Crecen las críticas internacionales por el reciente incremento a la persecución de Falun Dafa en provincias chinas

Por Frank Fang - La Gran Época
04 de diciembre de 2018 7:41 PM Actualizado: 04 de diciembre de 2018 7:41 PM

El gobierno de Estados Unidos y expertos internacionales están pidiendo a Beijing que ponga fin a la persecución de la práctica espiritual de Falun Dafa, después de que un reciente documento filtrado presuntamente de autoridades chinas de una provincia del noreste revelara que los esfuerzos por reprimir a la disciplina espiritual se intensificaron.

El 21 de noviembre, Bitter Winter, una revista digital en inglés publicada por el Centro de Estudios sobre Nuevas Religiones (CESNUR), una organización sin fines de lucro con sede en Italia, hizo público un documento de la sede de la fuerza policial secreta conocida como la Oficina 610 en la provincia de Liaoning. Se trata de una policía estatal extrajudicial que fue establecida por el excabecilla del Partido Comunista Chino Jiang Zemin en 1999 con el único propósito de llevar a cabo la persecución de Falun Dafa.

Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, es una antigua práctica espiritual basada en ejercicios meditativos y enseñanzas morales basadas en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. La enorme popularidad de la disciplina –según estimaciones oficiales, el número de practicantes en China era de 70 a 100 millones a finales de la década de 1990– fue vista por Jiang como una amenaza a su autoridad. El 20 de julio de 1999, Jiang inició una persecución a nivel nacional para detener a los practicantes y enviarlos a prisiones, centros de lavado de cerebro, campos de trabajo forzado y pabellones psiquiátricos, en un intento por obligarlos a abandonar su fe.

A la Oficina 610 se le otorgó plena libertad para operar por encima de la ley y en todos los niveles de la administración.

El documento filtrado de la provincia de Liaoning pedía “ataques proactivos”, “intimidación con mucha presión” y el establecimiento de “fuerzas de tareas especiales”, como claves para un mayor esfuerzo general para perseguir a los practicantes.

Eso incluiría una mayor vigilancia de las redes sociales chinas, señala el documento. Las cuentas de redes sociales y grupos de chat de los practicantes serán monitoreados y censurados, con el fin de evitar que difundan mensajes sobre la disciplina espiritual.

El documento indica que la campaña intensificada se lanzó en octubre y continuará hasta diciembre de este año.

En una entrevista por correo electrónico con la edición de La Gran Época en idioma chino, Massimo Introvigne, editor en jefe de Bitter Winter y fundador de CESNUR, una organización sin fines de lucro que promueve la investigación en las religiones y defiende la libertad religiosa, explicó cómo el documento filtrado reveló las tácticas del Partido Comunista Chino (PCCh) para perseguir a Falun Dafa.

“Deberíamos salir de la lógica de que el PCCh persigue a algunos grupos porque son ‘extremistas’ o ‘potencialmente (o realmente) violentos’. Eso es solo propaganda china”, escribió Introvigne, añadiendo que el PCCh “simplemente persigue a grupos que crecen rápidamente y son percibidos como potenciales amenazas para la hegemonía cultural del Partido Comunista. Más tarde se crean noticias falsas sobre enseñanzas extremistas y violencia para justificar la persecución”.

Alrededor de 10.000 practicantes de Falun Dafa marchan en el desfile por el Día Mundial de Falun Dafa en Nueva York, el 13 de mayo de 2016. (Edward Dye/La Gran Época)

El régimen chino calificó a Falun Dafa y a otras religiones minoritarias como “sectas heréticas” para difamarlas y poner a la opinión pública en contra de la disciplina y sus practicantes.

Introvigne añadió: “Es muy importante informar a la opinión pública internacional. Por eso lanzamos Bitter Winter y también aplaudimos las campañas de La Gran Época”.

Tina Mufford, subdirectora de investigación y política de la agencia federal Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional, señaló que el documento es alarmante y preocupante. “Es una señal de que la comunidad internacional necesita prestar más atención a las comunidades marginadas, como Falun Gong, que erróneamente son etiquetadas como sectas”, dijo en una entrevista telefónica con la edición de La Gran Época en idioma chino.

Mufford añadió: “Es muy impactante porque se trata de individuos que no han hecho nada malo; no quebrantaron ninguna ley; no cometieron ningún crimen; y sin embargo, las autoridades chinas los están persiguiendo y arrestando”.

El documento también señala que cualquiera que contribuya con información a Minghui.org, un sitio web dedicado a documentar la persecución de Falun Dafa en China, será blanco de la Oficina 610.

Las autoridades también intensificarán la campaña de “golpeando puertas”, que fue emprendida por las autoridades locales de toda China para perseguir a la creencia espiritual a partir de marzo de 2017, según Minghui.org. Esta campaña involucra a equipos de policías que visitan los hogares de los practicantes para investigar si todavía están practicando la disciplina espiritual.

Rosita Šorytė, presidenta del Observatorio Internacional para la Libertad Religiosa de los Refugiados (ORLIR), un grupo de investigación con sede en Italia que estudia y defiende a los refugiados que escapan de la persecución religiosa, escribió en una entrevista por correo electrónico con la edición de La Gran Época en idioma chino, que el alarmante desarrollo muestra que “las autoridades chinas continúan con su política de persecución, tortura y exterminio en lugar del diálogo y el respeto y entendimiento mutuo”.

Desarrollo alarmante

Recientemente, Liaoning y muchas otras provincias de la región noreste de China  llevaron a cabo arrestos a gran escala de practicantes de Falun Dafa.

El 12 de noviembre, 17 practicantes de Falun Dafa en la ciudad de Dalian, en Liaoning, fueron arrestados por la policía local como parte de una operación coordinada. Según Minghui.org, tres de los detenidos eran de la misma familia de apellido Chen, cuyas casas también fueron allanadas ilegalmente por la policía que los puso bajo arresto. Desde entonces uno de los detenidos fue puesto en libertad, pero se desconoce la situación de los otros 16.

Solo tres días antes, el 9 de noviembre, 119 practicantes de Falun Dafa de las ciudades de Harbin y Daqing, en la provincia de Heilongjiang, en el norte de China, fueron secuestrados por la policía, según Minghui.org.

Uno de los detenidos se llama Yang Tianjia, que fue sacado de su casa alrededor de las 5 de la tarde del 9 de noviembre. Según Minghui.org, la policía convenció a Yang para que abriera la puerta después de afirmar que su casa tenía una fuga de agua.

El 9 de noviembre otro detenido de nombre Jin Xu fue arrestado alrededor de las 6:30 a.m. Según Minghui.org, la policía confiscó sus tres impresoras, una computadora, unos 4000 yuan (unos 574 dólares) y libros de Falun Dafa.

El representante de Nueva Jersey Chris Smith, en la audiencia de la Comisión Ejecutiva del Congreso sobre China sobre la represión del Partido Comunista contra la religión en China, en Washington, el 28 de noviembre de 2018. (Jennifer Zeng/La Gran Época)

En vísperas de la reunión del mandatario chino Xi Jinping con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el representante de Nueva Jersey, Christopher Smith, vicepresidente de la Comisión Ejecutiva del Congreso de Estados Unidos sobre China, señaló que los recientes secuestros en Heilongjiang son evidencia de que el PCCh continúa con su persecución, a la cual describió como «una mancha negra en la historia reciente de China”.

Las violaciones de derechos humanos contra los practicantes de Falun Dafa incluyen ser sometidos a la sustracción forzada de órganos, escribió el congresista Smith. Añadió: “He instado al presidente Trump a plantear el tema de la libertad religiosa a Xi Jinping, y le pedí que abordara la persecución masiva de Falun Gong y otras comunidades religiosas tanto como una cuestión de seguridad como una que perjudica a la economía china”.

Las investigaciones de la Coalición Internacional para Terminar con el Abuso de Trasplantes en China (ETAC), un grupo de ética en trasplantes compuesto por médicos, abogados, académicos y otros investigadores, revelaron que un gran número de practicantes de Falun Dafa han sido asesinados por sus órganos, los cuales son utilizados en la lucrativa industria de trasplantes de órganos en China.

Hasta noviembre de 2018, según datos aún incompletos de Minghui.org, la persecución actualmente en curso ha tenido como resultado al menos 4235 muertes confirmadas de practicantes de Falun Dafa. El número real es probablemente mayor debido a la dificultad de transmitir información sensible fuera de China.

Otros arrestos a gran escala reportados recientemente por Minghui.org incluyen ocho arrestos en la ciudad de Suihua en Heilongjiang el 3 de octubre; 20 arrestos en Changchun, la capital de la provincia de Jilin en el noreste de China, el 12 de octubre; y más de 7 arrestos en Chengdu, la capital de la provincia de Sichuan en el suroeste de China, el 31 de octubre.

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