Beijing podría usar a Cuba como una ficha de negociación con Estados Unidos respecto a Taiwán, -si como se informa- instala en la isla una base de espionaje, dice el analista Rafael Marrero.
The Wall Street Journal informó por primera vez este jueves que Cuba albergará una base secreta de espionaje chino orientada en EE.UU. tras un acuerdo secreto entre los regímenes comunistas de Beijing y de La Habana, citando funcionarios familiarizados con el tema de inteligencia. La base sería utilizada por el régimen chino para espiar las llamadas telefónicas, correos electrónicos y comunicaciones satelitales de EE. UU., según dijeron los funcionarios al medio.
Ante estos informes, Marrero dijo a The Epoch Times en Español que «el mensaje es alto y claro: EE. UU. es un ‘tigre de papel’, tal y como vaticinó Mao Tse Tung, y, si no actuamos rápida y contundentemente, nos pueden vencer», refiriéndose a la expresión del exlíder chino para calificar a aquel que aparenta representar una amenaza, pero que resulta ser inofensivo.
«Creo que los chinos usarán a Cuba como ficha de negociación con EE. UU., como hizo la ex Unión Soviética durante la crisis de los misiles. Básicamente, quieren meter a la isla en medio del conflicto por Taiwán», agregó el también autor del bestseller internacional de Amazon «América 2.0: la guerra de independencia de EE. UU. contra China».
La crisis de los misiles de 1962 en Cuba ocurrió durante el apogeo de la Guerra Fría. La Unión Soviética desplegó misiles con capacidad nuclear en Cuba bajo el liderazgo de Fidel Castro, poniendo al mundo al borde de una catástrofe nuclear. Estados Unidos respondió optando por poner en cuarentena a la isla.
El Partido Comunista Chino (PCCh) que rige a China como un estado unipartidista, promueve la política de “una sola China” y reivindica falsamente a Taiwán como una provincia separatista. Mientras que el país mantiene su independencia como una isla autónoma y democrática.
Marrero cita la frase del almirante y comandante en jefe de la Flota del Pacífico de EE. UU. durante la Segunda Guerra Mundial, Chester W. Nimitz: “’Es función de la Armada llevar la guerra al enemigo para que no se pelee en suelo estadounidense’”, diciendo: «sin lugar a dudas, los chinos comunistas nos están cazando la pelea y han traído su guerra contra EE. UU. al estrecho de la Florida, a la isla de Cuba. Han traído la situación del Indo-Pacífico al Caribe y al Atlántico».
Las tensas relaciones entre Estados Unidos y China se agravan a raíz de las acciones cada vez más intrusivas de Beijing hacia Taiwán.
El experto dijo que «con esta brillante y audaz movida geoestratégica y militar» de la base secreta de espionaje chino en Cuba «el PCCh y su Ejército rojo han puesto en jaque a nuestro país en lo que respecta a sus intereses político-militares sobre Taiwán en el hemisferio occidental».
Marrero explicó que este nuevo acto de espionaje chino contra Estados Unidos, y desde Cuba—a tan solo unas 100 millas de Florida—es el resultado de varios factores tanto internos como externos.
El experto señala como primer factor: «La débil administración Biden y su énfasis en temas no centrales a la misión crítica de las Fuerzas Armadas en EE. UU.», señalando que esos temas no centrales incluyen el cambio de nombre de las bases militares, la imposición de la teoría crítica de la raza y la identidad de género.
El segundo factor, que menciona Marrero, es que «China es una potencia en ascenso, que desea desbancar a EE. UU. como principal potencia global en esta década».
Como tercer factor señala el desarrollo de la Marina de Guerra china, que impulsa sus intereses hegemónicos globales y potencia sus operaciones en el exterior, llevando una «gran presencia económica, social y militar en el mundo, en general, y en América Latina, en particular».
Y como cuarto factor, hace hincapié en la actual política exterior de EE. UU. que, «definitivamente, debe reorientarse en todos los sentidos para frenar el avance del social-imperialismo chino». Y agregó que considera «firmemente que es hora de invocar la Doctrina Monroe y priorizar los intereses de nuestra nación tanto dentro como fuera de nuestras fronteras».
La Doctrina Monroe, una política exterior de EE. UU. elaborada en 1823 por el secretario de Estado, John Quincy Adams, durante la administración del presidente James Monroe, fue empleada como una advertencia ante cualquier intento de colonización o intervención de Europa en América durante el siglo XIX.
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