El Partido Comunista Chino (PCCh) es la mayor amenaza cibernética y de contrainteligencia para Estados Unidos, según el director del FBI, Christopher Wray, quien advirtió que el régimen de Beijing tiene en la mira a todos los sectores de la economía estadounidense.
«La mayor amenaza a la que nos enfrentamos como país desde la perspectiva del contraespionaje es la República Popular China y, especialmente, la amenaza del Partido Comunista Chino», dijo Wray durante una entrevista en el programa 60 Minutos el 24 de abril.
«Ellos están apuntando a nuestra innovación, nuestros secretos comerciales, [y] nuestra propiedad intelectual, en una escala que no tiene precedentes en la historia».
Según Wray el PCCh había desarrollado el mayor programa de piratería informática del mundo y sistemáticamente ha estado robando más información de los ciudadanos y empresas estadounidenses que cualquier otra nación del planeta. Esos planes malignos afectaron a cada parte de la economía y amenazaron con socavar la estabilidad de Estados Unidos.
«Ellos tienen un programa de hacking mayor que el de cualquier otra nación importante combinada», dijo el director. «Ellos han robado más datos personales y corporativos de los estadounidenses que todas las naciones juntas».
«Esto afecta a todo, desde la agricultura hasta la aviación, pasando por la alta tecnología y la sanidad. Prácticamente todos los sectores de nuestra economía».
«Todo lo que hace que una industria funcione, es su objetivo», añadió.
El PCCh está actualmente involucrado en una campaña de espionaje masivo contra Estados Unidos. Varias demandas recientes presentadas por el Departamento de Justicia alegan que los agentes chinos atacaron a ciudadanos estadounidenses con fines de acoso, hostigamiento, intimidación e incluso violencia, como parte de una iniciativa más amplia para silenciar a quienes denuncian los abusos de los derechos humanos del régimen.
Esta iniciativa incluye un presunto intento de socavar las elecciones de Estados Unidos atacando a un veterano del ejército que se presentó al Congreso y un plan para acosar a una patinadora olímpica estadounidense con el fin de silenciar a su padre.
Wray dijo que el FBI estaba abriendo ahora nuevas investigaciones de contrainteligencia sobre China «aproximadamente cada 12 horas», e indicó que había más de 2000 investigaciones de este tipo actualmente en curso, y que las 56 oficinas de campo del FBI con sede en Estados Unidos participaban en el plan.
«Es una medida de la importancia de la amenaza», dijo Wray.
Los críticos cuestionaron en los últimos meses la capacidad de la administración Biden para disuadir adecuadamente tales planes, dada la decisión de la administración de poner fin a la Iniciativa China, un programa del Departamento de Justicia de la era Trump diseñado para contrarrestar precisamente tales esfuerzos de espionaje.
Los abogados dijeron que el programa apuntaba injustamente a los estadounidenses de origen asiático. El fiscal general Adjunto Matthew Olsen indicó, sin embargo, que una revisión interna no encontró evidencia para apoyar esas afirmaciones, pero que había decidido poner fin al programa de todos modos para evitar la «percepción dañina de sesgo».
Wray dijo que el FBI no se dejaba intimidar y que llevaría a cabo su misión de defender al pueblo estadounidense del espionaje extranjero independientemente de las circunstancias.
«Nosotros seguiremos los hechos dondequiera que nos lleven, a quienquiera que nos lleven, sin importar a quién le guste», dijo Wray.
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