Cuando el joven Jhon Perry, comenzó a sus 20 años a practicar Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, sintió el deber de informar a la población sobre el peligro que enfrentan los practicantes de esta disciplina espiritual en China. Entonces buscó una petición en línea para compartir con sus seres queridos.
«Yo estaba tratando de encontrar la forma más práctica y directa de lograr que mis familiares firmaran la petición», dijo. Se refería a la iniciativa de la organización sin fines de lucro Médicos Contra la Sustracción Forzada de Órganos (DAFOH).
Esta petición reclama al Alto Comisionado de Naciones Unidas en Derechos Humanos, que adopte «medidas inmediatas para poner fin a la práctica inmoral de la sustracción forzada de órganos a prisioneros de conciencia en China». También hace un «llamamiento para poner fin a la persecución del grupo espiritual Falun Gong, la víctima principal de la sustracción forzada», indica el texto.
Falun Gong (o Falun Dafa) es una disciplina espiritual de la Escuela Buda, que combina una serie de ejercicios suaves y una meditación, con el estudio de tres principios: Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Comenzó a ser perseguida por el régimen comunista chino, cuando se estimaban que había 100 millones de chinos que seguían esta creencia.
«Hace varios años que venimos realizando constantemente esta petición», escribió el portavoz de DAFOH, Dr. Damon Noto, en un correo electrónico.
«Hemos recogido casi 2 millones de firmas, pero todavía no hay ninguna respuesta oficial de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU. Sin embargo, muchos otros funcionarios gubernamentales y oficinas han tomado nota de esta enorme respuesta del público», agregó.
Jhon Perry estudiante de ciencias de la computación en la Universidad Tecnológica de Georgia, les contó a todos sobre la petición para detener este crimen de lesa humanidad.
«Conseguí que mis familiares firmaran y tambien mis amigos, todos ellos firmaron», dijo.
Luego amplió su enfoque. Él reservó un espacio cerca de la «Free Speech Zone», un lugar cerca del centro de estudiantes, para difundir esta atrocidad. Envió un correo electrónico a otros practicantes de Falun Dafa en Atlanta. Dijo haberse sorprendido por la respuesta: «Obtuve más de lo que estaba pidiendo. Lo que realmente me enseñó mucho».
Cuando Jhon volvió a la escuela, pensó que debía difundir la verdad sobre el régimen comunista chino y las violaciones de los derechos humanos que este comete.
«Yo pensé, no hay nadie más para hacerlo, así que lo tengo que hacer yo», expresó al respecto. Sin embargo, siempre tuvo apoyo en esta decisión. «Mirando hacia atrás, me di cuenta de lo poderoso que es trabajar juntos», dijo Jhon.
Dos mujeres de China se encontraban entre los 14 ayudantes que se unieron a la propuesta. No hablaban inglés, pero Jhon Perry pensó que podían comunicarse con alguno de los muchos estudiantes chinos de la Universidad. Ellas lo hicieron sonriendo y se ayudaron mutuamente.
Si una persona no hablaba mandarín, ellas buscaban a alguien que hablara inglés para unirse a la conversación. Un estudiante de origen asiático, dijo: «Me siento mal, no puedo entenderlas». Él era en realidad americano y nunca había aprendido chino, aunque esas son sus raíces. Él firmó la petición.
«Un montón de personas que pasaban caminando apoyaron la petición», dijo Perry. «Un chico hasta gritó. Era como si él supiera cuan importante era».
«Una mujer llamada Alicia, estaba de visita en el campus de la pequeña ciudad de Statesboro en Georgia. Ella se llevó una petición para juntar firmas en su zona», detalló Jhon. Ella dijo: «Estoy muy feliz de que ustedes estén haciendo esto».
Un hombre africano vistiendo que vestía de traje no dudó. Tan pronto como se enteró de la petición, dijo: «Por supuesto» y firmó.
Jhon imprimió tambien información sobre la sustracción de órganos en China, para ayudar a los demás y responder preguntas de los transeúntes. Él dijo que quería estar seguro de que supieran la verdad. Uno de los hechos clave es que China no tiene un sistema formal de donación de órganos, sin embargo, los trasplantes de órganos han aumentado exponencialmente desde 1999, que es precisamente el año en que el régimen comunista comenzó a perseguir a los practicantes de Falun Dafa.
La mayoría de la gente apoyó esta petición. Aunque algunos la rechazaron. Un hombre chino intentó discutir con Jhon. Puso en tela de juicio los hechos acerca de la sustracción de órganos realizada por el régimen en China. Él gritó y maldijo.
Jhon mantuvo una actitud calmada y amistosa. «Él parecía estar enojado de que estuviéramos aquí», dijo Jhon. «Es difícil decir por qué estaba enojado». Perry dijo que el señor había escrito un trabajo para refutar los informes de sustracción de órganos y parecía sentirse desconcertado al ver tanta gente firmando para detener esta barbarie. Jhon le dijo: «No tenemos nada que ganar con esto. No tenemos ninguna razón para mentir».
«Recuerdo a un grupo de mujeres chinas, eran niñas. Les ofrecí un volante. Estuvieron agradecidas y pensé cuanto valor tiene», expresó Jhon y añadió: «Realmente necesito colaborar todo lo que pueda».
Definitavemente, Jhon Perry seguirá haciendo todo lo que pueda. También lo harán otros.
«Muchos de los grandes medios de comunicación, incluyendo el New York Times, han publicado el tema de la sustracción forzada de órganos en China. Esto está ayudando a romper el silencio sobre este abuso. También están ayudando a pedir una investigación independiente y completa con acceso transparente a lo que ha ocurrido en los últimos 10 años en China», escribió Noto.
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