Una patinadora olímpica estadounidense y su padre se encuentran entre los objetivos de una supuesta conspiración de agentes secretos del Partido Comunista Chino (PCCh) para silenciar a los disidentes en el extranjero, según un reporte de Associated Press (AP).
La patinadora olímpica Alysa Liu y su padre, Arthur Liu, presuntamente fueron objeto de una conspiración del PCCh para acosar e intimidar a los críticos del régimen que viven en Estados Unidos.
El FBI informó al señor Liu el año pasado de que él y su hija Alysa, que entonces tenía 16 años y se preparaba para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022, eran un objetivo del PCCh. El señor Liu dijo que no le habló a su hija del asunto por temor a que la asustara, reportó AP.
Arthur Liu fue un refugiado político que huyó de China tras su participación en las protestas de la Plaza de Tiananmen en 1989, que fueron reprimidas violentamente por los militares del PCCh, y resultaron en miles de manifestantes muertos. Se estableció en Estados Unidos, obtuvo su título en Derecho y crió a su hija.
Su conexión con los sucesos de Tiananmen en 1989 fue también compartida por Yan Xiong, un aspirante al Congreso en la ciudad de Nueva York al que la policía secreta del PCCh presuntamente conspiró para calumniar y dañar físicamente.
La revelación de la identidad de Liu se produce después de que el Departamento de Justicia (DOJ) haya revelado tres casos penales en los que se acusa a cinco hombres de actuar como agentes del régimen chino y de participar en intentos para suprimir las voces disidentes en Estados Unidos mediante el acoso, el hostigamiento, la intimidación y la violencia.
«Estos casos exponen los intentos del gobierno de la República Popular China [RPC] de suprimir las voces disidentes dentro de Estados Unidos», dijo el fiscal general adjunto para la Seguridad Nacional Matthew Olsen durante una conferencia de prensa el miércoles, refiriéndose al nombre oficial del régimen chino.
«Demuestran cómo la RPC busca acechar, intimidar y silenciar a quienes se oponen a ellos».
El DOJ describió los casos como parte de la campaña de «represión transnacional» del régimen comunista chino.
La revelación de los casos se produce un mes después de la decisión de la Administración Biden de poner fin a la «Iniciativa sobre China» de la era Trump, un programa del DOJ destinado a combatir el espionaje del PCCh, y menos de una semana después de que un líder militar acusara al PCCh de difundir el autoritarismo en el extranjero.
El señor Liu dijo a AP que un hombre lo llamó en noviembre afirmando ser un funcionario del Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos. El hombre exigió los números de pasaporte de los Liu, pero Liu se negó a proporcionarlos.
El hombre que intentó recabar la información era presuntamente Matthew Ziburis, un ciudadano estadounidense que, según los fiscales, fue contratado para vigilar a la familia.
Ziburis también está acusado de destruir una estatua creada por un artista chino prodemocracia y de instalar dispositivos de seguimiento en los coches de los disidentes en Estados Unidos para el PCCh. Ziburis fue detenido el 17 de marzo por cargos como conspiración para cometer acoso interestatal y uso delictivo de un medio de identificación; quedó en libertad bajo una fianza de 500,000 dólares.
Después del incidente, Liu dijo que recibió garantías del Departamento de Estado y del Comité Olímpico de Estados Unidos de que su hija estaría protegida mientras compitiera en los recientes Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing. Dijeron que tendría al menos dos personas que la escoltarían durante el evento, reportó AP. La patinadora artística compitió finalmente y quedó en séptimo lugar en la prueba femenina.
Alysa Liu contó a su padre que un desconocido se le acercó una noche mientras estaba en Beijing para los Juegos Olímpicos, y que el hombre la siguió y le pidió que fuera a su apartamento.
«He aceptado que mi vida sea así por lo que decidí hacer en 1989, alzar la voz contra el gobierno», dijo el señor Liu, según AP. «Y sé que el gobierno chino extenderá sus largas manos a cualquier rincón del mundo».
«No voy a dejar que ganen, que me detengan, que me silencien para que no exprese mis opiniones en ningún sitio», dijo.
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