Bill Gates, en un debate en Twitter el martes, dijo que a las actuales vacunas contra COVID-19 les faltaban dos factores clave, y afirmó que ómicron podría provocar una ola de inmunidad en las comunidades por las que pasa.
Gates, cofundador de Microsoft y uno de los hombres más ricos del mundo, ha invertido en la investigación de vacunas a través de su fundación y ha dado destacadas charlas sobre la pandemia. Recientemente, charló sobre la situación actual del COVID-19, las vacunas y otros temas relacionados con Devi Sridhar, profesora de la Universidad de Edimburgo, donde ocupa una cátedra personal en salud pública mundial.
Al preguntarle por un avance que podría suponer la mayor diferencia para acabar con la pandemia, habló de la eficacia de las vacunas.
«Las vacunas que tenemos previenen muy bien la enfermedad grave y la muerte, pero les faltan dos cosas fundamentales. En primer lugar, siguen permitiendo las infecciones (‘casos posvacunación’) y la duración parece ser limitada. Necesitamos vacunas que prevengan la reinfección y que tengan muchos años de duración», dijo Gates.
La eficacia de las vacunas ha sido cuestionada, especialmente en lo que respecta a la variante ómicron. El elevado número de mutaciones en la proteína espicular de la variante aumenta «la posibilidad de escapar a la inmunización», según el presidente de Moderna, Stephen Hoge. Hoge añadió que el «impacto en la eficacia de nuestra vacuna» se aplica a todos los fabricantes.
Ómicron se ha extendido rápidamente por todo el mundo, y actualmente se le atribuye el 98.3% de las infecciones en Estados Unidos. Aunque es altamente transmisible, los estudios internacionales han demostrado que la variante presenta síntomas más leves en las personas infectadas.
Recientemente, una notable organización benéfica de salud internacional pidió que se tratara el COVID-19 «como un resfriado común». El Dr. Mike Tildesley, profesor de la Universidad de Warwick, ha pronosticado que el COVID-19 evolucionará hasta ser menos grave y volverse endémico. Dijo que la variante ómicron es el comienzo de ese proceso. Gates ha secundado esta perspectiva.
«Una vez que ómicron pase por un país, el resto del año debería ver muchos menos casos, de modo que el COVID pueda ser tratado más como una gripe estacional», ha dicho, al mismo tiempo que ha recomendado que las vacunas contra el COVID-19 podrían ser necesarias durante algún tiempo.
Gates habló de la gran cantidad de «desinformación» sobre él que se está difundiendo en las redes sociales. «Personas como usted y yo y Tony Fauci hemos sido objeto de mucha desinformación. No me lo esperaba. Algunas de ellas, como la de que pongo chips en los brazos, no tienen sentido para mí: ¿por qué querría hacer eso?».
El multimillonario habló entonces de la disponibilidad de vacunas en todo el mundo. Aunque hay demanda, los problemas logísticos y la ineficacia de los sistemas sanitarios impiden el suministro adecuado de vacunas en las naciones en desarrollo.
En cuanto a la teoría de las autoridades chinas de que el coronavirus surgió de un murciélago en un mercado húmedo situado en Wuhan, Gates defendió este argumento. Esto a pesar de las crecientes pruebas que sugieren que el nuevo coronavirus, también conocido como el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), se escapó de un laboratorio del gobierno en la ciudad china.
Cuando Sridhar le preguntó por el origen de la pandemia, Gates contestó: «Los datos son bastante sólidos en cuanto a que vino de otra especie, lo cual es cierto para la mayoría de las pandemias. La gente seguirá especulando sobre esto y debemos asegurarnos de que los laboratorios sean cuidadosos. Habrá futuros brotes procedentes de otras especies, así que debemos invertir en estar preparados».
Además de invertir en la investigación de vacunas, Gates ha realizado otras inversiones relacionadas con el COVID-19. En julio, un consorcio respaldado por George Soros y Gates participó en la compra de Mologic, una empresa de pruebas de COVID-19.
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