Una nueva encuesta de CBS/YouGov mostró que casi dos tercios de los estadounidenses dijeron que la economía de Estados Unidos está en mal estado —el peor resultado desde el momento más crítico de la pandemia del verano pasado— mientras que el 84% de los que dieron una calificación negativa a la economía culparon a la inflación.
La encuesta, realizada entre el 15 y el 19 de noviembre sobre una muestra representativa a nivel nacional de 2058 adultos, mostró que el 64 por ciento de los encuestados dijo que la economía está «bastante mal» o «muy mal». Se trata de la peor lectura desde el verano del año pasado, según la CBS, cuando los cierres por pandemia y otras cuestiones relacionadas con los brotes provocaron la preocupación de la gente.
Las razones principales entre los que dijeron que la economía está en mal estado fueron la inflación y el aumento de los costos (84%), el aumento de los precios de la gasolina (74%), la escasez de productos y servicios (71%) y que los negocios aún no han vuelto a la normalidad (60%).
Al mismo tiempo, el 82% de los encuestados afirmó que los artículos que suelen comprar costaban más a principios de noviembre que antes.
La inflación ha surgido como un tema clave de la recuperación económica de la era de la pandemia, erosionando el poder adquisitivo de los estadounidenses, cuyos salarios han subido —pero a un ritmo más lento que los precios.
El aumento de los precios ha sido la causa de que los consumidores consideren de manera pesimista el estado de la economía, que en noviembre alcanzó el nivel más alto de pesimismo de la década, según una encuesta de la Universidad de Michigan.
«El sentimiento de los consumidores cayó a principios de noviembre a su nivel más bajo en una década debido a la escalada de la tasa de inflación y a la creciente creencia entre los consumidores de que aún no se han desarrollado políticas eficaces para reducir el daño de la creciente inflación», dijo Richard Curtin, director de la encuesta, en un comunicado.
Además de convertirse en un tema clave para muchos estadounidenses, el aumento de los precios también se ha convertido en un problema político para el gobierno de Biden.
La encuesta de CBS/YouGov mostró que el 67% de los estadounidenses desaprueba la gestión de la inflación por parte del presidente Joe Biden.
Mientras tanto, la subida de los precios ha alimentado un aumento de las expectativas de inflación en el futuro. La encuesta más reciente de la Reserva Federal de Nueva York sobre las expectativas de inflación de los consumidores mostró que las expectativas de inflación a corto plazo (a un año) aumentaron en octubre hasta el 5.7%, la lectura más alta en la historia de la serie. Las expectativas de inflación a medio plazo (a tres años) se mantuvieron sin cambios respecto al nivel del mes anterior, del 4.2%, que fue un récord.
El aumento de las expectativas de inflación futura ha puesto nerviosos a los funcionarios de la Reserva Federal, que parecen cada vez más preocupados por un posible desanclaje de las expectativas de inflación, una situación en la que la gente empieza a cambiar su comportamiento de gasto en función de las expectativas de futuros aumentos de precios.
El presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, John Williams, dijo la semana pasada que la inflación en Estados Unidos se está convirtiendo en algo más amplio y que las expectativas de futuros aumentos de precios están creciendo.
«Definitivamente hemos visto un repunte de la inflación subyacente en EE. UU. que estudiaremos detenidamente», dijo Williams durante un panel virtual con el economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), Philip Lane.
Williams dijo que el aumento de las expectativas de inflación a corto y largo plazo es un hecho «positivo», ya que las expectativas han revertido algunos de sus descensos anteriores. Al mismo tiempo, los funcionarios de la Fed no querrían que las expectativas de inflación a largo plazo subieran mucho más, añadió Williams.
Esto se produce en un momento en el que varios economistas prominentes, incluidos exfuncionarios de la era Obama, han alertado sobre la creciente inflación, que en octubre alcanzó el 6.2%, su tasa anual más alta desde 1990.
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