Las operaciones chinas de espionaje en EE. UU. están «fuera de serie», dice analista

Por Cathy He
06 de octubre de 2020 4:12 PM Actualizado: 06 de octubre de 2020 4:12 PM

Las operaciones de espionaje del régimen chino en todo el mundo se han acelerado durante la última década y ahora están «fuera de serie», advirtió un analista.

Su comentario se da en un momento en que los fiscales federales de Estados Unidos anuncian un nuevo caso relacionado con China casi cada semana.

En los últimos dos meses, un oficial de policía de la ciudad de Nueva York fue arrestado y acusado de espiar a la comunidad tibetana para el consulado chino; cinco ciudadanos chinos fueron acusados ​​de presuntamente hackear a más de 100 empresas y entidades en todo el mundo; un investigador chino de la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles) fue acusado de destruir pruebas (un disco duro) para obstaculizar una investigación sobre si había transferido software sensible a China; un investigador de la NASA fue arrestado y acusado de ocultar su financiación por parte de China; y un exoficial de la CIA fue arrestado por presuntamente espiar para China durante una década.

Nicholas Eftimiades, un exalto funcionario de inteligencia de Estados Unidos, ha estado analizando las actividades de espionaje de Beijing durante unas tres décadas. Él detalló sus hallazgos en un libro de 1994, llamado “Chinese Intelligence Operations» («Operaciones de inteligencia chinas»).

“Cuando escribí el primer libro, era algo perceptible y estaba vigente. Y fue enormemente ignorado por Estados Unidos y otros países occidentales”, dijo Eftimiades a The Epoch Times.

«Pero ahora, es algo como fuera de serie», dijo, señalando una base de datos que mantiene sobre casos de espionaje chino reportados en todo el mundo, que actualmente tiene más de 600 casos—la mayoría de ellos registrados en los últimos 10 años. Los casos abarcan generalmente el robo de secretos comerciales, la exportación ilegal de tecnologías fundamentales para la seguridad nacional, el cyberhacking y el espionaje tradicional. El analista publicó recientemente una monografía, la primera de una serie de tres, como una actualización para su libro.

Casi no hay forma de conocer la verdadera escala del programa de espionaje global por parte del régimen, dijo Eftimiades, y señaló que podría ir desde «fácilmente» a unas decenas de miles hasta incluso cientos de miles.

A diferencia del espionaje tradicional, el régimen chino ha adoptado un enfoque de «toda la sociedad» para adquirir propiedad intelectual extranjera (PI), que «dinamiza a toda la sociedad para apoyar los objetivos de desarrollo nacional, económico y militar», dijo Eftimiades. Los recolectores van desde los organismos estatales y las empresas estatales hasta las empresas privadas y los investigadores.

Gran parte del robo de propiedad intelectual se ha concentrado en tecnologías avanzadas en los campos de la aeronáutica, tecnología de la información, energía y nuevos materiales —sectores mencionados en la política industrial “Hecho en China 2025” del régimen. El plan identifica a 10 sectores para un desarrollo agresivo destinado a transformar el país en una potencia de fabricación de alta tecnología para el 2025.

Despertando

Eftimiades, quien ha alertado sobre la amenaza china desde la década de 1990, dijo que en ese momento «a nadie le importaba» el tema, salvo a algunos miembros del Congreso. Esta preocupación no se popularizo entre las administraciones estadounidenses, que se habían centrado en Rusia, y después de los ataques del 11 de septiembre, en el terrorismo, hasta la administración Trump, dijo.

«Así que durante décadas, hemos (…) carecido de cualquier tipo de respuesta a las acciones económicas extremadamente agresivas de China», dijo.

Dado que el enfoque no se trasladó a China hasta hace unos cuatro años, las agencias de inteligencia y aplicación de la ley de Estados Unidos han tenido que ponerse al día, dijo Eftimiades. El FBI ahora tiene más de 2000 investigaciones relacionadas con China, dijo el director Christopher Wray en julio. En la última década, ha habido un aumento de aproximadamente un 1300 por ciento en los casos de espionaje económico vinculados al régimen, agregó Wray.

Eftimiades señaló varios casos de oficiales de inteligencia occidentales reclutados por el régimen chino como evidencia de que «no hemos sido muy buenos en nuestra respuesta» al espionaje de Beijing.

Por ejemplo, el exoficial de la CIA Jerry Chun Shing Lee—un ciudadano estadounidense naturalizado que nació en Hong Kong y creció en Hawái— fue sentenciado en noviembre de 2019 a 19 años de prisión luego de declararse culpable de conspirar para entregar información clasificada a la inteligencia china después de salir de la agencia en 2010. En septiembre de 2019, un exoficial de la Agencia de Inteligencia de Defensa, Ron Rockwell Hansen, fue sentenciado a 10 años por intento de espionaje para China.

En Francia, dos exoficiales de la agencia de inteligencia extranjera de ese país (equivalente a la CIA) fueron condenados en julio a largas penas de prisión por espiar para China. Uno de ellos presuntamente se desempeñaba como jefe de estación en Beijing en la década de 1990, antes de ser mandado a Francia tras tener una aventura con la intérprete china del entonces embajador francés.

“Lo más probable es que todavía estemos muy, muy profundamente infiltrados”, dijo Eftimiades. Pero dijo que Estados Unidos está comenzando a entender la amenaza.

La semana pasada, los demócratas del Comité de Inteligencia (CI) de la Cámara de Representantes publicaron un informe en el cual concluían que las agencias de inteligencia estadounidenses incumplieron en adaptarse a las tácticas del régimen chino.

«Lo que está en juego es muy crítico. Si el CI no describe ni contextualiza con precisión la intención de Beijing, los líderes estadounidenses no comprenderán los factores que motivan la toma de decisiones china”, decía el informe, refiriéndose a un acrónimo del comité de inteligencia.

El régimen no solo ha estado explotando a los agentes humanos, sino que también ha innovado para combinar el espionaje humano y el ciberespionaje, “en muchos casos ejecutado en forma magistal”, señaló Eftimiades.

Por ejemplo, una rama de la principal agencia de inteligencia de China, el Ministerio de Seguridad del Estado, presuntamente coordinó una red de hackers, investigadores de seguridad y ciudadanos chinos que trabajan en empresas extranjeras para robar secretos de aviación, incluido de General Electric (GE), según un informe de 2019 de la empresa de ciberseguridad de EE. UU., Crowdstrike. El departamento de justicia de Estados Unidos anunció tres acusaciones, incluida una contra un exingeniero de GE por presuntamente robar tecnología de turbinas de la compañía para beneficio de Beijing.

Mientras tanto, el despertar gradual en las agencias del sector gubernamental no ha ocurrido en el sector comercial, dijo Eftimiades. El analista dijo que está «rutinariamente sorprendido» por la respuesta «indiferente» de las industrias, en particular de las empresas que no trabajan en defensa, como las de Silicon Valley.

«Las industrias occidentales en su conjunto siguen siendo bastante ignorantes de lo que está sucediendo», dijo.

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