La increíble vida de Chris Gardner ha sido de gran inspiración para muchos, incluso al punto de convertirse en una taquillera película de Hollywood. El sufrido hombre pasó de dormir en el piso de un baño público junto a su hijo, porque no tenía dinero para pagar un alquiler ni una noche en un hotel, a ser un inversionista millonario que vive en una mansión.
Chris nació en Milwaukee, Wisconsin, y nunca pudo conocer a su padre. Fue criado en medio de la pobreza por su madre Betty Jean y un padrastro alcohólico que lo maltrataba físicamente.
Luego pasó un período de tiempo en un hogar adoptivo después que su madre, en un ataque de desesperación, intentó matar a su conviviente.
A pesar de las dificultades en su niñez, Chris asegura que su madre fue una inspiración para su éxito. «Tengo una de esas madres enchapadas a la antigua que me decía todos los días, ‘Hijo, puedes ser o hacer cualquier cosa que quieras'», enfatizó Chris, en su página Chris Gardner media.
Chris recuerda que un día, de niño, estaba viendo un partido de baloncesto universitario en TV y comentó que uno de esos jugadores llegaría a ganar un millón de dólares.
«Mi madre declaró: ‘Hijo, un día tú serás el que haga un millón de dólares’. Hasta que ella dijo esas palabras, la idea nunca había cruzado mi mente».
Después de una temporada en la Marina, se instaló en San Francisco, pasó 10 días en la cárcel por 1200 dólares en multas de estacionamiento sin pagar y luego descubrió que su novia había limpiado su lugar y lo había dejado con su hijo. «Nos unimos a esa clase invisible de personas sin hogar que trabajan ”, recuerda Chris, informó People. «Puede que no supiéramos qué íbamos a comer o dónde íbamos a dormir, pero estábamos juntos todos los días», agregó.
Pero el millón de dólares no le llegó inmediatamente, un encuentro casual lo ayudó a salir de la difícil situación en la que se encontraba.
Todo comenzó en los años 80. Cuando Chris tenía 27 años y estaba separado de su esposa. Él y su niño vivieron en la calle durante un año en San Francisco, California, cuando un día vio a un hombre estacionando su Ferrari rojo y Chris le preguntó a qué se dedicaba.
El hombre era un corredor de bolsa llamado Bob Bridges y, después de conversar un poco con él, le expresó su interés en incursionar en ese ámbito. Se reunieron otra vez y Bob lo ayudó a lograr una entrevista para una pasantía.
Al inicio de su camino hacia el éxito, fue contratado con sueldo mínimo en un programa de capacitación, no tenía suficiente dinero para pagar el depósito para alquilar un apartamento. Así que él y su hijo Chris Jr. dormían donde podían, en la estación de tren, en parques, refugios, en iglesias o debajo de los escritorios de la oficina, cuando todos se iban a casa, de acuerdo a la BBC.
El poco dinero que tenía lo usaba para pagar una guardería que cuidaba a su hijo mientras él trabajaba, entonces comían en comedores de beneficencia.
Chris, con su gran fortaleza interior, superó todas las adversidades y prosperó en su trabajo. Tenía un instinto natural para vender activos y, al final del período de capacitación la firma, Dean Witter Reynolds (DWR), le dio un empleo de tiempo completo.
Ya con medios para alquilar una casa para él y su hijo, su carrera ascendió rápidamente hacia alturas inimaginables. En 1987, abrió su propia compañía de inversiones, Gardner Rich.
Ahora Chris tiene 62 años, una fortuna estimada en USD 60 millones, viaja por el mundo dando charlas motivacionales y patrocina una serie de organizaciones de beneficencia para personas sin hogar y contra la violencia hacia las mujeres.
Chris dijo a la BBC que «no cambiaría nada» de su vida. «El resto de mi destino me llegó porque tomé las decisiones correctas», agregó.
Hollywood se interesó en la autobiografía que escribía y que se convirtió en un éxito de ventas The Pursuit of Happyness («En búsqueda de la felicidad»).
La película del mismo nombre se lanzó en 2006, protagonizada por Will Smith, que recibió una nominación al Oscar de Mejor Actor por su interpretación como Chris.
Seis años después del estreno de la película, la vida de Chris cambió otra vez en 2012, cuando su esposa murió de cáncer a los 55 años.
«En unas de las últimas conversaciones que tuvimos ella me dijo: ‘Ahora que podemos ver lo verdaderamente corta que puede ser la vida, ¿qué piensas hacer el resto de tu vida?'».
Eso provocó una reevaluación de lo que quería hacer con su vida: «Cuando tienes una conversación así, eso cambia todo. Yo he dicho que cuando no estás haciendo algo que te apasiona, estás comprometiendo tu ser todos los días».
Al darse cuenta de que no quería seguir trabajando en la banca de inversión, se reinventó como un orador motivacional y autor. Ahora pasa 200 días del año viajando por el mundo dando charlas a auditorios llenos en más de 50 países.
Él explica que debe el gran cambio en su vida al amor de su madre y el apoyo de otras personas, solo así pudo tomar las decisiones correctas a pesar de las adversidades.
«Escogí la luz, de parte de mi madre y de otros con los que no comparto una sola gota de sangre, y la acogí con los brazos abiertos».
Pero, ¿cómo encontró la fuerza, el espíritu, para seguir adelante?
El respondió: «Carmine, aquí está el secreto del éxito, encuentra algo que te encante hacer tanto, que no puedes esperar a que salga el sol para volver a hacerlo», destacó a Forbes.
Su gran fuerza interior y su fuerte convicción de saber que se puede salir adelante a pesar de las adversidades es una fuente de inspiración para el mundo.
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