Cientos de miles de argentinos han firmado una petición para mostrar su rechazo a un acuerdo entre el gobierno de Fernández y China para crear granjas industriales de cerdos, en medio de las preocupaciones sobre las diferentes amenazas que plantea asociarse con el régimen chino, que van desde sus antecedentes de encubrimiento de epidemias hasta las condiciones ambientales y sanitarias.
En la petición— titulada “No a la propuesta de China para ser sus fabricantes de cerdos y de nuevas pandemias” y organizada por la actriz y modelo activista Liz Solari—se manifiesta la preocupación de que Argentina se exponga a “nuevas crisis de salud y económicas” al aceptar un acuerdo con el Partido Comunista Chino (PCCh).
En julio se reportó que Argentina buscaba firmar un memorándum de entendimiento con Beijing mediante el cual se impulsaría la producción local de cerdos, luego de los masivos sacrificios de cerdos en China debido a la fiebre porcina africana. China perdió cerca de 20 millones de toneladas de carne porcina a causa de la enfermedad.
«Los encubrimientos de China han permitido la propagación del ganado hoy, amenazando a los criadores de cerdo de todo el mundo. Desde el brote en China, la peste porcina africana ha estallado en 10 países de Asia», dice la página, añadiendo que esta enfermedad ha «arruinando los medios de vida de muchos pequeños granjeros y sacrificando la vida de aproximadamente 400 millones de cerdos”.
«Por esta razón las empresas del país asiático están interesadas en invertir en Argentina. Su objetivo, evitar que futuras epidemias o pandemias nazcan nuevamente en sus tierras, instalarse en otros países y abastecer su mercado de carne de cerdo, la que más consumen, sin tener que producirla ellos», añadió la petición.
Hasta el momento, la petición ya alcanzó más de 200,000 firmas.
El acuerdo entre ambos países, que iba a ser firmado en agosto, prevé una inversión total de más de USD 3 millones en cuatro años a cambio de un producción de 822,00 toneladas de carne porcina para la exportación a China, según un documento de la cancillería argentina obtenido por La Nación.
Sin embargo, Argentina lo postergó hasta noviembre para integrar un artículo que garantiza la protección del medio ambiente, los recursos naturales y la bioseguridad, luego de una gran presión pública.
La peste porcina africana (PPA) se originó en África oriental y llegó a Europa oriental en 2007. La PPA llegó a China en agosto de 2018, y para el año siguiente, China ya había perdió al menos la mitad de sus piaras debido a la mala gestión de Beijing frente a la enfermedad. Dado que China posee más de la mitad de la población porcina del mundo, no hay suficientes cerdos en el resto del mundo para llenar ese vacío.
Según un estudio del 29 de junio publicado en la revista estadounidense “Proceedings of the National Academy of Sciences”, los investigadores chinos identificaron un virus de gripe porcina llamado G4, que puede propagarse entre los humanos. El virus evolucionó a partir de la cepa H1N1, que causó una pandemia mundial de gripe en 2009, y se ha detectado en más de 30,000 cerdos en 10 provincias de China en los últimos años.
Sin embargo, al igual que con el virus del PCCh—comúnmente conocido como el nuevo coronavirus—Beijing negó o restó importancia a la gravedad de esta epidemia de ganado.
Con el COVID-19, el régimen chino se dedicó activamente a encubrir la información relativa a la propagación del nuevo coronavirus.
“Las investigaciones demuestran que el PCCh podría haber reducido el número de casos en China hasta en un 95 por ciento si hubiera cumplido sus obligaciones en virtud del derecho internacional y hubiera respondido al brote de manera coherente con las mejores prácticas”, según una auditoría de los republicanos del Congreso de Estados Unidos.
Este encubrimiento ha resultado en la muerte de más de un millón personas en el mundo hasta el momento, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins. Este comportamiento negligente por parte del régimen chino estaría repitiéndose con la peste porcina africana en el país asiático.
Los agricultores chinos en Beijing informaron a las autoridades de Beijing sobre brotes de la enfermedad en la localidad, pero dijeron que estos nunca fueron registrados en las estadísticas oficiales. Los funcionarios locales también se negaron a realizar pruebas a los cerdos cuando se reportaron muertes masivas y evitaron informar de los brotes por temor a consecuencia políticas.
El encubrimiento de la PPA permitió la propagación del virus hasta el punto que amenazó en marzo a los productores de todo el mundo, de acuerdo con veterinarios, analistas del sector y productores. Nuevos brotes de la enfermedad, se han reportado recientemente en nueve provincias chinas, entre ellas Hubei, Yunnan y Jiangsu.
Por otro lado, el pedido argentino alerta de las condiciones insalubres de crianza en las granjas industriales «donde millones de animales nacen, crecen en espacios sucios, sin tener acceso al movimiento, y por consecuencia tienden a enfermarse».
«Aquí se crea el ambiente perfecto para la propagación de las llamadas supercepas de gripe», afirman.
En un video enlazado en la petición, se muestra una escena filmada en China donde unos cerdos son quemados vivos en una fosa en diciembre de 2018 porque portaban el virus de la PPA. Según se reporta, esta es una práctica común cada vez que existe el temor de una infección por virus en China.
Entre otras de las preocupaciones que comparte la petición, afirman que estas fábricas industriales de cerdos «generan incendios de humedales y bosques, contaminación de agua, aire y tierra, enfermedades zoonóticas, gases de efecto invernadero que aceleran el cambio climático y tortura y matanza animal».
«Esto no estaría beneficiando a la sociedad argentina. No le provee buenos alimentos, ni una mejor calidad de vida y nos expone a nuevas crisis de salud y económicas», señala la petición.
Con información de los reporteros de The Epoch Times, James Gorrie, Daniel Holl y Simone Gao.
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