Más de 20,000 menores, la mayoría de Centroamérica, se encuentran actualmente retenidos en las instalaciones operadas por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) a un costo para los contribuyentes de al menos USD 60 millones por semana.
La mayoría de los niños cruzaron la frontera ilegalmente en los últimos dos meses.
En marzo, casi 19,000 menores no acompañados–un número récord–fueron detenidos por la Patrulla Fronteriza, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). El número se duplicó desde febrero, cuando se retuvo a 9400, mientras que los tres meses anteriores rondaban los 5000 por mes.
La Patrulla Fronteriza debe transferir la custodia de los menores no acompañados al HHS dentro de las 72 horas. Sin embargo, los números se han vuelto abrumadores y los niños se quedan en instalaciones de detención de la CBP abarrotadas durante más de una semana.
El HHS comenzó a publicar datos sobre la cantidad de menores no acompañados que tenía retenidos el 23 de marzo–que era de 11,551.
Desde entonces, el HHS ha abierto varios centros de detención de emergencia, incluidos centros de convenciones transformados en Dallas, San Antonio y San Diego; bases militares en estados fronterizos, y construcciones en estados del interior como Pensilvania y Michigan.
El 15 de abril, el HHS tenía 19,798 niños bajo custodia. Adicionalmente, la CBP tenía a unos 2515 niños.
El costo promedio de cuidar a un menor en una instalación permanente es de USD 290 por día, dijeron los funcionarios del HHS a The Epoch Times, por correo electrónico. Ese costo aumenta a aproximadamente USD 775 por día para los menores en instalaciones de emergencia temporales «debido a la necesidad de desarrollar las instalaciones rápidamente y contratar personal significativo en un período corto de tiempo».
El HHS está encargado de brindar atención a los menores no acompañados hasta que sean asignados a un patrocinador, generalmente un padre o un pariente cercano que ya vive ilegalmente en los Estados Unidos.
El HHS ha estado entregando entre 200 y 350 menores por día a patrocinadores desde el 23 de marzo.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha ordenado a los Texas Rangers y al Departamento de Seguridad Pública de Texas que investiguen las denuncias de abuso y negligencia sexual infantil en una instalación de San Antonio que alberga a menores.
El 24 de marzo, el presidente Joe Biden nombró a la vicepresidenta Kamala Harris para encabezar la respuesta a la crisis fronteriza. Harris aún tiene que visitar la frontera y ha dicho que su enfoque está en lidiar con las “causas fundamentales” de la inmigración ilegal, principalmente de centroamericanos.
La administración Biden ha sido criticada por impulsar una carrera hacia la frontera luego de rescindir rápidamente muchas de las medidas que la administración Trump había implementado para detener la inmigración ilegal.
A mediados de 2019, cuando la última afluencia de niños abrumó las instalaciones de la Patrulla Fronteriza, Harris habló en una conferencia de prensa denunciando la detención de niños.
“Lo que está sucediendo con la detención de estos niños, las circunstancias por las que llegaron, es un abuso de derechos humanos que está cometiendo el gobierno de Estados Unidos. Y por eso estamos aquí para ponernos de pie y decir que no vamos a permitir que esto suceda, no bajo nuestra supervisión”.
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