Una mujer mexicana que perdió a su familia debido al virus del PCCh, encontró un manera de ganarse la vida tras quedarse sola y sin un sustento económico para vivir, gracias a las redes sociales.
Yolanda Hernández es una mujer de 75 años que vive en la Ciudad de México y sufre la enfermedad de Parkinson. Ella perdió a su esposo, sus dos hijas y a su yerno el pasado mes de diciembre, tras haber contraído el virus del PCCh, que causa la enfermedad de COVID-19, según Telediario.
“Nunca pensé que mis hijas se fueran tan rápido y que no pude abrazarlas ni nada. Ese es para mí el dolor más grande”, dijo.
Al quedarse sola tras el fallecimiento de sus seres queridos, tuvo que buscar una forma de trabajar para ganarse la vida. A pesar de su enfermedad y el dolor de la pérdida, ahora se dedica a tejer prendas: desde ropa para figuras religiosas, hasta suéteres, zapatos, gorros y mascarillas.
«Me gusta tejer porque me hace sentir útil y con esto puedo ayudar a otros y hacer lo que me gusta», dijo Hernández.
Después de que su historia se diera a conocer en las redes sociales, la gente comenzó a contactarla a través de una página de Facebook en la que exhibe sus diseños. Ellos pueden hacer pedidos vía Internet y así ayudarla.
Ante la respuesta de la gente, Hernández ha respondido con mensajes de agradecimiento por el interés y apoyo que ha recibido.
“Agradezco mucho a las personas que quieren apoyarme económicamente, pero me gustaría corresponderles de alguna forma con mi trabajo”, escribió en su cuenta de Facebook.
Hernández dijo que solo desea trabajar para vivir. «No quiero más».
Ahora Yolanda tiene trabajo debido a gente que le ha tendido la mano, incluso sin conocerla, y le ha solicitado tantas prendas que ha tenido que enviar mensajes pidiendo paciencia a sus clientes.
“Les mando bendiciones a las personas que se han tomado el tiempo de tener un pensamiento, un mensaje, el hacerme sentir que tengo algo que ofrecer a la vida y a los seres que me rodean. Gracias y que Dios les bendiga”, escribió.
A veces, las pequeñas acciones en un momento de gran necesidad, pueden hacer la diferencia en la vida de una persona.
Sobreviviente de COVID-19 dice que recitar estas palabras le ayudó a recuperarse
Osnat Gad, residente de Long Island , sufrió síntomas de COVID-19 durante más de un mes en 2020.
El primer síntoma extraño que notó fue perder el sentido del gusto y el olfato. Dos días después, ni siquiera podía levantarse de la cama. Gad tuvo la sensación de que había contraído el virus.
Al día siguiente, sintiéndose aún peor, Gad solicitó atención urgente de un hospital. Allí, dio negativo por gripe estacional y le dijeron que se fuera a casa, se pusiera en cuarentena durante dos semanas.
Gad realizó un seguimiento de sus niveles de oxígeno y temperatura, que se mantuvieron en niveles normales. Después de una semana, pensó que había mejorado. Entonces, un día, se levantó para lavar la ropa y comenzó un “segundo ataque”.
“No podía moverme”, dijo.
Después de un tiempo, se recuperó y su médico le dijo en una videoconferencia que otros pacientes con COVID-19 tuvieron un segundo ataque después de una semana de retroceso de los síntomas.
Gad se sentía profundamente sola. Llamó a sus amigos para pedirles ayuda. Algunos le aconsejaron respirar vapor, pero nada funcionó. Entonces, su amiga Anna, le dijo una frase en chino, pero la cabeza de Gad estaba tan borrosa que no pudo escuchar ni recordar la explicación.
Anna le dijo que simplemente repitiera estas palabras: “Falun Dafa Hao. Zhen Shan Ren Hao”. Estas palabras están formadas por nueve caracteres en chino que se traducen como “Falun Dafa es bueno. Verdad, Benevolencia y Tolerancia son buenas”.
¿Qué tenía que perder? Ella dijo las palabras y sintió que el oxígeno volvía a entrar en su sistema.
“Estaba muy enferma e indefensa. Confié en que mi amiga Anna tenía el mejor interés en su corazón. Sé que ella se preocupa por mí y quería que sanara. Su pasión y fuerza fue la razón por la que comencé a recitar [esas palabras]”, dijo.
Nunca imaginó que recitar simplemente tres palabras salvaría su vida. Gad dijo que era como si estas palabras le enseñaran a su cuerpo a respirar de nuevo y cuanto más las decía, mejor se sentía.
“[Decir esto] cambió completamente mis niveles de energía, dijo. «Sé que esto me salvó, porque aprendí a respirar diciendo el mantra […] Fue increíble”, agregó.
El efecto fue inmediato, pero ella quería seguir diciendo las palabras. Repetía las palabras al levantarse y antes de quedarse dormida
Después de lo que pareció un milagro, Gad tenía que saber qué era exactamente Falun Dafa. Así que llamó a Anna para saber más. Investigó y se interesó por aprender los ejercicios y la meditación.
Falun Dafa es una práctica espiritual que se introdujo al público en China en la década de 1990, promueve ejercicios suaves, meditación y vivir según los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia para mejorarse uno mismo.
“Estoy leyendo sobre la fuerza interior que tenemos dentro de nosotros y solo depende de nosotros usarla siendo buenos humanos”, dijo Gad.
Gad continuó diciendo las frases todo los días y poco después, decidió comenzar a practicar Falun Dafa.
“Estoy extremadamente feliz de practicar e incorporar Falun Dafa a mi vida”, dijo. «Me ha mostrado una nueva manera de ver la vida”, agregó.
“Tengo que estar muy agradecida con Falun Dafa”, dijo. “Puedo decir que me salvó”.
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