El 23 de junio, la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EE. UU. afirmó falsamente que el COVID-19 era una de las cinco principales causas de mortalidad infantil desde el comienzo de la pandemia de COVID-19.
La Dra. Rochelle Walensky, la directora, ofreció la información errónea durante una rueda de prensa en la que los funcionarios de la administración Biden promovieron la vacunación contra el COVID-19 para los niños menores de 5 años, el grupo de edad para el que se acaban de autorizar y recomendar las vacunas contra el COVID-19.
«Desde enero de 2020, hemos perdido 215 niños —de seis meses a cuatro años— por el COVID-19», dijo Walensky, citando correctamente las cifras preliminares de los CDC.
Pero Walensky luego dijo falsamente que COVID-19 era una de las principales causas de muerte para todos los niños.
«Para ponerlo en perspectiva, durante marzo de 2020 hasta abril de 2022, el COVID-19 estuvo entre las cinco principales causas de muerte en cada grupo de edad de los niños menores de 19 años y la primera causa infecciosa de muerte en los niños», dijo.
Walensky es el tercer funcionario o científico de los CDC que hace una declaración falsa este mes.
Los otros dos citaron la edición preliminar de un documento, o un estudio que no ha sido revisado por pares, de científicos británicos.
Pero el estudio y las citas presentan múltiples problemas.
Por un lado, los funcionarios de los CDC utilizaron el número acumulado de muertes atribuidas al COVID-19 y lo compararon con las cifras anualizadas de otras causas de muerte.
Esto colocó al COVID-19 entre los cinco primeros, a pesar de que el estudio muestra claramente que las cifras anualizadas del COVID-19 no lo colocarían por encima de la sexta causa de muerte cuando se compara con otras causas de muerte.
Además, los autores del estudio tomaron las cifras anualizadas de otras causas a partir de 2019.
Asimismo, los autores incluyeron las muertes entre los niños que tenían COVID-19 pero que no tenían COVID-19 enumerado como la causa subyacente en sus certificados de defunción, a pesar de que los autores dijeron que solo incluyeron a los niños que tenían COVID-19 como causa subyacente, según una revisión de The Epoch Times de la base de datos de los CDC que los autores extrajeron.
Seth Flaxman, profesor del Departamento de Informática de la Universidad de Oxford y uno de los autores, admitió en Twitter el 19 de junio —después de que dos científicos de los CDC y un tercer médico que trabaja con el gobierno utilizaran las estadísticas engañosas en reuniones con paneles asesores del gobierno— que el documento requería una actualización.
«Hemos recibido algunos comentarios y críticas en varios aspectos. Estamos planeando actualizar la edición preliminar para tener en cuenta algunos de estos comentarios», dijo.
Flaxman no respondió a una consulta y el sitio web del informe no indica que haya una actualización pendiente.
Los CDC y sus funcionarios no respondieron a las solicitudes de comentarios, como tampoco lo hizo el Dr. Matthew Daley, que preside el grupo de trabajo sobre vacunas COVID-19 de un panel asesor de los CDC.
Kelley Krohnert, una residente de Georgia que detectó los problemas y alertó a Flaxman, dijo a The Epoch Times a través de un mensaje de Twitter que la declaración de Walensky era frustrante.
«Estoy muy frustrada porque esta mentira acaba de ser aceptada como verdad en los niveles más altos», dijo.
Antes de que Walensky hablara el jueves, el Dr. Ashish Jha, coordinador de la respuesta a la COVID-19 de la Casa Blanca, y proveedor de información errónea, advirtió sobre «la desinformación sobre las vacunas y sobre los niños y el COVID en esta pandemia».
«Así que vamos a dejar las cosas claras, porque los datos aquí son realmente bastante claros: los niños están mejor protegidos si están vacunados. Si están vacunados, es mucho menos probable que enfermen gravemente. Es mucho menos probable que acaben en el hospital, mucho menos probable que acaben en la UCI», dijo.
Los ensayos clínicos en niños menores de 5 años no pudieron medir la eficacia de las vacunas contra la enfermedad grave porque muy pocos niños de vacunados y no vacunados contrajeron casos graves de la enfermedad.
En el ensayo de Pfizer, hubo más niños vacunados que sufrieron enfermedades graves que los no vacunados.
Además, las estimaciones de la eficacia del ensayo de Pfizer contra la infección se consideraron poco fiables, y las del ensayo de Moderna fueron inferiores.
Sin embargo, los organismos reguladores de EE. UU. concedieron la autorización de emergencia para las vacunas de todos modos, y los CDC recomendaron entonces las vacunas para prácticamente todos los niños de 6 meses a 4 años.
«Todos queremos hacer lo mejor para nuestros hijos», dijo Walensky. «Y para la protección más segura… contra el COVID-19, vaya a vacunar a su hijo contra el COVID-19».
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