Una pareja de abuelitos italianos, que llevaban más de 60 años juntos, fallecieron el pasado fin de semana con un poco más de una hora de diferencia tras contraer COVID-19.
Olga y Vincenzo Molino, de 83 y 82 años de edad respectivamente, vivían en Sesto San Giovanni en Milán. La pareja se conoció a los 18 años de edad en Lucera, Puglia y se casaron en 1957. Posteriormente, tras el trabajo de Vincenzo comenzaron a radicar en Milán, informó el periódico local L´Eco di Bergamo.
La longeva pareja acababa de celebrar su 63 aniversario de matrimonio el pasado 26 de septiembre.
El 11 de noviembre fueron hospitalizados tras recibir el diagnóstico de COVID-19, la enfermedad ocasionada por el virus del PCCh, mejor conocido como el nuevo coronavirus. Desafortunadamente cuatro días después, el 15 de noviembre la pareja falleció tras perder la batalla contra la enfermedad, con menos de dos horas de diferencia, reportó el mismo medio.
Tras la actual pandemia y el reciente rebrote de contagios en Italia y otros países del mundo, Olga y Vincenzo se mantenían cuidadosos y permanecían siempre en casa. Vivían cerca de sus hijos Emilia y Tonino, y se mantenían en comunicación con su hija Bárbara que vive en Val Seriana, Rovetta.
«No salían, eran muy cuidadosos, solo el abuelo iba de compras y a la farmacia, desgraciadamente se enfermaron”, dijo Katia, la hija de Bárbara, una de los seis nietos de Olga y Vincenzo al periódico local.
Tras llevar diez días enfermos, la pareja fue trasladada al Hospital San Gerardo en Monza. Katia señala que el primero en mostrar síntomas fue “el abuelo” y posteriormente “la abuela”.
La familia informó que aunque tuvieron fiebre alta por más de una semana, el médico nunca fue a visitarlos. Solamente les recetaron un antibiótico para la gripe, sin percatarse que lo que realmente tenían era COVID-19, reportaron los medios locales.
El 11 de noviembre por la mañana, la saturación de Vincenzo era de 68 y la de Olga de 86, por lo que la familia decidió llamar al 112 (número de emergencia de su país). Inmediatamente fueron trasladados al hospital, y aunque la pareja solicitó que no los separaran al ser ingresados, su petición no fue concedida. Entonces, Olga, quien se encontraba menos grave, pidió que le dieran una chamarra de su esposo, para poder sentirlo cerca.
Desafortunadamente la pareja no resistió y cuatro días después, el domingo 15 de noviembre a las 14:00 horas falleció Olga y a las 15:30 la siguió Vincenzio, según informó Biobio Chile.
Los familiares no informaron a Vicenzo que su esposa había fallecido antes de su deceso.
«Ella decidió llevárselo con ella, no podían mantenerse alejados, eran tan unidos”, dijo Katia sobre sus abuelos al L´Eco di Bergamo.
Sobreviviente de COVID-19 dice que recitar estas palabras le ayudó a recuperarse
Osnat Gad, residente de Long Island, sufrió síntomas de COVID-19 durante más de un mes.
Ella recibió la visita de algunos miembros de su familia, de Manhattan, y se fueron de excursión. Una semana después de la visita, comenzó a sentirse increíblemente enferma.
El primer síntoma extraño que notó fue perder el sentido del gusto y el olfato. Dos días después, ni siquiera podía levantarse de la cama. Gad tuvo la sensación de que había contraído el virus.
Al día siguiente, sintiéndose aún peor, Gad solicitó atención urgente de un hospital. Allí, dio negativo por gripe estacional y le dijeron que se fuera a casa, se pusiera en cuarentena durante dos semanas y tomara Tylenol cada cuatro horas. Aunque los médicos y enfermeras aun no realizaban pruebas para COVID-19 le dijeron que era probable que lo tuviera.
Gad realizó un seguimiento de sus niveles de oxígeno y temperatura, que se mantuvieron en niveles normales. Después de una semana, pensó que había mejorado. Entonces, un día, se levantó para lavar la ropa y comenzó un “segundo ataque”.
“No podía moverme”, dijo Gad. Después de un tiempo, se recuperó y tuvo una videoconferencia con su médico, quien le dijo que había otros pacientes con COVID-19 que también tuvieron un segundo ataque después de una semana de retroceso de los síntomas.
“[El COVID-19] se quedó conmigo más de un mes, tal vez seis semanas. Si no respiraba, tal vez no podría mejorar”, dijo.
Gad se sentía profundamente sola. Aislada en casa sin nadie para acompañarla, se dio cuenta que, si dejaba de respirar por completo, ni siquiera podría pedir ayuda. No había nadie que pudiera llamar por ella.
Llamó a sus amigos para pedirles consejos. Algunos le aconsejaron respirar vapor. Nada funcionó. Entonces, una de sus amigas, Anna, le dijo algo en chino, y la cabeza de Gad estaba tan borrosa que no pudo escuchar ni recordar la explicación.
Anna le dijo que simplemente repitiera estas palabras: “Falun Dafa Hao. Zhen Shan Ren Hao”.
¿Qué tenía que perder? Ella dijo las palabras y sintió que el oxígeno volvía a entrar en su sistema.
“Estaba muy indefensa y enferma. Confié en que mi amiga Anna tenía el mejor interés en su corazón. Sé que ella se preocupa por mí y quería que sanara. Su pasión y fuerza fue la razón por la que comencé a recitar [esas palabras]”, dijo.
Nunca imagino que recitar simplemente tres palabras salvaría su vida. Gad dijo que era como si estas palabras le enseñaran a su cuerpo a respirar de nuevo, y cuanto más las decía, mejor se sentía.
Las palabras están formadas por nueve caracteres en chino que se traducen como “Falun Dafa es bueno. Verdad, Benevolencia y Tolerancia son buenas”.
Ella comenzaba sus mañanas con las palabras y las decía antes de quedarse dormida. El efecto había sido inmediato, pero ella quería seguir diciendo las palabras.
Después de lo que pareció un milagro, Gad tenía que saber qué era exactamente Falun Dafa. Así que llamó a Anna para saber más al respecto.
“Tengo que estar muy agradecida con Falun Dafa”, dijo. “Puedo decir que me salvó. Me enseñó a respirar”.
La cultura tradicional china tiene una larga historia de sistemas de “autocultivación”, o prácticas de mente y cuerpo. Falun Dafa es una práctica espiritual que se introdujo al público en China en la década de 1990, promueve ejercicios suaves, meditación y vivir según los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia para superarse a sí mismos.
Gad se dio cuenta y sintió que decir esas palabras como un mantra era una forma de “autoayuda”.
“[Decir esto] cambió completamente mis niveles de energía. No sé si está asociado o no, no soy médico, pero sé que esto me salvó, porque aprendí a respirar diciendo el mantra, ¿entiendes lo que digo? Fue increíble”, dijo.
Gad investigó más sobre Falun Dafa y se interesó por aprender los ejercicios y la meditación.
“Estoy leyendo sobre la fuerza interior que tenemos dentro de nosotros, y solo depende de nosotros usarla siendo buenos humanos”, dijo Gad. “Espero poder estudiarlo profundamente”.
Gad continuó diciendo las frases todo los días y, poco después, decidió comenzar a practicar Falun Dafa: “Estoy extremadamente feliz de practicar e incorporar Falun Dafa a mi vida”, dijo.”Me ha mostrado una nueva manera de ver la vida”.
Con información de Biobiochile
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