Una rescatista y enfermera de California, además de ayudar a salvar vidas humanas, también se dedicaba a salvar perros y buscarles una familia para vivir. Desafortunadamente, murió tras perder la batalla contra el virus del PCCh.
Valerie Louie, de 60 años de edad, era enfermera y trabajó durante 32 años en el Hospital Highland de Oakland. Era madre soltera de Andrew Louie, de 21 años, y una reconocida rescatista voluntaria de la organización Rocket Dog Rescue, informó el NY Times.
Además de servir en el sector salud, su vocación era ayudar a los animales indefensos, rescatarlos de situaciones vulnerables y posteriormente encontrarles una familia que los pudiera adoptar. Era conocida por tener muy buena mano e intuición, al elegir el perro indicado para el dueño preciso.
Desafortunadamente, se contagió con el virus del PCCh, que ocasiona la enfermedad de COVID-19. Tras dos semanas de permanecer en la unidad de cuidados intensivos, falleció el 25 de noviembre en el Centro Médico del Pacífico de California en San Francisco.
Aún no está claro cómo es que se contagió, según CBS de San Francisco.
Su hijo también se infectó con el virus, pero tuvo una recuperación favorable.
Tras la lamentable pérdida, la comunidad de Rocket Dog Rescue y varias personas que tuvieron relación con Louie, expresaron sus condolencias y recordaron la gran labor que realizó en el ámbito animalista.
“A lo largo de los años, la influencia de Val en Rocket Dog fue incalculable. Tuvo muchos papeles diferentes y lanzó programas e iniciativas, incluyendo nuestro programa de vacunación”, escribió la organización en una publicación en sus redes sociales.
Cualquier persona que haya adoptado un perro a través de ella, sabe que fue “una persona dedicada y talentosa en la búsqueda de un compañero, ayudando a miles de personas a encontrar su perro perfecto”, continuaba la publicación.
También varios usuarios recordaron sus historias y cómo Louie los ayudó en su momento.
“Val me presentó a mi primer rescate y mejor amigo hace más de 12 años. Aquel rescate vivió hasta los 17 años. Val era tan servicial y apasionada por los animales. Incluso condujo hasta mi condominio para ayudarme a aprender a aclimatar a mi perro rescatado, a adaptarme, etc. Mi corazón está destrozado por su hijo, por sus compañeros de Rocket Dog Rescue, y por muchos más a los que llegó con su dedicación”, escribió una usuaria en un comentario de Facebook.
“Conocí a Val hace varios años cuando estaba considerando adoptar uno de sus animales rescatados. Ella era una alegría y su amor por los animales era fuerte y contagioso. Tendrá muchos amigos esperándola al otro lado del arco iris”, se lee en otro comentario.
El legado de esta recordada rescatista permanecerá en los corazones de muchos animales y personas a las que ayudó.
Las historias de la lucha contra COVID-19 son diversas y aunque algunas personas no logran vencer la batalla, algunas otras han mostrado recuperaciones inesperadas.
Sobreviviente de COVID-19 dice que recitar estas palabras le ayudó a recuperarse
Osnat Gad, residente de Long Island , sufrió síntomas de COVID-19 durante más de un mes.
El primer síntoma extraño que notó fue perder el sentido del gusto y el olfato. Dos días después, ni siquiera podía levantarse de la cama. Gad tuvo la sensación de que había contraído el virus.
Al día siguiente, sintiéndose aún peor, Gad solicitó atención urgente de un hospital. Allí, dio negativo por gripe estacional y le dijeron que se fuera a casa, se pusiera en cuarentena durante dos semanas y tomara Tylenol cada cuatro horas. Aunque los médicos y enfermeras aún no realizaban pruebas para COVID-19 le dijeron que era probable que lo tuviera.
Gad realizó un seguimiento de sus niveles de oxígeno y temperatura, que se mantuvieron en niveles normales. Después de una semana, pensó que había mejorado. Entonces, un día, se levantó para lavar la ropa y comenzó un “segundo ataque”.
“No podía moverme”, dijo Gad. Después de un tiempo, se recuperó y tuvo una videoconferencia con su médico, quien le dijo que había otros pacientes con COVID-19 que también tuvieron un segundo ataque después de una semana de retroceso de los síntomas.
“[El COVID-19] se quedó conmigo más de un mes, tal vez seis semanas. Si no respiraba, tal vez no podría mejorar”, dijo.
Gad se sentía profundamente sola. Llamó a sus amigos para pedirles consejos. Algunos le aconsejaron respirar vapor. Nada funcionó. Entonces, una de sus amigas, Anna, le dijo algo en chino y la cabeza de Gad estaba tan borrosa que no pudo escuchar ni recordar la explicación.
Anna le dijo que simplemente repitiera estas palabras: “Falun Dafa Hao. Zhen Shan Ren Hao”.
¿Qué tenía que perder? Ella dijo las palabras y sintió que el oxígeno volvía a entrar en su sistema.
“Estaba muy enferma e indefensa. Confié en que mi amiga Anna tenía el mejor interés en su corazón. Sé que ella se preocupa por mí y quería que sanara. Su pasión y fuerza fue la razón por la que comencé a recitar [esas palabras]”, dijo.
Nunca imaginó que recitar simplemente tres palabras salvaría su vida. Gad dijo que era como si estas palabras le enseñaran a su cuerpo a respirar de nuevo y cuanto más las decía, mejor se sentía.
Las palabras están formadas por nueve caracteres en chino que se traducen como “Falun Dafa es bueno. Verdad, Benevolencia y Tolerancia son buenas”.
Ella comenzaba sus mañanas con las palabras y las decía antes de quedarse dormida. El efecto había sido inmediato, pero ella quería seguir diciendo las palabras.
Después de lo que pareció un milagro, Gad tenía que saber qué era exactamente Falun Dafa. Así que llamó a Anna para saber más al respecto.
“Tengo que estar muy agradecida con Falun Dafa”, dijo. “Puedo decir que me salvó. Me enseñó a respirar”.
La cultura tradicional china tiene una larga historia de sistemas de “autocultivación”, o prácticas para mejorar mente y cuerpo. Falun Dafa es una práctica espiritual que se introdujo al público en China en la década de 1990, promueve ejercicios suaves, meditación y vivir según los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia para superarse a sí mismo.
Gad se dio cuenta y sintió que decir esas palabras como un mantra era una forma de “autoayuda”.
“[Decir esto] cambió completamente mis niveles de energía. No sé si está asociado o no, no soy médico, pero sé que esto me salvó, porque aprendí a respirar diciendo el mantra, ¿entiendes lo que digo? Fue increíble”, dijo.
Gad investigó más sobre Falun Dafa y se interesó por aprender los ejercicios y la meditación.
“Estoy leyendo sobre la fuerza interior que tenemos dentro de nosotros y solo depende de nosotros usarla siendo buenos humanos”, dijo Gad. “Espero poder estudiarlo profundamente”.
Gad continuó diciendo las frases todo los días y, poco después, decidió comenzar a practicar Falun Dafa: “Estoy extremadamente feliz de practicar e incorporar Falun Dafa a mi vida”, dijo.”Me ha mostrado una nueva manera de ver la vida”.
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