En el mundo actual, son comunes los casos de conflictos entre una suegra y una nuera. Sin embargo, esto no solo hace que el hombre que está en medio se sienta como un sándwich, sino que también hace que la casa sea un campo de batalla.
Mientras que algunas personas pueden optar por ignorar una tensa relación, hay quienes ponen grandes esfuerzos para reparar el vínculo, y Nie Lan es una de esas personas. Afortunadamente, debido a su creencia en las enseñanzas de una antigua práctica espiritual, dio la vuelta su situación familiar y ayudó a que se restaure la paz.
De estar libre de preocupaciones a convertirse en el único sostén de la familia
Originaria de China, Nie dejó su casa el 1 de enero de 2010, para comenzar una nueva etapa en su vida. Casada con un hombre coreano, Nie se mudó a Corea del Sur. Al principio, la vida parecía tranquila, ya que la situación financiera de su marido era bastante buena.
Sin embargo, los días llenos de alegría no duraron mucho. Poco después, la familia fue despojada de todos sus ahorros. Esto puso en tensión la situación financiera de la familia. Para empeorar las cosas, su marido, que era el único sostén de la familia, perdió repentinamente su trabajo de contable.
«Mi marido estaba muy abatido en ese momento», dijo Nie a la edición en chino de The Epoch Times. «Se volvió adicto a los videojuegos, [jugaba] todos los días y no salió a trabajar durante seis años».
Además, su marido empezó a desconectarse de la sociedad y a temer al mundo exterior. Para resolver cualquier asunto cuando surgía la necesidad, arrastraba a Nie.
«Esto me causó un tremendo estrés», recordó Nie. «No sabía cómo seguir viviendo y no podía ver un futuro».
De estar libre de preocupaciones a perderlo todo, Nie comenzó a vivir en la casa de su cuñada, junto con su suegra. Describiendo la condición de la casa, Nie compartió que carecía de instalaciones de calefacción durante el invierno.
Poco después, Nie comenzó a darse cuenta que ya no podía depender de su marido, y por lo tanto decidió dejar la casa con su hijo de 3 años para poder cuidar de él.
«Utilicé mi tiempo libre para hacer un pequeño negocio para ganar dinero que es justo lo suficiente para alimentarnos a los dos», contó Nie. «El dinero era escaso. Por lo tanto, en ese momento, estaba muy enfadada con mi marido. Mi matrimonio casi dejó de existir».
A pesar de lidiar con tal crisis, Nie se compadeció de su marido. Después de pensarlo mucho, tomó la dura decisión de volver a su casa en la ciudad de Jeonju junto con su hijo.
Nie recordó que llegó a esa conclusión porque tenía que dar un paso adelante para mantener a la familia unida.
A pesar de que su vida era un desafío y la puso a prueba, Nie dijo que «nunca pensó en el divorcio». La razón fue porque ella practicaba Falun Dafa.
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Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, es una antigua práctica de cultivación de cuerpo y mente que enseña a seguir los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia en la vida diaria.
Nie dijo que la práctica le enseñó que «un cultivador debe ser amable, seguir las tradiciones, y cuando ocurre algo pensar primero en los demás».
La bondad cambia a su marido
Después de regresar a casa, Nie trató de ser comprensiva con la situación de su esposo mientras cuidaba a su suegra que sufre de demencia. Con el cambio en ella, la situación familiar también mejoró drásticamente. Las cosas empezaron a animar a su marido a reiniciar su carrera y a cambiar su actitud hacia ella.
En el pasado, el marido de Nie daba generosamente dinero a la familia y amigos. Sin embargo, cuando la familia de Nie sufría económicamente, nadie quiso prestarles dinero. Pero cuando la situación de la familia mejoró, la gente trató de volver a conectarse con ellos.
Al ser testigo de esto, el esposo de Nie se dio cuenta de que «esta gente no es de fiar, solo mi mujer, que nunca me abandona, es muy de fiar», le dijo su marido.
Después de esto, el marido de Nie empezó a apoyarla aún más. Siempre que Nie viajaba a Estados Unidos para asistir a actividades de Falun Dafa, su esposo se levantaba a las 2 a.m. para dejarla en el aeropuerto, aunque ella podía tomar un tren e ir sola.
Nie aseguró que su esposo, «No tenía la más mínima queja, y siempre tomaba la iniciativa para hacerlo».
La abnegación transforma la actitud de sus suegros
La relación de Nie con su suegra también comenzó a florecer.
En el pasado, Nie no podía evitar refunfuñar porque su suegra era exigente y se negaba a comer todo lo que ella hacía. También se acostaba en el sofá todo el día, evitando ayudarla con las tareas domésticas.
Sin embargo, Nie se dio cuenta de que la raíz del problema estaba dentro de ella. «Descubrí que esto se debía a mi egoísmo», dijo.
Después de cambiar sus pensamientos, decidió tratar a su suegra con respeto, y pronto notó una diferencia.
«Ella [su suegra] comenzaba a lavar los platos y a limpiar la basura una vez que llegaba a casa», dijo Nie. «A veces, salía a comprar algo de kimbap (un plato coreano hecho de arroz cocido y otros ingredientes enrollado en algas secas) y ponía la mesa después de regresar. Incluso llevaba la comida para que yo la comiera. Esto nunca había sucedido antes».
Pero no se detuvo ahí; la suegra de Nie empezó a alabarla incluso delante de sus parientes.
En la cultura coreana, el uso de los honoríficos es común, especialmente al conversar con los ancianos. Aunque Nie era seis años más joven que su cuñada, esta última tendría que hablar con honoríficos debido a la posición de Nie en la familia. Sin embargo, la cuñada de Nie no solo no usaba honoríficos mientras conversaba, sino que rara vez le hablaba.
A pesar de la frialdad, a Nie no le molestaba. Continuó tratando a su cuñada con amabilidad e incluso hizo más de 100 albóndigas una vez cuando trajo algunos invitados inesperados a la casa.
Poco a poco, la amabilidad de Nie tocó a su cuñada. «Mi cuñada no solo comenzó a usar honoríficos hacia mí, sino que también dejó de ser tacaña e incluso nos enviaba a menudo kimchi», dijo Nie.
Al ser capaz de superar todas las dificultades a lo largo de los años, Nie da crédito a Falun Dafa y sus enseñanzas.
«Si no me cultivara, podría no tener la confianza para seguir viviendo, y no sería capaz de perseverar hasta hoy», dijo.
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