El exdirector del FBI, James Comey, les dijo a los senadores el miércoles que no estaba al tanto de pruebas exculpatorias clave en las solicitudes secretas de espionaje contra un asociado de la campaña de Donald Trump.
Comey dijo que no sabía que Carter Page era un activo de la CIA, algo que fue ocultado al Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISC) por un abogado del FBI que se declaró culpable de manipular un correo electrónico.
Kevin Clinesmith admitió haber cambiado el correo electrónico para decir que Page no era un activo, a pesar de que un empleado de la CIA había dicho que sí.
«No conocía la naturaleza de su relación con la CIA», dijo Comey al Comité Judicial del Senado.
Comey también afirmó que, a pesar de la existencia del correo electrónico que acredita el papel de Page como un activo de la CIA, todavía no estaba seguro de si Page trabajaba para la agencia de inteligencia.
«No creo que el registro establezca que trabajó con la CIA», afirmó Comey.
El presidente Lindsey Graham (R-S.C.) desafió esa noción y le dijo: «Tenemos el correo electrónico que confirma que él era una fuente de la CIA».
Las solicitudes de espionaje enviadas al FISC para espiar a Page estaban plagadas de errores y omisiones, según el inspector general del Departamento de Justicia, Michael Horowitz. El fiscal federal John Durham está llevando a cabo una investigación criminal sobre los orígenes de la investigación Crossfire Hurricane.
Las solicitudes de la orden se basaron en un expediente elaborado por el exespía británico Christopher Steele, a quien la campaña de la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton y el Comité Nacional Demócrata le pagaban a través de un tercero.
Mientras se investigaba a los socios actuales y anteriores de Trump por presuntos vínculos con Rusia, documentos publicados recientemente muestran que la fuente principal de Steele era un presunto espía ruso.
El senador Chuck Grassley (R-Iowa) dijo que los rusos habían tenido éxito con Steele, «porque alguna desinformación rusa se abrió paso en el expediente de Steele».
Comey negó tener conocimiento de que la fuente principal era investigada como un posible espía ruso que databa de 2009, que la fuente les dijo a los agentes del FBI que las declaraciones atribuidas a él en el expediente eran inexactas, que el expediente contenía rumores de Internet y que el expediente podría haber incluido desinformación rusa.
Comey dijo que Crossfire Hurricane se abrió debido a una advertencia de una nación aliada que informó que la campaña de Trump estaba jugando sucio contra la campaña de Clinton.
El FBI abrió la investigación el 31 de julio de 2016, después de recibir información de un «gobierno extranjero amigo» que informaba que, en mayo de ese año, el asesor de campaña de Trump, George Papadopoulos, sugirió que el equipo de Trump había recibido una oferta de Rusia con la que podría ayudar con una divulgación anónima de información que sería perjudicial para Clinton, según Horowitz.
Comey y Peter Strzok, uno de los principales agentes del FBI, fueron informados el 7 de septiembre de 2016 sobre un plan de Clinton que tenía como objetivo utilizar una supuesta conexión Trump-Rusia «como un medio para distraer al público de su uso de un servidor de correo privado”, según información que se desclasificó esta semana.
«Eso no me suena», dijo Comey.
Cuando se le preguntó si el jefe del FBI tenía el deber de estar más al tanto de una investigación tan importante, Comey agregó más tarde: «Hay un deber mayor de franqueza, que incluye información exculpatoria».
Comey en un momento le dijo a Graham que no habría firmado la solicitud para espiar a Page si hubiera sabido lo que sabe ahora.
“No, no sin una discusión mucho más completa sobre sus obligaciones de divulgación ante el tribunal”, dijo.
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