Un asesor de alto rango de la Casa Blanca denunció la «sorprendente falta de diversidad de voces» bajo el régimen comunista chino, en el primer discurso conocido donde un funcionario estadounidense habla en chino mandarín.
Matthew Pottinger, asesor adjunto de seguridad nacional de la Casa Blanca en Asia, destacó la supresión del régimen de aquellos que intentaron decir la verdad en medio del brote del virus del PCCh , incluidos médicos y periodistas ciudadanos, y los calificó de «ciudadanos cívicos» que realizaron «grandes actos de valentía».
«El cliché de que no se puede confiar la democracia en los chinos fue (…) la idea más antipatriótica de todas», dijo Pottinger en un discurso pronunciado en chino mandarín durante un evento de panel virtual realizado por el Centro Miller de la Universidad de Virginia el 4 de mayo.
Pottinger dijo que pronunció el discurso en idioma chino para poder abrir una conversación con ciudadanos en China y la diáspora china.
Bajo el sistema de partido-estado de China, «a veces es difícil cortar el ruido, ya sea de propaganda, de los medios de comunicación de propiedad estatal en China o del ecosistema de redes sociales cuidadosamente seleccionado», dijo.
Pottinger estudió el idioma chino hace 25 años en Beijing y se convirtió en corresponsal en China para The Wall Street Journal. Mientras informaba, fue arrestado una vez por agentes del gobierno. En otra ocasión, fue golpeado en la cara por agentes mientras investigaba las ventas ilícitas de combustible nuclear de una empresa china a países extranjeros, según su cuenta escrita publicada en el WSJ.
Dijo que la falta de tolerancia de Beijing a las voces críticas ha empeorado en los últimos años.
«Se necesita valor para hablar con un periodista, o para trabajar como uno, en la China de hoy».
A pesar de la regla de puño de hierro del régimen, las chispas del libre pensamiento no han cesado, dijo Pottinger, citando los meses de protestas sin parar en Hong Kong para resistir la invasión del régimen chino en la región, que a veces llevó a millones a las calles.
«Cuando los gobiernos eliminan los pequeños actos de valentía, siguen los grandes actos de valentía», dijo.
Otros actos recientes de valentía que citó: ciudadanos regulares que fueron castigados por decir lo que piensan sobre el encubrimiento temprano del brote del virus por parte del régimen; periodistas que desaparecieron luego de filmar videos de lo que estaba sucediendo en Wuhan; y los médicos castigados por dar la alarma sobre la propagación del virus.
Pottinger citó una publicación en las redes sociales de Li Wenliang, un médico denunciante que finalmente murió del virus del cual advirtió a otros: “Creo que debería haber más de una voz en una sociedad sana, y no apruebo el uso del poder público para interferencia excesiva».
El discurso del principal asesor se produce al momento que Estados Unidos intensifica sus llamamientos para que China rinda cuentas por la pandemia.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, recientemente criticó a los funcionarios chinos por difundir la «desinformación comunista clásica» para desviar la atención sobre el mal manejo del virus por parte de China, mientras que el presidente Donald Trump sugirió imponer sanciones económicas a Beijing por su papel en la propagación global del brote. Los fiscales generales en Missouri y Mississippi han presentado demandas por separado contra el régimen. Algunos legisladores también han propuesto que el régimen chino pague reparaciones.
«Estados Unidos no está buscando medidas punitivas aquí», dijo Pottinger en respuesta a una pregunta sobre sanciones económicas en Beijing. “Lo que el presidente Trump está buscando hacer es continuar con la política que siguió, la política que implementó, que es tener una relación recíproca y justa con China, no uno en el que Estados Unidos nos permita ser aprovechados con la esperanza de que de alguna manera China se liberalice automáticamente».
Hablando en el aniversario del movimiento del 4 de mayo, una protesta liderada por estudiantes en 1919 en la Plaza de Tiananmen que radicalizó el pensamiento intelectual chino, Pottinger dijo que el evento puede servir como la base filosófica para que los chinos reclamen sus libertades.
Las aspiraciones democráticas incumplidas de hace un siglo fueron un recordatorio para que los chinos tomen el destino en sus propias manos, dijo.
“La forma en que China se gobierne dependerá de los chinos. No le corresponde a nadie más decidir».
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