A medida que los kits domésticos de prueba de COVID-19 gratuitos de la Casa Blanca están llegando a los buzones de correo de millones de hogares estadounidenses, la etiqueta «Hecho en China» en algunos de esos kits suscita preocupación.
La distribución, que comenzó a inicios de este mes, es parte de una iniciativa de la administración Biden para regalar mil millones de kits de autodiagnóstico a los estadounidenses de forma gratuita. Una parte considerable de estos kits se obtendrá de iHealth Labs, una subsidiaria de California del fabricante chino de equipos médicos Andon Health.
Desde diciembre, la empresa ha ganado contratos por valor de más de USD 2100 millones con el gobierno federal de EE. UU. y algunos estados, según las declaraciones de Andon y los registros de contratos federales.
Aproximadamente USD 1800 millones de la cantidad provinieron del Departamento de Defensa (DOD) para la distribución de la Casa Blanca. El departamento otorgó dos contratos al laboratorio el 13 y el 26 de enero, respectivamente, que traerían más de 354 millones de kits fabricados en China–o alrededor de un tercio del total–a los hogares estadounidenses.
La Casa Blanca dijo el viernes que 60 millones de hogares estadounidenses han pedido los kits de prueba gratuitos a través del nuevo sitio web del gobierno, covidtests.gov. El pedido generalmente se envía dentro de los 7 a 12 días, según el sitio web.
La dependencia de EE. UU. hacia China para producir estos kits de prueba–dos años después de que la COVID-19 se propagara fuera del país–es una llamada de atención, dijo el representante Rob Wittman (R-Va.).
“Si deberíamos haber aprendido algo de esta pandemia–es que es imperativo romper la dependencia de EE. UU. de las cadenas de suministro médicas y de EPP [equipo de protección personal] chinas”, dijo a The Epoch Times.
Las vulnerabilidades de la cadena de suministro americana salieron a la luz durante los primeros meses de la pandemia, cuando el personal de primera línea de Estados Unidos luchaba por obtener suministros médicos críticos y tuvo que recurrir a países extranjeros, principalmente China, para obtener el equipo.
Wittman hizo un llamado al gobierno y a los miembros del Congreso para que den el ejemplo y aboguen para que el equipo médico se fabrique en casa.
“Deberíamos apoyar a los estadounidenses y las empresas que trabajan arduamente, no depender de regímenes hostiles”, dijo.
El representante Brad Wenstrup (R-Ohio) sostuvo una opinión similar.
“El hecho de que Estados Unidos esté distribuyendo en masa pruebas de COVID-19 fabricadas en China destaca aún más la necesidad de recuperar la fabricación americana para industrias críticas”, dijo a The Epoch Times, y lo describió como un “problema de seguridad nacional, así como un problema de seguridad sanitaria”.
El contrato del Departamento de Defensa no especificó la conexión con China de iHealth Labs, ni se mencionó la relación en el sitio web de iHealth Labs.
La Casa Blanca no respondió a la solicitud de comentarios de The Epoch Times. The Epoch Times también se comunicó con iHealth Labs para solicitar comentarios.
Andon, establecida en 1995 en la megaciudad china de Tianjin, era conocida como productora de monitores de presión arterial. La empresa estuvo perdiendo dinero durante seis años consecutivos hasta que llegó la pandemia.
Andon solo comenzó a fabricar los kits de auto-prueba a escala comercial en noviembre. Impulsadas por su éxito en EE. UU., las acciones de Andon se han multiplicado casi por 14 al 18 de enero.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) otorgó a iHealth Labs de Andon la aprobación de emergencia en noviembre para vender sus kits de prueba de hisopado COVID-19 en los Estados Unidos. El laboratorio también recibió pedidos con un total combinado de USD 333 millones del Departamento de Salud del Estado de Nueva York y Massachusetts.
California, Washington, Luisiana, Maryland, Ohio y el Distrito de Columbia también hicieron pedidos, según informaron los medios chinos.
Las autoridades chinas habían elogiado previamente a Andon por su papel en los esfuerzos de control de la pandemia del país. En 2020, Andon suministró escáneres de temperatura corporal a Wuhan y otras ciudades afectadas por el virus, y donó envíos a países como Estados Unidos, Italia y Alemania.
En una publicación del 10 de mayo de 2020, que marca el cuarto «Día de la Marca China», Andon aprovechó el sentimiento nacionalista y dijo que la compañía había sido un «embajador de las marcas chinas» para traer un «alto nivel» de productos chinos al mundo.
Los miembros republicanos del Congreso han expresado recientemente su desacuerdo sobre la compra por parte del gobierno de equipos médicos de origen chino.
A principios de este mes, más de 120 legisladores republicanos expresaron quejas por tener que usar mascarillas «Hechas en China». En una carta a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, expresaron su “incredulidad e indignación” de que los dólares de los contribuyentes se utilicen en mascarillas fabricadas en China cuando hay alternativas estadounidenses disponibles.
“China es quizás el mayor adversario geopolítico de Estados Unidos y su gobierno es culpable del estallido de la pandemia de la COVID-19. No pasa un día sin nueva información que muestre la magnitud de los esfuerzos del Partido Comunista Chino (PCCh) para ocultar y encubrir el brote”, dijeron los legisladores en la carta. Con el encubrimiento de la pandemia por parte del régimen, la supresión de los denunciantes y los esfuerzos continuos para ofuscar los esfuerzos de rastreo del origen del virus, “es inexcusable que los dólares de los contribuyentes se gasten en apoyo de la economía china”, dijeron.
No obstante, las noticias sobre la mascarilla china fueron capitalizadas por algunos medios estatales chinos.
Un artículo sin firmar titulado “Siguen confiando en fabricantes chinos de kits de prueba y mascarillas para llenar los vacíos de suministro de EE. UU.” publicado por el diario estatal Global Times, dijo que era una “señal sorprendente del uso frecuente de mascarillas faciales fabricadas en China en los EE. UU. ”
Las mascarillas hechas en China han “desempeñado un papel esencial en el suministro a los estadounidenses”, dijo.
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