El gigante minorista de EE. UU. Walmart Inc. es la última empresa occidental que se ha visto atrapada en una tormenta de indignación nacionalista en China —lo cual no es inusual— después de que su filial supuestamente retirara productos de Xinjiang de las estanterías de sus tiendas locales.
El almacén minorista Sam’s Club, una división de Walmart, dijo que se debía a la escasez de existencias, según varios medios de comunicación chinos.
Sin embargo, eso no logró calmar la ira de los consumidores chinos. La agencia china contra la corrupción acusó el 31 de diciembre a la empresa de «estupidez y miopía».
La disputa se originó hace una semana cuando varios integrantes de Sam’s Club dijeron que no aparecían resultados cuando buscaban productos con la palabra clave «Xinjiang» a través de su aplicación. Los productos pertinentes, incluidos los dátiles rojos, las pasas, las manzanas y los melones cultivados en Xinjiang, no aparecieron el 31 de diciembre a través de la búsqueda en la aplicación, según un análisis de The Epoch Times.
Algunos productos de la región todavía estaban disponibles en una tienda local de Walmart en Beijing, según The Wall Street Journal.
Una captura de pantalla de los resultados de la búsqueda se hizo viral en la red social china Weibo. El hashtag #CancelCardOfSam ha generado en la plataforma casi 500 millones de visitas desde el 29 de diciembre.
El impacto para Walmart, que generó unos 11,430 millones de dólares de ingresos en China durante su año fiscal que terminó el 31 de enero, está por ver. De las 423 unidades minoristas que Walmart opera en China, 36 son tiendas Sam’s Club, según su página web.
El medio de comunicación chino Jiemian News dijo que el 29 de diciembre no encontró ningún cliente que solicitara el reembolso de la tarjeta en una tienda local del distrito de Shijingshan de Beijing, lo que no coincide con las protestas generalizadas por internet. Un miembro del personal confirmó que la tienda no había registrado un aumento repentino de las solicitudes de baja de los socios recientemente.
Sam’s Club Shijiangshan es la segunda tienda más grande de su cadena de almacenes en todo el mundo en términos de volumen de ventas, y la segunda abierta en China.
El 31 de diciembre, la Comisión Central de Inspección Disciplinaria del Partido Comunista, en el poder, acusó a Sam’s Club de boicotear los productos de Xinjiang y de tratar de «enredar» la controversia guardando silencio.
Dos días antes, el Comité Central de la Liga de la Juventud Comunista, afiliada al Partido, también pidió al público que boicoteara los almacenes solo para miembros.
«A China nunca le faltan supermercados», dijo a través de su cuenta oficial en las redes sociales.
Esto se produjo después de que el presidente Joe Biden firmara el 23 de diciembre un proyecto de ley que prohíbe las importaciones procedentes de la región china de Xinjiang en medio de la preocupación por el trabajo forzado y otros abusos, acusaciones que Beijing rechaza. La disposición entrará en vigor 180 días después de su promulgación.
Exaltación del nacionalismo
Varios críticos han dicho que el Partido Comunista Chino considera que exaltar el sentimiento nacionalista es una práctica básica para aglutinar al pueblo y consolidar su dominio.
El régimen central de China ha estado agitando el «frenético sentimiento nacional» acusando a las entidades extranjeras de «insultar a China», dijo Li Yuanhua, antiguo profesor asociado de la Universidad Normal de la Capital.
«Por un lado, Beijing espera provocar movimientos de masas para demostrar su apoyo local y avivar el nacionalismo. (…) Por otro lado, espera advertir a las empresas extranjeras en China para que se pongan al lado del Partido en cuestiones globales», dijo a la edición en chino de The Epoch Times.
Pero algunos dicen que se unieron al boicot solo para seguir la tendencia.
«Compré la tarjeta de miembro pero no he consumido mucho, sintiendo que es una especie de pérdida. Aprovecharía esta oportunidad para cancelarlo simplemente», dijo un miembro a varios medios de comunicación en China.
«No cancelar su membresía no significa que usted no sea patriótico», escribió otro en las redes sociales.
La semana pasada, Intel avivó el fervor nacionalista en China al pedir a sus proveedores que no se abastecieran de productos ni de mano de obra de la región noroccidental de Xinjiang, donde hay más de un millón de uigures en campos de detención.
«[China] ha estado abusando de este concepto [de insulto a China] para reprimir el discurso político de las opiniones disidentes», dijo Feng Chongyi, profesor de estudios sobre China en la Universidad de Tecnología de Sídney.
Los desafíos llegaron a las marcas de ropa hace unos meses.
En marzo, la Liga de la Juventud Comunista criticó la declaración de H&M de hace un año sobre la prohibición del algodón de Xinjiang. Las principales empresas chinas de comercio electrónico retiraron los productos y las tiendas de la empresa de sus plataformas. Nike, Tommy Hilfiger, Converse, Puma y Calvin Klein también provocaron un boicot total y perdieron embajadores de marca durante la campaña.
Con información de Reuters.
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