Desde que Hong Kong comenzó el 26 de febrero a vacunar a su población con CoronaVac, la vacuna de producción nacional para COVID-19 de la empresa Sinovac, en 9 días se registraron tres muertes, lo que aumentó las muestras de preocupación por su seguridad.
Un hombre de 71 años murió en Hong Kong el 8 de marzo, cuatro días después de recibir la vacuna. Se informó que el paciente gozaba de buena salud antes de la vacunación. Esta fue la tercera muerte en Hong Kong tras una inyección de CoronaVac.
No está claro si la vacuna contribuyó en las muertes. Las autoridades de Hong Kong informaron que están investigando las causas de los tres decesos.
La primera muerte conocida se produjo el 28 de febrero. Se trata de un hombre de 63 años, quien falleció dos días después de recibir la vacuna. El 6 de marzo, una mujer de 55 años murió cuatro días después de su aplicación. Ambos tenían problemas de salud subyacentes.
Ronald Lam, el controlador del Centro de Protección de la Salud, dijo que hasta las 4 de la tarde del 7 de marzo, se registra un total de 45 casos de reacciones adversas graves, además de otros 16 casos menos graves, relacionados principalmente con dolores de cabeza y fatiga.
Dos personas fueron derivadas a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), y una de ellas se encontraba en ese momento en estado crítico.
Pak-Leung Ho, del Departamento de Microbiología de la Universidad de Hong Kong, señaló el 8 de marzo que CoronaVac no contaba con datos clínicos suficientes para personas mayores de 60 años, por lo que no se recomendaba a personas mayores de 60 años.
En lugar de detener el despliegue de CoronaVac, el gobierno de Hong Kong anunció que ampliará sus esfuerzos de vacunación prioritaria a siete categorías de personas, entre ellas el personal escolar y los trabajadores de la construcción presentes en los registros, un total de 1.3 millones de residentes.
El 8 de marzo, la secretaria de Alimentación y Salud de Hong Kong, Sophia Chan Siu-chee, declaró que el Grupo Asesor sobre Vacunas COVID-19 de Hong Kong seguía opinando que los beneficios de CoronaVac «superan los riesgos» y que el programa de vacunación de la ciudad seguirá utilizando la CoronaVac de procedencia china.
Hong Kong aprobó tres tipos de vacunas para uso de emergencia: CoronaVac, de la empresa china Sinovac; Comirnaty, de una empresa china asociada a Pfizer Fosun Pharma y la alemana BioNTech; y la vacuna de dosis única AstraZeneca de Oxford.
Muchos centros de vacunación muestran un descenso de solicitudes
Las reacciones adversas tras las inyecciones de CoronaVac disuadieron a algunos hongkoneses de recibir la vacuna fabricada en China. El gobierno local anunció el 1 de marzo que el número de citas para CoronaVac era de casi 160,000. Después de la primera muerte, el número de citas programadas para el 2 y el 3 de marzo se desplomó a 18,000 y 12,300, respectivamente. En los dos días siguientes se redujo aún más, hasta llegar a unos pocos miles.
Las actualizaciones diarias del gobierno sobre el número de vacunaciones programadas, en su sitio web, cesaron el 6 de marzo.
En una entrevista radiofónica del 9 de marzo, Patrick Nip Tak-kuen, secretario de la Administración Pública, mencionó que la tasa de vacunación inicial superaba el 90 por ciento, pero que el 8 de marzo había descendido al 72 por ciento, lo que indica que algunos ciudadanos no se vacunaron como estaba previsto.
Las vacunas y la economía
La carrera del Partido Comunista Chino para vacunar a la población china es lenta. A fines de febrero, China había administrado 52 millones de dosis de la vacuna, menos del 4 por ciento de la población.
Mientras tanto, Estados Unidos —que tiene una población de más de 300 millones de personas— vacunó al 9.2 por ciento de su población.
Según Bloomberg, «al ritmo actual de vacunación, China solo alcanzará la inmunidad colectiva en 5.5 años, frente a los 11 meses de Estados Unidos y los seis meses del Reino Unido».
«Si la vacunación no se intensifica esto podría retrasar aún más la apertura de las fronteras de China, lo que pesaría el crecimiento económico de los próximos años», dijo al medio de prensa Louis Kuijs, jefe de economía de Asia de la Oxford Economics de Hong Kong.
Los gobiernos de todo el mundo, incluida China, se enfrentan a la resistencia de algunas personas que aún no confían en las vacunas.
Anteriormente, The Epoch Times reveló una serie de informes de enero de la comisión de salud de una de las principales zonas urbanas de Shanghai. Estos contenían datos de una encuesta sobre la disposición de los lugareños a recibir las vacunas chinas para el COVID-19.
De las 113,000 personas encuestadas por la comisión, 24,000 —aproximadamente el 21 por ciento— dijeron estar dispuestas a vacunarse.
En los últimos años, China sufrió una serie de escándalos relacionados con las vacunas que mermaron la confianza del público en la seguridad de los medicamentos.
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