasta diciembre: Pan (3.1 por ciento), carne de res (8.7 por ciento), fórmula para bebés (7.3 por ciento), naranjas (5.3 por ciento) y verduras congeladas (6.1 por ciento).
Medidas alternativas de inflación
Varios estadounidenses han expresado escepticismo con respecto a las tasas oficiales de inflación, y algunos dijeron en Internet en otros foros que su experiencia vivida sugiere que los precios han subido más de lo que sugieren las estadísticas oficiales del gobierno.
Un indicador alternativo de la inflación del IPC desarrollado por el economista John Williams, calculado según la misma metodología utilizada por el gobierno estadounidense en los años 80, sitúa la cifra real de inflación en aproximadamente el doble de la cifra oficial. Esto significa que, en lugar de un 3.4 por ciento interanual en diciembre, el ritmo de inflación estaría en realidad más cerca del 7 por ciento.
Williams considera que la metodología actual del BLS para calcular la inflación es una medida errónea de cómo los miembros del público en general experimentan los cambios en su costo de vida.
“Las personas consideran el IPC del gobierno como una medida del costo de vida para mantener un nivel de vida constante, además de medir ese costo de vida en términos de gastos de bolsillo. Sin cumplir con esos parámetros, una medida de inflación tiene un uso limitado, si es que tiene alguno, para un individuo”, escribió Williams en una nota que explica su teoría.
“Cuando en un momento el IPC cumplió con los parámetros deseados por el público, los esfuerzos del gobierno lograron que el IPC dejara de medir los cambios de precios en una canasta de bienes y servicios de peso fijo y pasara a medir una canasta de bienes basada en una cuasi sustitución, lo que destruyó el concepto del IPC como una medida del costo de vida para mantener un nivel de vida constante”, dijo.
El enfoque alternativo de Williams sobre la inflación del IPC tiene sus críticos, incluido el economista Ed Dolan, investigador principal del Centro Niskanen.
En una publicación de blog que analiza el enfoque de Williams, Dolan dice que comparte la opinión de Williams de que la metodología actual del gobierno subestima la inflación.
Sin embargo, por diversas razones, Dolan cree que las tasas de inflación proporcionadas por el método de Williams son demasiado altas y que se podría llegar a una tasa de inflación más precisa restando aproximadamente 2.45 puntos porcentuales de las cifras de Williams.
De cualquier manera, medidas alternativas de inflación sugieren que los estadounidenses han experimentado una subida de los precios durante el mandato del presidente Biden en más del 17 por ciento que indican las estimaciones oficiales.
La medida de Williams situaría esa cifra en aproximadamente el 34 por ciento, mientras que la de Dolan la situaría en alrededor del 31.5 por ciento.
El expresidente Donald Trump dijo recientemente que cree que el nivel acumulado de inflación desde que dejó el cargo es superior al 30 por ciento, al tiempo que predijo que, si no gana las elecciones de 2024, Estados Unidos sufrirá una caída histórica del mercado de valores y una crisis al estilo de la Gran Depresión.
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