Gestapo china quería “erradicar” un grupo espiritual a nivel mundial: Informe

Por Frank Fang
05 de octubre de 2021 4:11 PM Actualizado: 05 de octubre de 2021 4:11 PM

Durante casi dos décadas, una agencia secreta ha trabajado en las sombras para llevar a cabo la orden de los principales líderes del Partido Comunista Chino: «Erradicar» a un grupo de creyentes espirituales considerados una amenaza para el régimen ateo.

Conocido como la «Oficina 610», el grupo se estableció en 1999 como un organismo «extralegal» para atacar específicamente a los practicantes de Falun Gong. Si bien hay muy poca información pública disponible sobre la oficina, incluida su cadena de mando, lo que está claro es que sus actividades no se limitan a las fronteras de China, según un grupo francés de expertos militares.

En total, la oficina tenía alrededor de 15,000 personas en China y en el extranjero encargadas de reprimir a los practicantes de Falun Gong, dijo un informe de 650 páginas publicado recientemente por el Instituto de Estudios Estratégicos de Escuelas Militares, un grupo de expertos financiado por el ejército francés. El informe detalla las actividades expansivas de influencia mundial del Partido Comunista Chino (PCCh).

Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una práctica espiritual que consiste en ejercicios de meditación y enseñanzas morales basadas en la verdad, la benevolencia y la tolerancia. La popularidad del grupo aumentó en China durante la década de 1990 y las estimaciones sitúan el número de sus practicantes entre 70 millones y 100 millones para fines de la década.

A Jiang Zemin, el líder del PCCh en ese momento, no le gustó la popularidad del grupo espiritual.

«Jiang Zemin veía esto como una amenaza para la supervivencia del Partido, que no podía tolerar la existencia de una estructura social fuera de su control», según el informe.

Como resultado, Jiang estableció la “Oficina 610” el 10 de junio de 1999, su nombre se deriva de su fecha de creación. La oficina funcionaría de manera similar a la Gestapo de la Alemania nazi, con poderes que prevalecerían sobre los tribunales y la policía de China.

La Oficina 610, junto con los órganos judiciales de seguridad pública y legales del PCCh, ha llevado a cabo una campaña de persecución de gran alcance que continúa hasta el día de hoy. Según el Centro de Información de Falun Dafa, millones de practicantes de Falun Gong en China han sido detenidos dentro de prisiones, campos de trabajo y otras instalaciones en China, con cientos de miles torturados mientras estaban encarcelados.

Los documentos internos obtenidos por The Epoch Times muestran que la Oficina 610 se disolvió entre 2018 y 2019 y sus funciones se fusionaron con otros órganos del PCCh, incluida la Comisión Central de Asuntos Políticos y Legales y con la fuerza policial china.

A pesar del cambio organizativo, no hay indicios de que el PCCh se esté alejando de su campaña de represión. Durante los primeros seis meses de este año, al menos 674 practicantes a Falun Gong fueron condenados ilegalmente. La sentencia más larga fue de 14 años, según Minghui.org, un sitio web con sede en Estados Unidos que hace seguimiento a la persecución que sufren los practicantes de Falun Gong.

Persecución en el extranjero

La oficina también tiene agentes estacionados en el extranjero para que ejecuten una serie de acciones cuyo propósito es reprimir y difamar a las comunidades de Falun Gong en todo el mundo.

«Hay un miembro de la Oficina 610 en cada misión diplomática china, cuya misión es detectar, documentar y perseguir a los practicantes de Falun Gong, mientras realiza actividades de propaganda dirigidas a gobiernos extranjeros para disuadirlos de tener relaciones con ellos», dice el informe.

El informe señaló los comentarios hechos por Chen Yonglin, un exdiplomático chino que desertó a Australia hace más de una década, durante una audiencia en el Congreso de la Cámara de Representantes de Estados Unidos en 2005. Antes de su deserción, fue cónsul de asuntos políticos en el consulado chino en Sydney y estuvo a cargo de implementar las políticas de Beijing contra los practicantes de Falun Gong.

El consulado tenía un «grupo especial» encabezado por el consulado general para «monitorear y perseguir» a los practicantes de Falun Gong en Australia, explicó Chen. Agregó que el grupo era «parte del sistema de oficinas 610».

«Que yo sepa, se han establecido grupos similares en las misiones chinas en Estados Unidos y en otros países donde Falun Gong está activo», dijo Chen.

El barrio neoyorquino de Flushing fue el escenario de agresiones sostenidas contra los practicantes de Falun Gong durante varios meses en 2008. Turbas de ciudadanos chinos agredieron físicamente, acosaron verbalmente y lanzaron piedras a los practicantes de Falun Gong.

La campaña de violencia, que duró un mes, estaba relacionada con el consulado chino en Nueva York. Peng Keyu, entonces Cónsul General de Nueva York, admitió que había instigado a grupos pro-PCCh para que empezaran una serie de agresiones contra los practicantes de Falun Gong en Flushing.

En Australia, un grupo local afiliado a la Oficina 610 recibió el apoyo de una unidad china de recopilación de inteligencia en el país, según Chen.

«Soy consciente de que hay más de 1000 agentes secretos e informantes chinos en Australia, que han desempeñado un papel en la persecución contra Falun Gong y el número en Estados Unidos debería ser mayor», dijo en su declaración preparada para la audiencia de 2005.

Como complemento al trabajo de esta red local de espías, los diplomáticos chinos presionaban a los políticos australianos para que aceptaran la posición del Partido contra Falun Gong. Esto se hacía ofreciendo a los funcionarios locales beneficios políticos y económicos, según Chen. El consulado tuvo «éxito» en reducir el número de políticos dispuestos a reunirse a los seguidores locales de Falun Gong o a emitir cartas públicas en su apoyo, añadió Chen.

Ha habido incidentes similares que involucran consulados chinos en Estados Unidos. Según una audiencia del Congreso de 2002, los entonces alcaldes de varias ciudades estadounidenses, incluidas Baltimore, Westland, Houston, San Francisco, Saratoga y Seattle, fueron presionados por el consulado chino en su región para que no emitieran proclamas en apoyo a Falun Gong o para que anularan las que ya habían sido emitidas. Algunos alcaldes terminaron rescindiéndolas.

Un incidente más reciente ocurrió en agosto de 2017, cuando el comité judicial del Senado estatal de California aprobó por unanimidad una resolución condenando al PCCh por perseguir a Falun Gong. Sin embargo, a los pocos días, el Senado estatal celebró otra votación para devolver el proyecto de ley al comité de reglas, evitando que la resolución se sometiera a votación.

Resultó que el cambio de rumbo estaba relacionado con una carta amenazante que el consulado chino en San Francisco envió a todos los miembros del Senado estatal de California.

En la carta, el consulado chino afirmó que la resolución podría «dañar profundamente las relaciones de cooperación entre el estado de California y China» en áreas como el comercio y el turismo.

Finalmente, la resolución sobre Falun Gong nunca llegó al pleno del Senado para su votación.

«Aunque la oficina 610 no es un actor importante en las operaciones de influencia china, sus actividades en países con un gran número de practicantes de Falun Gong constituyen una interferencia real», afirmó el informe francés.

Tácticas

Una red similar de agentes chinos, constituida para perseguir a la comunidad de Falun Gong, operaba en Canadá, según el informe, que cita comentarios anteriores hechos por Hao Fengjun, un exfuncionario de la oficina 610. Hao huyó de China en 2005 y buscó asilo político en Australia.

Hao dijo en ese momento que había más de 1000 espías en Canadá encargados de vigilar a los practicantes locales de Falun Gong. Entre los espías había canadienses chinos, empresarios y estudiantes, y sus actividades se concentraron principalmente en Vancouver y Toronto, según el informe.

También en Canadá, el PCCh era conocido por desplegar otra táctica para difamar la práctica: Personas, que se hacían pasar por practicantes de Falun Gong, enviaban correos electrónicos insultantes y, a veces, amenazantes a los funcionarios del gobierno, según el informe.

Amnistía Internacional Canadá y la Coalición Canadiense de Derechos Humanos también expusieron la misma táctica en su informe de 2020, calificándola como un sello distintivo de la campaña del PCCh en el extranjero contra los practicantes de Falun Gong, la cual fue diseñada para «socavar su reputación» y dañar su relación con los funcionarios de gobierno.

El informe de 2020 nombró a dos políticos canadienses, Judy Sgro y Peter Julian, que recibieron estos correos electrónicos falsos.

“Los funcionarios gubernamentales a todos los niveles en muchos países han sido repetida y sistemáticamente hostigados por correos electrónicos fraudulentos de personas que dicen ser practicantes de Falun Gong. El remitente es a menudo obsesivo, irracional y grosero, lo que da legitimidad a las afirmaciones del régimen chino de que Falun Gong es una amenaza para la sociedad”, decía el informe, citando a un miembro anónimo de la Asociación Canadiense de Falun Gong.

En Argentina, los agentes del PCCh instituyeron otra táctica destinada a empañar la reputación de Falun Gong: Incitar a los medios de comunicación para que publicaran contenido que difamara la práctica.

El informe citó un incidente de 2020, cuando un corredor, supuestamente vinculado al PCCh, ofreció 20.000 pesos (unos 310 dólares) a un editor de un medio de comunicación de pequeño tamaño, a cambio de publicar un artículo difamando a Falun Gong. El mismo corredor también intentó que los medios de comunicación locales más grandes, incluidos Infobae, El Cronista Comercial y Diario Popular, publicaran el mismo artículo.


Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí


Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando

¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.