Documentos internos obtenidos por The Epoch Times indican que las operaciones de la Oficina 610, una comisión de alto nivel que en su momento tuvo un rol clave en las campañas del Partido Comunista Chino contra la fe y la religión, siguen estando activas en organizaciones sucesoras.
Conocida formalmente como el Grupo Central de Liderazgo para la Prevención y el Tratamiento de Religiones Heréticas, la Oficina 610 se estableció el 10 de junio de 1999 como preparación para la persecución del PCCh a la disciplina espiritual Falun Gong, también conocida como Falun Dafa. La represión, ordenada por el entonces cabecilla del partido Jiang Zemin, comenzó en julio de ese año y se mantiene hasta hoy como la mayor campaña masiva que el régimen ha montado desde la Revolución Cultural.
Entre 2018 y 2019, reformas estructurales realizadas bajo el actual líder chino Xi Jinping condujeron a la disolución nominal de la Oficina 610 y de dos organizaciones de seguridad relacionadas. Pero la reforma también exigía que las funciones de la Oficina 610 se fusionaran con la policía china y con un poderoso órgano del Partido Comunista, la Comisión Central de Asuntos Políticos y Legales (CAPL).
Los documentos recientemente adquiridos son informes de 2019 y 2018 sobre las actividades nacionales y en el extranjero de las organizaciones encargadas de la «religión antiherética» en el distrito de Fangshan de Beijing.
El informe de 2018, «Estado de la implementación [de la política] en el Partido y el gobierno, y entre las masas», contiene detalles sobre la «labor de asuntos exteriores» de la Oficina 610 del distrito de Fangshan –propaganda contra las «religiones heréticas» en Canadá.
«Religiones heréticas» o «xie jiao» en chino, es un término usado por el PCCh para difamar las creencias en China que no están controladas por las organizaciones religiosas oficialmente autorizadas por el Partido. El término suele traducirse erróneamente como «secta».
El informe de 2019 es una evaluación emitida por la «Subdivisión de Orientación Religiosa Antiherética» del CAPL de Fangshan. Titulado «Estado de la labor de prevención y manejo de las religiones heréticas», el documento evalúa el desempeño de 93 instituciones del Partido Comunista y del gobierno en todo el distrito en cuanto al mantenimiento de las políticas antirreligiosas del PCCh.
Aunque el documento de 2018 hace referencia directa a la «Oficina 610» a nivel de distrito como la responsable de la «labor de asuntos exteriores», el término no está incluido en el informe de 2019, lo que refleja el desmantelamiento de la Oficina.
Sin embargo, la evaluación sugiere que la Subdivisión de Orientación está facultada con autoridad extralegal para hacer cumplir esas políticas en amplios sectores de la sociedad china, es decir, las mismas facultades que tenía la Oficina 610.
Coordinando la persecución
Enseñado por primera vez en 1992 en el noreste de China, Falun Dafa es una disciplina de meditación basada en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. A finales de dicha década, los organismos estatales chinos estimaron que había decenas de millones de practicantes, muchos de los cuales reconocieron que Falun Dafa les aportaba una mejora física y espiritual.
El PCCh tiene una larga historia de suprimir violentamente la fe como una «superstición feudal». Dado el número de practicantes de Falun Dafa en el país, la persecución del PCCh fue una operación masiva.
La Oficina 610 facilitó la gestión eficaz de las unidades policiales y de propaganda para detener a los practicantes y difamar a Falun Dafa en toda China. Su influencia también se sentía en la vida cotidiana, ya que las unidades de trabajo, las escuelas y otras instituciones que recibían órdenes de la Oficina presionaban a los practicantes para que abandonaran su fe o sufrieran las consecuencias. Incidentes como el engaño de la autoinmolación de Tiananmen proveyeron a los medios de comunicación del Partido del combustible para fomentar el odio hacia Falun Dafa entre la población en general.
Como puede verse en la evaluación de la Subdivisión de Orientación Religiosa Antiherética del CAPL del distrito de Fangshan, el método del Partido para perseguir a Falun Dafa y a otras religiones en toda la sociedad sigue vigente. La Subdivisión de Orientación concedió o retiró puntos a diversas instituciones en función de su desempeño; por ejemplo, si los practicantes lograban realizar una protesta contra la persecución, la institución considerada responsable de no prevenir el incidente perdería puntos.
De manera similar, si una institución correccional no lograba avanzar en la «transformación» de un practicante de Falun Dafa –es decir, hacer que abandone la práctica– también sería penalizada.
Los informes de derechos humanos estiman que en China, más de un millón de personas han sido encarceladas por practicar Falun Dafa, un gran número de las cuales han sido sometidas a trabajos forzados, torturas, lavado de cerebro y otras formas de desgarradores abusos. Un conjunto diverso de evidencias muestra que desde principios de la década del 2000, el régimen del PCCh asesinó a decenas de miles de practicantes de Falun Dafa y otros prisioneros de conciencia para extraerles sus órganos.
Lucha en el extranjero y en casa
El informe de 2018 que menciona a la Oficina 610 de Fangshan destaca la continuidad entre la Oficina y la Subdivisión de Orientación del CAPL, así como el alcance mundial de la campaña anti Falun Dafa.
Según el informe, la «labor de asuntos exteriores» de la Oficina 610 en Canadá involucraba «lucha en el extranjero» y estaba financiada por las autoridades del distrito de Fangshan.
«De acuerdo con los requisitos del Comité Central [del PCCh] y el Comité municipal del Partido, la Oficina 610 del Comité del Distrito de Fangshan realizó visitas a Montreal, Toronto y Ottawa en Canadá para llevar a cabo una campaña contra las religiones heréticas», dice el informe.
Las actividades de «lucha en el extranjero» en Canadá de la Oficina 610 del distrito se enfocaron en promover el odio hacia Falun Dafa, incluyendo la realización de seminarios «antisecta» y el pago a medios de comunicación locales en idioma chino para que hicieran propaganda en contra de la práctica. Por ejemplo, los agentes de la Oficina 610 se unieron con China Press, vinculada a Beijing, conocida en mandarín como Qiaobao, para publicar semanalmente contenidos contra Falun Dafa y producir 400,000 folletos de propaganda.
La información del documento de 2018 encaja con una larga serie de incidentes en el curso de la persecución, en la que grupos pro-PCCh han difamado, acosado y a veces atacado a practicantes de Falun Dafa en el extranjero. Personas que promueven la propaganda anti Falun Gong en Flushing, Ciudad de Nueva York, han sido vinculados a la Oficina 610 en Tianjin, una ciudad cerca a Beijing.
Otros documentos recientemente filtrados a The Epoch Times demuestran aún más la continuidad institucional en la persecución del PCCh a Falun Dafa y otras religiones. Los documentos contienen detalles de otras organizaciones «anti religiones heréticas» en diferentes partes de China, como un centro de lavado de cerebro en la ciudad de Harbin, al noreste de China.
Mientras tanto, las autoridades de las provincias de Guangdong y Mongolia Interior prometieron seguir luchando contra las «religiones heréticas», incluso mientras la epidemia del virus del PCCh sigue propagándose por toda China.
Según el informe de la Subdivisión de Orientación Religiosa Antiherética de Fangshan, entre agosto y octubre de 2019, el CAPL local reunió a más de 70,000 personas en las zonas e instituciones bajo su jurisdicción para participar en un cuestionario de «nueva vida científica». El CAPL también organizó actividades de propaganda para reforzar la ideología atea del PCCh, como la «danza cuadrada para la ciencia popular».
La línea del partido y el legado de las facciones
Según analistas, la eliminación de la oficina representaba una medida de Xi para consolidar aún más su poder sobre las fuerzas de seguridad del régimen chino, que habían estado dominadas por el excabecilla del Partido Comunista Jiang y sus aliados durante la década de 2000.
Desde que llegó al poder en 2012, el mandato de Xi ha luchado contra la influencia de la facción de Jiang, lanzando una extensa campaña anticorrupción para erradicar a esta última.
La persecución a Falun Dafa, aunque es una cuestión de política del Partido, está fuertemente ligada al legado político de la facción de Jiang. Muchos altos funcionarios asociados con Jiang tuvieron roles claves en la planificación y ejecución de la brutal campaña, como el exdirector de la Oficina 610 y del CAPL central, Zhou Yongkang.
En 2013, el entonces director de la Oficina 610, Li Dongsheng, fue investigado por corrupción y sentenciado en 2016.
Otros miembros de la facción de Jiang, como Bo Xilai, el exsecretario del partido en la metrópolis de Chongqing, en el sudeste de China, y el difunto general Xu Caihou son los principales sospechosos del asesinato en masa de practicantes de Falun Dafa para extraerles sus órganos. Zhou, Bo y Xu fueron purgados en los primeros años del mandato de Xi.
Aunque el régimen del Partido Comunista ha conferido más autoridad a Xi, la lucha entre Xi y sus rivales de facción continúa sin cesar.
El 19 de abril de 2020, el alto funcionario de seguridad pública chino Sun Lijun fue puesto bajo investigación. Además de desempeñar un papel de liderazgo en los esfuerzos del régimen por combatir al virus del PCCh en Beijing, y de supervisar la supresión por parte del Partido de las protestas prodemocráticas de Hong Kong el año pasado, Sun tenía un largo historial de asociación con la facción de Jiang, y fue el último subdirector de la Oficina 610.
El martes 21 de abril, Fu Zhenghua, un funcionario de la facción de Jiang que habría «desertado» hacia el lado de Xi al ayudar a Beijing a expulsar a Zhou Yongkang, se retiró de su cargo como subsecretario del PCCh del ministerio de justicia del régimen chino. Fu, de 65 años, es actualmente ministro de justicia. En 2015, año de la sentencia de Zhou, se convirtió en jefe de la Oficina 610, cargo que ocupó hasta ser reemplazado al año siguiente.
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