Es posible que la suplementación con zinc no prevenga el resfriado común, pero la evidencia sugiere que podría reducir su duración en varios días, según una revisión sistemática.
Un artículo publicado recientemente en la Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas examinó 34 estudios existentes con 8526 participantes para evaluar si el zinc es eficaz y seguro para prevenir y tratar el resfriado común. Diecinueve de los ensayos en humanos analizaron el zinc como tratamiento y 15 evaluaron su capacidad para prevenir el resfriado.
Cuando los investigadores desglosaron los estudios, descubrieron que puede haber poca o ninguna reducción en el riesgo de desarrollar un resfriado cuando se suplementa con zinc en comparación con los placebos. Sin embargo, una revisión de ocho estudios de 972 personas encontró que tomar zinc puede reducir la duración de los síntomas del resfriado en aproximadamente dos días.
Al mismo tiempo, los investigadores dijeron que tenían poca confianza en la evidencia que demostraba que el zinc podría afectar positivamente la gravedad de los síntomas del resfriado.
«La evidencia sobre el zinc está lejos de ser definitiva, necesitamos más investigación antes de poder confiar en sus efectos», dijo la autora principal Susan Wieland, profesora asistente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland en un comunicado de prensa de Cochrane. «Estudios adicionales que se centren en los tipos y dosis más prometedores de productos de zinc y utilicen métodos estadísticos apropiados para evaluar los resultados que son importantes para los pacientes nos permitirán comprender si el zinc puede tener un lugar en el tratamiento del resfriado común».
En cuanto a los eventos adversos, los efectos secundarios comunes potencialmente debidos a la suplementación con zinc e informados durante los ensayos, incluyeron sabor desagradable, pérdida del olfato, vómitos, calambres estomacales y diarrea. No hubo eventos graves reportados. Aún así, los investigadores dijeron que los beneficios potenciales de tomar zinc deben sopesarse con los efectos secundarios.
«Las personas que consideran el zinc para tratar un resfriado deben ser conscientes de la base de evidencia limitada y de los posibles efectos secundarios», dijo en el comunicado de prensa el coautor Daryl Nault, de la Universidad de Salud Integrativa de Maryland. «En última instancia, depende del individuo decidir si el riesgo de posibles efectos secundarios desagradables justifica el beneficio de acortar potencialmente su enfermedad unos días».
¿Qué es el zinc?
Según los Institutos Nacionales de Salud, el zinc es un mineral esencial involucrado en muchos procesos biológicos, incluida la función inmune, la curación de heridas, la síntesis de ADN y la división celular. También afecta la capacidad de una persona para saborear y oler.
Numerosos estudios muestran que la deficiencia de zinc puede perjudicar la función inmune y aumentar el riesgo de infecciones. El zinc también puede afectar la producción de anticuerpos y alterar la producción de las citocinas —que ayudan a coordinar la respuesta inmunitaria del organismo— y puede debilitar la capacidad del sistema inmunitario para generar una respuesta eficaz contra los agentes patógenos.
«Se sabe que el zinc actúa como un modulador inmunológico, lo que desempeña un papel importante en el sistema de defensa inmunológico», dijo a The Epoch Times el Dr. Craig M. Wax, médico y experto en políticas de atención médica.
El zinc es ampliamente considerado como un agente antiinflamatorio y antioxidante y, cuando se usa con otros compuestos, acorta la duración de la enfermedad y reduce su gravedad. Por ejemplo, todos los agentes que utilizamos contra COVID-19 en el campo, como la hidroxicloroquina y la quercetina, llevaron zinc a la célula para realizar las acciones, dijo el Dr. Wax.
Además, el zinc «reduce la gravedad de las infecciones por ARN monocatenario y acorta la duración de la infección cuando se administra precozmente». El zinc también «desempeña un papel inhibidor en casi todo el ciclo de vida del VHS [virus del herpex simple]», añadió.
En una revisión Cochrane anterior sobre el zinc, los investigadores examinaron 15 ensayos aleatorios, doble ciego y controlados con placebo que utilizaron pastillas de zinc durante al menos cinco días consecutivos para tratar o durante al menos cinco meses, para prevenir el resfriado común. Descubrieron que la suplementación con zinc se asociaba con una «reducción significativa» en la duración y la gravedad del resfriado y encontraron una «diferencia significativa» entre las personas que tomaron zinc y los grupos de control.
En particular, el zinc tomado dentro de las 24 horas posteriores a la aparición de los síntomas redujo la duración y la gravedad de los síntomas del resfriado en personas sanas. Cuando se tomó zinc durante al menos cinco meses como prevención, los investigadores descubrieron que la incidencia de resfriados, ausencias escolares y prescripciones de antibióticos disminuía en los niños.
Las diferencias en los ensayos pueden explicar los hallazgos de la revisión
Aunque la reciente revisión Cochrane incluyó 34 ensayos, variaron en muchos aspectos. Los ensayos utilizaron diferentes tipos y dosis de zinc y diversos métodos de administración. Diecisiete de los 34 estudios utilizaron pastillas de zinc. Algunos estudios utilizaron acetato de zinc, mientras que otros utilizaron gluconato y orotato de zinc. Las dosis variaron de 45 a 276 miligramos por día . Un estudio administró gluconato de zinc por vía intranasal y junto con orotato de zinc por vía oral.
De los 17 estudios que no utilizaron pastillas, el zinc se administró en cápsulas, polvos disueltos, tabletas, jarabes y por vía intranasal. Los ensayos no incluyeron las variaciones de zinc que se sabe que son más biodisponibles, como el picolinato de zinc y el bisglicinato de zinc, ni incluyeron citrato de zinc, glicinato de zinc o monometionina de zinc.
Además, no hubo coherencia en la forma en que se midieron o informaron los resultados. Algunos ensayos utilizaron un período de tiempo fijo y preguntaron a los participantes si todavía estaban resfriados al final. Otros midieron el tiempo entre el inicio y la resolución de los síntomas, y cada estudio lo definió de forma ligeramente diferente. La mayoría de los estudios no monitorearon los síntomas individuales, como dolor de garganta, tos o fiebre, por lo que no hubo «evidencia suficiente para sacar conclusiones confiables sobre síntomas específicos», según el comunicado de prensa de Cochrane. Los métodos utilizados para comprobar si el zinc era eficaz también variaron significativamente.
Finalmente, algunos estudios no informaron adecuadamente cómo se distribuyó aleatoriamente a las personas en los grupos de tratamiento, lo que podría explicar las diferencias observadas entre los grupos de estudio.
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