No es extraño que cada vez más personas se desvinculen del PCCh, dice parlamentario

Por Andrew Chen
13 de agosto de 2022 2:00 PM Actualizado: 13 de agosto de 2022 2:00 PM

El parlmentario conservador Garnett Genuis ha expresado su apoyo al movimiento de los chinos que cortan sus vínculos con el Partido Comunista Chino (PCCh), ya que el número de personas que han abandonado al Partido y sus organizaciones afiliadas ha alcanzado recientemente el hito de 400 millones.

«Apoyo firmemente el derecho de las personas a elegir desvincularse voluntariamente del Partido Comunista Chino», declaró el parlamentario por Sherwood Park-Fort Saskatchewan a The Epoch Times.

«Dada la escalada de violencia y represión de la que es responsable el Partido, el aumento de la desvinculación no es nada sorprendente».

Los comentarios de Genuis se producen después de que el Centro de Servicio Mundial para Renunciar al Partido Comunista Chino anunciara el 3 de agosto que el número de chinos que han renunciado a sus vínculos con el PCCh y sus organizaciones afiliadas había alcanzado los 400 millones.

Aunque el PCCh afirma tener más de 95 millones de miembros en 2021, a la mayoría de los ciudadanos chinos se les exige desde su infancia que se unan a sus organismos afiliados: los Jóvenes Pioneros, para los niños en edad de escuela primaria y secundario, y la Liga Juvenil Comunista, para los jóvenes en edad de escuela secundaria y preparatoria. Estos requisitos son obligatorios cuando los niños se matriculan en casi todas las escuelas de China.

A medida que la gente avanza en las tres organizaciones del PCCh, su compromiso evoluciona de «contribuir a» a «luchar por» y, finalmente, a estar «dispuesto a sacrificar todo por» el Partido.

«El derecho a la libertad de asociación es un derecho humano fundamental. Los canadienses tienen garantizado este derecho en nuestra constitución, la libertad de asociación está consagrada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y el gobierno chino pretende respetar también este derecho. Lamentablemente, los derechos humanos y las libertades universales no son reconocidos ni honrados por el Partido Comunista Chino», dijo Genuis, que es el ministro de Desarrollo Internacional en la sombra.

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Garnett Genuis, ministro en la sombra de Canadá para el Desarrollo Internacional y los Derechos Humanos y miembro de la Alianza Interparlamentaria sobre China. (Cortesía de Garnett Genuis)

Tuidang

Sabiendo que el PCCh no permite que los chinos renuncien activamente a su pertenencia al Partido, e incluso tomaría represalias contra quienes lo hicieran, el Centro Mundial ha estado ayudando a los chinos a abandonar al Partido utilizando alias.

Renunciar al Partido, o «Tuidang» en chino, es uno de los mayores movimientos populares de la historia de China. Comenzó en 2004 después de que The Epoch Times publicara los «Nueve comentarios sobre el Partido Comunista«, un libro que ilustraba la historia del PCCh y sus crímenes contra el pueblo chino.

Desde que el PCCh estableció la República Popular China bajo su régimen de partido único en 1949, se estima que entre 60 y 80 millones de chinos han muerto por causas no naturales, según los Nueve Comentarios. Muchos perecieron bajo los movimientos políticos del régimen, incluida la persecución en curso a los practicantes de Falun Gong, el encarcelamiento de millones de minorías étnicas en Xinjiang y Tíbet, y la represión de la democracia en Hong Kong.

El abogado canadiense especializado en derechos humanos, David Matas, señaló que, a diferencia de los países democráticos en los que se celebran periódicamente elecciones que reflejan los intereses públicos, las élites políticas de China «gobiernan por la fuerza» y «sus herramientas de búsqueda y mantenimiento del poder son la propaganda, la censura, el encubrimiento, el nepotismo y la coacción».

El PCCh se ha apoyado en estas herramientas para respaldar su dominio tiránico sobre China durante los últimos 74 años, pero el pueblo solo necesita una para desmantelar este sistema opresivo, según Matas.

«Dado que el Partido Comunista es el problema, desmantelar el Partido Comunista es la solución. La campaña para que la gente abandone el Partido Comunista es un rayo de esperanza», dijo.

«El pueblo de China no necesita derrocar al Partido Comunista para conseguir la libertad. Todo lo que tienen que hacer es alejarse de él. Si un número suficiente de personas abandona el Partido, éste se convertirá en una cáscara vacía y su poder desaparecerá».

Anticipando el colapso del PCCh

Matas, cofundador de la Coalición Internacional para Acabar con los Abusos en los Trasplantes en China, sacó a la luz en 2006 los horrendos crímenes del PCCh en materia de sustracción de órganos a personas vivas realizada a los practicantes de Falun Gong.

También llamada Falun Dafa, la práctica incluye ejercicios de meditación y enseñanzas morales de «verdad, benevolencia y tolerancia». Introducida por primera vez en China en 1992, la práctica atrajo rápidamente entre 70 y 100 millones de practicantes a finales de la década, según estimaciones oficiales chinas. Pero el exlíder del PCCh, Jiang Zemin, percibió la popularidad de Falun Gong como una amenaza para su régimen totalitario, y el 20 de julio de 1999 lanzó una brutal campaña de persecución destinada a erradicar la práctica.

En este proceso, el régimen chino ha convertido la terapia de trasplante de órganos, que puede salvar vidas, en una industria de sustracción y tráfico de órganos, utilizando los órganos sustraídos por la fuerza a los practicantes de Falun Gong y otros presos de conciencia.

Sin embargo, esto podría conducir a la propia desaparición repentina del PCCh, dijo Matas.

«Hay acontecimientos que podrían precipitar un colapso del Partido incluso antes», dijo. «Uno de ellos es el asesinato de presos de conciencia por sus órganos. El abuso es tan horrible e indefendible que si se sabe dentro de China que el Partido es responsable, podría provocar su colapso casi inmediatamente».

«Con el tiempo, cada vez más gente se da cuenta de la existencia y el alcance de la atrocidad y de la falsedad de las negaciones. Con el tiempo, las filtraciones del sistema de censura tienen un efecto de acumularse. El asesinato masivo de Falun Gong por sus órganos es un hilo que, si se jala lo suficiente, puede descoser la alfombra del Partido que cubre China».

Las investigaciones de Matas sobre la sustracción de órganos del PCCh, realizadas con el exparlamentario canadiense David Kilgour, están publicadas en el libro «Cosecha sangrienta».


Portada del libro «Cosecha sangrienta». (Cortesía de Seraphim Editions)

Amenaza para los canadienses

El exministro de Justicia y Fiscal General de Canadá, Irwin Cotler, condenó recientemente a China por sus continuos ataques contra los ciudadanos canadienses y el Estado de Derecho internacional. En su artículo de opinión, Cotler destacó la lista de canadienses que son víctimas del régimen comunista chino.

Algunos casos de alto perfil incluyen a Michael Kovrig y Michael Spavor, quienes hasta el pasado mes de septiembre, estuvieron detenidos en una prisión china y privados de acceso a la familia, al abogado, a los medios de comunicación y a un poder judicial independiente. Los dos hombres fueron detenidos en diciembre de 2018, días después de que Canadá arrestara a Meng Wanzhou, alta ejecutiva del gigante chino de las telecomunicaciones Huawei, en virtud de una orden de Estados Unidos para que fuera extraditada por presunto fraude bancario.

Otras víctimas son la empresaria canadiense y practicante de Falun Gong Sun Qian, que ya lleva dos años de su condena de ocho años después de que las autoridades del PCCh la obligaran a renunciar a su ciudadanía canadiense, el empresario canadiense Xiao Jianhua y el activista canadiense de los derechos de los uigures Huseyin Celil.

El senador canadiense Leo Housakos dijo que «está totalmente de acuerdo» con Cotler en que «hace tiempo que nuestro gobierno debe aceptar que no se pueden normalizar las relaciones con un régimen autoritario fuera de control como el de Beijing».

«Es hora de que nuestro gobierno haga algo más que expresar su preocupación por el aumento de la agresividad del PCCh», dijo.

Housakos pidió el apoyo parlamentario a varios proyectos de ley, entre ellos los proyectos de ley S-204, S-211, S-237 y S-247 del Senado, para crear un mecanismo de denuncia que permita al público responsabilizar a las empresas si son cómplices del uso de trabajo forzado en la fabricación de productos, lo que podría utilizarse para sancionar a China por su genocidio contra los uigures de Xinjiang y la persecución de otros grupos minoritarios.

«Tenemos las herramientas disponibles para hacer algo más que quedarnos quietos. La cuestión es si el gobierno actual tiene la voluntad de hacerlo», dijo.


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