China y Estados Unidos desplegaron fuerzas militares en la región alrededor de Taiwán el 1 de agosto, luego de las amenazas chinas de un ataque militar en respuesta a la visita propuesta a Taiwán por parte de la presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi (D-Calif.).
El Partido Comunista Chino (PCCh) anunció a través de los medios de comunicación estatales que desplegaría fuerzas para ejercicios con fuego real en aguas al norte de Taiwán, entre China continental y Corea del Sur. Los ejercicios son los últimos de una serie de ejercicios chinos consecutivos en la región. Sin embargo, son notables porque el anuncio estuvo acompañado de imágenes del misil hipersónico D-17 de China.
Apodado el «asesino de portaaviones», el D-17 es un misil balístico con capacidad nuclear equipado con un vehículo de deslizamiento hipersónico que permite que su carga útil se deslice en órbita baja a gran velocidad antes de caer sobre su objetivo. Un video publicado esta semana marca la primera vez que se muestra una grabación de fuego real del arma.
Estados Unidos anunció que trasladaría un grupo de ataque de portaaviones y apoyo aéreo más cerca de Taiwán. El USS Ronald Reagan normalmente está estacionado en Yokosuka, Japón, y regresa al Mar de China Meridional después de hacer una escala de cinco días en Singapur la semana pasada.
Visita de Pelosi a Taiwán
Pelosi se encuentra actualmente en una gira por las naciones del Indo-Pacífico, incluidos Japón, Malasia, Singapur y Corea del Sur. Sin embargo, lo que ha hecho que el viaje sea notable son sus supuestos planes para visitar Taiwán, un territorio insular que ha sido objeto de hostigamiento e intimidación militar del PCCh durante años.
Los medios taiwaneses informaron que funcionarios taiwaneses anónimos confirmaron que es probable que Pelosi se detenga en Taiwán el 2 o 3 de agosto.
El régimen chino dijo el 1 de agosto que su ejército “no se quedaría de brazos cruzados” si Pelosi visita la isla. Anteriormente, el PCCh también amenazó con “medidas enérgicas” contra Estados Unidos y Taiwán en caso de que Pelosi visite Taiwán. Solo un día después de la amenaza, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que los militares creían que el viaje “no era una buena idea”.
Análisis a la frase no dejaron en claro si el propio Biden creía que era una mala idea que Pelosi visitara Taiwán, basándose en la inteligencia militar, o si se limitaba a repetir las advertencias que le había hecho la cúpula militar.
Pelosi dijo posteriormente que Biden podría haber querido decir que los militares temían que China derribara su avión.
Desde entonces, los medios estatales chinos han amenazado con que China debería hacer precisamente eso.
“Si los aviones de combate estadounidenses escoltan el avión de Pelosi hacia Taiwán, es una invasión”, dijo Hu Xijin, exeditor en jefe del Global Times, de propiedad estatal, en un tuit.
«[Los militares chinos] tienen derecho a disipar por la fuerza al avión de Pelosi y a los cazas estadounidenses, incluyendo disparos de advertencia y movimientos tácticos de obstrucción. Si no son efectivos, entonces derríbenlos».
Posteriormente, Twitter eliminó el tuit por promover la violencia.
El tuit fue solo el último de una lista cada vez mayor de retórica beligerante y, en ocasiones, abiertamente hostil que emana de Beijing. Los expertos en seguridad han sugerido que dichos pronunciamientos exponen una profunda inseguridad entre los líderes chinos sobre la posición del PCCh en el escenario mundial.
De manera similar, el líder comunista chino, Xi Jinping, le dijo a Biden durante una llamada telefónica la semana pasada que Estados Unidos estaba “jugando con fuego” si continuaba las relaciones con Taiwán.
En otro pronunciamiento, el ministro de Defensa de China amenazó con “iniciar una guerra sin importar el costo” para evitar que el mundo reconozca la independencia de Taiwán.
El apoyo de EE.UU. se solidifica en torno a Pelosi
A pesar de la retórica ruidosa del PCCh, el liderazgo estadounidense y las figuras públicas se han unido para apoyar a Pelosi y su visita a Taiwán. Además, los líderes del Pentágono han aclarado que de ninguna manera permitirán que la intimidación de Beijing afecte la libre circulación de los funcionarios estadounidenses electos.
“No deberíamos dejarnos intimidar por esa retórica o esas acciones potenciales”, dijo el portavoz del Pentágono, John Kirby, durante una entrevista con CNN.
“Este es un viaje importante para la Portavoz y haremos todo lo posible para apoyarla”.
El PCCh, que actualmente gobierna China continental como un estado de partido único, sostiene que Taiwán es una provincia disidente. Taiwán, sin embargo, se ha autogobernado desde 1949 y nunca ha sido controlado por el PCCh, habiendo mantenido continuamente su independencia de facto.
Estados Unidos no mantiene relaciones formales con Taiwán debido al reconocimiento de la opinión de China, pero está legalmente obligado a suministrar armas a la isla para su autodefensa. En cuanto al riesgo de una invasión china a la isla, Estados Unidos mantiene una política de “ambigüedad estratégica”, en la que no reconoce públicamente si defenderá militarmente o no a Taiwán.
Con ese fin, la presidente de Taiwán, Tsai Ing-Wen, prometió defender a Taiwán de la agresión comunista china y proteger el estilo de vida democrático y la próspera economía de mercado de la isla.
La visita de Pelosi, a pesar de la propaganda del PCCh, no está fuera de línea con la política estadounidense ni con las realidades de larga data de las relaciones no oficiales entre Estados Unidos y Taiwán. Los miembros del Congreso en ejercicio visitan regularmente Taiwán para discutir una gran variedad de temas. Una delegación del Senado visitó Taiwán por última vez en julio.
Los expertos en política exterior consideran la retórica hostil del PCCh como un intento de influir en la política y el comportamiento de EE.UU., buscando beneficiar las ambiciones a largo plazo del PCCh.
“El presidente Biden debe brindar pleno apoyo a esta visita”, dijo el exsecretario de Estado, Mike Pompeo, en un tuit.
“No sean débiles y cedan ante las demandas de los pequeños belicistas y dictadores en Beijing. Apoyen al pueblo amante de la libertad de Taiwán”.
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