Al ver a una anciana sola en una concurrida calle de Idaho pidiendo a unos desconocidos que la llevaran a su restaurante favorito, dos hombres decidieron ayudarla. Cuando se enteraron que era su 80º cumpleaños, fueron un paso más allá, invitándola a desayunar.
Benjamin Whiteleather, de Boise, Idaho, dijo a The Epoch Times que él y su viejo amigo Matthew Peppersack se dirigían al trabajo cuando vieron a Zoe.
«Estaba de pie en la concurrida calle, haciendo señas a los autos para que se detuvieran. Ninguno se detuvo», dijo Benjamin, de 38 años. «Miré a Matt y le dije que quizá necesitaba ayuda. Fue entonces cuando conocimos a Zoe».
Zoe dijo a los hombres que iba caminando hasta que sintió que su cuerpo se «congelaba» y no pudo moverse más. Quería ir a un restaurante Shari’s para tomar su desayuno de cumpleaños. Sin dudarlo, Benjamin y Matthew la ayudaron a subir a su camioneta. Pero hicieron algo más que acercarla.
«La acompañamos a desayunar y a tomar un café, y le preguntamos si podíamos sentarnos con ella», dijo Benjamin. «Escuchamos su historia; está sola, sin familia aquí, sin auto y sin apoyo».
Los dos amigos acompañaron a la solitaria cumpleañera durante una hora y al final pagaron el desayuno, dejando cada uno un billete de veinte dólares para Zoe.
Antes de despedirse, Zoe le dijo a sus nuevos amigos que esa noche iba a tener una fiesta en un local. Desafortunadamente, ni Benjamin ni Matthew pudieron asistir, pero compartieron la historia de Zoe y su invitación con «todo el mundo» en una página local de las redes sociales, con la esperanza de conseguir algo de apoyo para la simpática mujer.
Recibieron cientos de comentarios.
Matthew y Zoe. (Cortesía de Benjamin Whiteleather)
«Reflexionando, me alegra que no haya pasado [su cumpleaños] sola», dijo Benjamin a The Epoch Times. «Zoe se sorprendió de nuestras acciones. Estaba muy agradecida y llena de muchas historias, realmente es una mujer increíble».
Dijo que no ha visto ni ha sabido nada de Zoe desde entonces. «Solo puedo esperar que mi mensaje haya llegado. La vida consiste en ser servicial y en ayudar a los demás cuando podemos hacerlo», añadió.
Benjamín, que fue adoptado de Colombia en 1985, es propietario de un negocio de mantenimiento durante el día y mesero en la noche. Dice que él y Matthew son amigos desde hace años, que ambos son padres orgullosos y que comparten un interés común por ayudar a la comunidad que los vio crecer.
«Intentamos ayudar a nuestra comunidad en la medida de lo posible, [desde] ayudar a personas con ingresos fijos hasta trasladar gratuitamente a mujeres y niños maltratados», explicó. «Velando por nuestra comunidad, nuestros niños y nuestros ancianos, solo tratamos de ofrecer positivismo».
Zoe, 80 años. (Cortesía de Benjamin Whiteleather)
«Ambos hemos luchado para llegar a donde estamos, y sé que personalmente no podría haberlo hecho sin la ayuda de los demás. Por eso, simplemente lo retribuyo», reflexiona.
Benjamin se vio personalmente afectado por la pandemia, ya que en 2021 perdió su casa, su negocio y sus amigos más cercanos. Sin embargo, ver a su hijo de 14 años convertirse en «un joven increíble» le recuerda lo que más importa.
Aquel día fuera del DMV, Zoe importaba.
«Sé que ese año fue muy solitario para muchos», explicó Benjamin. «Solo quise que [Zoe] se sintiera apreciada y querida; no fue un acto de bondad a mis ojos, fue solo siendo un ser humano, mostrando compasión y amor por los demás».
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