LOS ÁNGELES, California—Los izquierdistas de Los Ángeles por la Elección y la Unidad y una amplia coalición de conservadores, liberales, libertarios y otras personas que se oponen a la orden de vacunación se reunieron frente a la sede de LAPD el 30 de noviembre para protestar, exigiendo que el jefe de LAPD, Michel Moore, cese la ejecución de la orden de vacunación del Ayuntamiento de Los Ángeles para los empleados de la ciudad.
Los empleados del gobierno de Los Ángeles deben estar vacunados antes del 18 de diciembre o corren el riesgo de perder sus trabajos, tras una votación unánime en el consejo municipal el 26 de octubre. Antes de la fecha límite, los empleados que no han sido completamente vacunados deberán someterse a las pruebas de PCR por su cuenta. Moore apoyó la orden y dijo que quiere «una fuerza laboral completamente vacunada».
Moore despidió a cinco empleados juramentados del departamento y a un empleado civil el 23 de noviembre por negarse a cumplir con la orden de vacunación.
Anteriormente, el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, había dicho que 77 trabajadores fueron puestos en licencia sin goce de sueldo a partir del 17 de noviembre tras negarse a firmar los avisos que les obligaban a vacunarse contra COVID-19, y que otros 700 empleados estaban en situación de riesgo debido al incumplimiento.
Muchos expresaron su enfado por estas medidas.
Ian Jameson, fundador de Los Angeles Leftists for Choice and Unity, dijo a The Epoch Times que Moore traicionó los derechos constitucionales de sus oficiales y se ha doblegado a los burócratas autoritarios del Ayuntamiento de Los Ángeles para promover su propia carrera.
“Ningún gobierno del mundo tiene derecho a pisotear la autonomía corporal de ningún ser humano», dijo.
«Todos los medios liberales quieren hacer ver que se trata de una teoría de la conspiración de la derecha», continuó Jameson. «Yo soy izquierdista. Soy bastante izquierdista. Me solidarizo con los valientes hombres y mujeres de la policía de Los Ángeles que defienden sus derechos constitucionales negándose a ser vacunados o a presentar pruebas de vacunación. Y le decimos a Michael Moore que o apoya a sus oficiales y se levanta contra este totalitarismo o debe renunciar».
Él considera que la vacuna contra COVID-19 no es segura, ya que se han reportado muchos eventos adversos e incluso muertes posteriores a la vacunación al sistema VAERS de los CDC.
Las vacunas desarrolladas recientemente son de investigación, experimentales y, con frecuencia, letales, enfatizó Jameson.
Los datos más recientes de los CDC mostraron que la cantidad de infecciones, hospitalizaciones y muertes, ha aumentado en los últimos meses.
JC Graves, un activista liberal, dijo a The Epoch Times en el mitin que no confía en la vacuna contra COVID-19.
“Mi hermana tuvo un derrame cerebral el día de su primera inyección de COVID, un derrame cerebral muy grave. Y he escuchado muchas otras historias de daños y muertes”, dijo. «Está muy mal en una sociedad libre coaccionar a las personas para que se vacunen bajo amenaza, de quitarles sus sustentos de vida y sus trabajos para que se les inyecte una vacuna con muchas fugas».
Graves también mencionó que muchos políticos demócratas habían hecho discursos públicos en varias ocasiones, diciendo que el gobierno no puede obligar a las personas a vacunarse. Sin embargo, la política actual es todo lo contrario.
«Esto se ha convertido en algo muy fascista», dijo. «Desprecio absolutamente lo que el Partido Demócrata está haciendo y el hecho de estar detrás de estas ordenes. Es suficiente para hacerme abandonar el partido. He sido demócrata toda la vida».
Hasta el 11 de septiembre, seis oficiales de LAPD habían presentado una demanda contra la ciudad por la orden de vacunación, la cual dicen, viola los derechos constitucionales de los empleados a la privacidad y al debido proceso.
Al cierre de esta edición, Moore no ha respondido a The Epoch Times una solicitud de comentarios sobre la protesta.
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