El senador Mitt Romney (R-Utah) abogó el lunes por un boicot a los Juegos Olímpicos de Beijing 2022 debido a la brutal represión del régimen comunista en el poder.
«China merece nuestra condena. El Partido Comunista Chino ha incumplido su acuerdo de permitir el autogobierno de Hong Kong; ha reprimido brutalmente a manifestantes pacíficos y ha encarcelado a respetados periodistas. Está llevando a cabo un genocidio contra los uigures y otras minorías étnicas; las mujeres uigures son esterilizadas a la fuerza o embarazadas por hombres chinos han. Los adultos, arrancados de sus familias, son condenados a trabajos forzados y a campos de concentración», escribió Romney en un artículo de opinión para el New York Times.
«Han prohibido a los chinos el acceso a las noticias transmitidas sin censura y a las redes sociales. Los ciudadanos son encuestados, espiados y penalizados por asistir a actos religiosos o expresar su disidencia», añadió.
Pero prohibir que los atletas estadounidenses participen en los Juegos Olímpicos no es la respuesta correcta, argumentó el excandidato presidencial republicano. Castigaría a los atletas que han entrenado duro y significaría que los estadounidenses se pierden la oportunidad de compartir sus valores en un escenario global. Y no serviría, alegó, para influir en el comportamiento del régimen chino.
«La respuesta correcta es un boicot económico y diplomático a los Juegos Olímpicos de Beijing. Los espectadores estadounidenses —salvo las familias de nuestros atletas y entrenadores— deben quedarse en casa, evitando [así] contribuir a los enormes ingresos que el Partido Comunista Chino recaudará con los hoteles, las comidas y las entradas», escribió Romney.
«Las corporaciones estadounidenses que habitualmente envían grandes grupos de clientes y asociados a los Juegos deben en cambio enviarlos a las sedes de Estados Unidos. En lugar de enviar la tradicional delegación de diplomáticos y funcionarios de la Casa Blanca a Beijing, el presidente debe invitar a disidentes chinos, líderes religiosos y minorías étnicas para que nos representen».
Estados Unidos y otras naciones también deben hacer saber al Comité Olímpico Internacional su predisposición a conceder las Olimpiadas a regímenes represivos, afirmó Romney. Añadió que la NBC, que retransmite las Olimpiadas, «puede abstenerse de mostrar cualquier elemento patriotero de las ceremonias de apertura y clausura y, en su lugar, emitir reportajes documentados sobre los abusos de China».
La Casa Blanca y la NBC no respondieron a las solicitudes de comentarios. La Casa Blanca dijo el mes pasado que aún no se ha tomado una decisión definitiva sobre si Estados Unidos participará en los Juegos Olímpicos de Beijing.
Otros republicanos también han pedido el boicot.
La última vez que Estados Unidos boicoteó unas Olimpiadas fue en 1980, cuando el entonces presidente Jimmy Carter impidió que los atletas participaran en las Olimpiadas de Moscú.
El Partido Comunista Chino, por su parte, se negó la semana pasada a explicar cómo garantizaría la libertad de prensa durante los próximos Juegos Olímpicos.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Wang Wenbin, en respuesta a un informe publicado por el Club de Corresponsales Extranjeros de China, defendió mayoritariamente el entorno mediático del régimen frente a «coberturas injustas y tendenciosas», y afirmó que el informe eran «ideas paranoicas de un puñado de periodistas occidentales».
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