La adicción a los videojuegos es real. Tanto los adultos como los niños que están «pegados» a sus pantallas para jugar a menudo desde su computadora hacen que sus familias se preocupen mucho.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) añadió oficialmente el «trastorno del juego» a la Clasificación Internacional de Enfermedades en 2018, después de cuatro años de estudio activo.
Como cualquier otra adicción o trastorno, puede ser difícil dejar el hábito una vez que la persona se engancha con los videojuesgos.
Sin embargo, una joven griega que jugaba videojuegos durante un promedio de 16 horas al día luchaba por salir de este caparazón. Finalmente, encontró su camino hacia la «desadicción» en una antigua práctica de superación personal.
Superando la adicción a los videojuegos
Sofía, que ahora reside en Australia, se hizo adicta a los videojuegos en 2004; su «adicción» a los videojuegos duró casi ocho largos años. La obsesión por los juegos le hacía pasar cada vez más tiempo frente a la computadora, incluso jugando hasta 16 horas de juegos al día.
Ella sabía que jugar videojuegos durante tantas horas puede tener efectos drásticos en la salud, Sofía intentó dejarlo, pero no pudo.
«Intenté muchas veces dejarlo, pero no tenía suficiente fuerza de voluntad para controlarme y salir de ello», dijo a Minghui.org.
Sofía solía estar interesada en una variedad de cosas, incluyendo el teatro amateur, correr y bailar. Sin embargo, abandonó todos sus intereses para centrarse en los videojuegos. Cuando emigró a Australia con su esposo, no tenía idea que su vida estaba a punto de cambiar para mejor.
En 2012, su colega le presentó una antigua práctica de cultivación de mente y cuerpo llamada Falun Dafa (también conocida como Falun Gong). La práctica, enraizada en la tradición budista, consiste en enseñanzas morales y cinco conjuntos de ejercicios, incluida la meditación.
«Estaba tan emocionada… estaba decidida a usar los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia para guiarme en mi vida diaria», dijo.
Sin embargo, Sofía dijo que nunca había dejado de pensar en jugar a los videojuegos. Pero esta vez, cuando jugó, experimentó que algo había cambiado en la forma en que percibía la obsesión por los juegos: ya no pensaba que los juegos eran tan adictivos como antes.
«Volví a jugar videojuegos después de que empecé a practicar Falun Dafa, pero esta vez descubrí que mi adicción no era tan fuerte, y poco a poco perdí el interés en ellos», dijo.
«Si jugaba de nuevo, sentía un dolor agudo en mis ojos, y mi cuerpo se sentía terrible. Decidí dejar de jugar por completo».
Sofía incluso compartió su experiencia con sus amigos, y muchos de ellos decidieron seguir los pasos de Sofía y dejaron de jugar unos meses después.
«Ya no me interesa jugar más», dijo.
Según Minghui.org, hay varias personas que naturalmente dejaron los videojuegos después de practicar Falun Dafa.
Por ejemplo, Lei Ching wei, un graduado de la Universidad de Ciencia y Tecnología Chung Chou, Taiwán, dijo que practicar Falun Dafa le ayudó a eliminar su adicción a los juegos de video.
«Ahora tengo la mente clara y me siento con energía. Mis calificaciones también mejoraron», dijo.
Hike Opfermann, un practicante de Falun Dafa de Alemania, solía ser adicto a los juegos en Internet. Sin embargo, decidió dejar de jugar después de que empezó a practicar este método de cultivación de mente y cuerpo.
Reparando relaciones tensas
La práctica de Falun Dafa no solo ayudó a Sofía a dejar su adicción, sino que dijo que las enseñanzas morales de la práctica también mejoraron sus tensas relaciones con los miembros de su familia.
Sofía dijo que después de seguir los principios morales de Falun Dafa de «considerar a los demás primero» y «ser desinteresado», se dio cuenta de que no podía llevarse bien con sus padres debido a su mal genio y egoísmo. Recordó cómo se quejaba y discutía con su madre en Grecia, donde llevaban el negocio familiar. Sofía añadió que la relación con su padre se volvió tensa después de que se divorció de su madre.
«Mi madre siempre pensó en mí de manera negativa», dijo. «Pensaba que mi familia me impedía ser feliz y quería destruir mi vida».
«Me mudé a Australia con mi esposo y solo quería escapar de mi familia», añadió.
Después de aprender Falun Dafa, Sofía se esforzó por asimilarse a los principios morales de la práctica, y su madre pronto cambió su actitud hacia ella. Sofía incluso perdonó a su padre, con quien no había hablado en tres años, y tomó la iniciativa de contactarlo.
«Nuestra relación ha vuelto a la normalidad», dijo Sofía. «He renunciado a todos los recuerdos dolorosos, y ya no odio a nadie», agregó.
«Tengo tanta suerte de practicar Falun Dafa. Ahora pienso en no herir a la gente y no siempre buscar sus defectos», dijo Sofía. «Debería ser más responsable de mí misma y de la gente que conozco», agregó.
No es una tarea fácil cambiar la percepción que una persona tiene de sus semejantes, pero Sofía dijo que pudo mejorar sus relaciones porque su mentalidad y perspectiva cambiaron. Atribuyó los cambios positivos a las enseñanzas espirituales de Falun Dafa que están arraigadas en los valores universales de Verdad, Benevolencia y Tolerancia.
«Falun Dafa me ha cambiado completamente», dijo. «Mi mente se ha vuelto clara, fuerte y honesta. Nuestra vida juntos se ha vuelto más relajada y llena de compasión, sabiduría y esperanza».
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