El zar fronterizo del presidente electo Donald Trump, Tom Homan, sugirió el jueves que la administración entrante podría utilizar casas de acogida para los hijos de inmigrantes ilegales.
«En cuanto a los niños estadounidenses, esa va a ser una situación difícil, porque no vamos a detener a sus hijos ciudadanos estadounidenses, lo que significa, ya sabes, que van a ser puestos en casas de acogida», dijo Homan a NewsNation, refiriéndose a los niños que son ciudadanos pero cuyos padres son inmigrantes ilegales.
Dijo que «pueden… quedarse en casa y esperar a que los oficiales hagan los arreglos de viaje y vuelvan a buscar a la familia».
En una entrevista aparte con el Washington Post el jueves, dijo que los padres en esa situación llegaron al «país ilegalmente y eligieron tener un hijo».
«Pusieron a su familia en esa posición», dijo.
También dijo que la administración tendrá que construir nuevos centros de detención para retener a las familias que saldrán de Estados Unidos.
«Vamos a tener que construir instalaciones familiares», dijo Homan al Washington Post. «Cuántas camas vamos a necesitar dependerá de lo que digan los datos».
En una entrevista con CNN a principios de este mes, Homan predijo que se necesitarían 100,000 camas para los esfuerzos de deportación masiva de la administración entrante. Durante la campaña, una de las principales promesas de Trump fue iniciar el plan de deportación, mientras que Homan dijo más tarde que la administración se centraría primero en los extranjeros ilegales con antecedentes penales.
Trump también planteó la idea de rescindir la ciudadanía por derecho de nacimiento, lo que probablemente se enfrentaría a un número significativo de demandas. Pero Homan le comentó a NewsNation el jueves que los hijos nacidos en EE. UU. de inmigrantes ilegales no impedirán que sus padres sean expulsados.
«Tener un hijo ciudadano estadounidense no te hace inmune a nuestras leyes, y ese no es el mensaje que queremos enviar al mundo entero, que puedes tener un hijo y eres inmune a través de las leyes de este país», dijo Homan.
Se calcula que en enero de 2022 había 11 millones de inmigrantes en Estados Unidos de forma ilegal, según un informe del Departamento de Seguridad Nacional, una cifra que probablemente aumentó en los últimos años. El Consejo Estadounidense de Inmigración, favorable a la inmigración, consideró que el coste de expulsar a todos los inmigrantes ilegales supondría una pérdida del producto interior bruto, aunque Trump y sus aliados dijeron que la expulsión de inmigrantes impulsaría la economía.
A principios de diciembre, Trump declaró a la revista Time que utilizaría el ejército estadounidense con todo el rigor de la ley para respaldar las medidas de deportación. Cuando se le preguntó sobre una ley estadounidense que generalmente impide que el ejército sea utilizado en la aplicación de la ley nacional, Trump dijo que la inmigración ilegal equivalía a una invasión que debía ser detenida.
«Lo considero una invasión a nuestro país», dijo Trump. «Conseguiremos la Guardia Nacional, e iremos tan lejos como se me permita, de acuerdo con las leyes de nuestro país».
Trump no descartó construir nuevos centros de detención para alojar a los inmigrantes ilegales que esperan ser deportados, pero dijo que su administración tendría como objetivo deportarlos rápidamente, limitando la necesidad de campamentos u otros sitios.
«No los quiero sentados en campamentos durante los próximos 20 años. Los quiero fuera, y los países tienen que aceptarlos de vuelta», dijo Trump en la entrevista con la revista Time.
Con información de Reuters
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