Días después de que el director del FBI, Christopher Wray, dijera que el origen de la pandemia de COVID «muy probablemente sea un potencial incidente de un laboratorio de Wuhan», el presidente Joe Biden se alejó bruscamente del equipo de prensa de la Casa Blanca cuando se le preguntó si piensa exigir responsabilidades a China.
El 3 de marzo, el presidente se acercó al grupo de prensa que le esperaba en su camino desde la residencia de la Casa Blanca hasta el Marine One.
Cuando llegó a su alcance, la reportera de NTD Iris Tao le preguntó: “Sobre el origen del COVID, ¿responsabilizará a China?”.
Ante la pregunta, Biden «levantó ambas manos encogiéndose de hombros, aparentemente molesto, y luego se dio la vuelta y se alejó hacia el Marine One», según un informe de la Casa Blanca.
La aparente reticencia del presidente a hablar del tema se produjo tras la reciente revelación de que el Departamento de Energía, que supervisa 17 laboratorios estadounidenses, ya en 2021 creía que era muy probable que COVID-19 surgiera de una fuga de un laboratorio.
La conclusión del origen de COVID-19, a la que se llegó con “baja confianza”, se dio a conocer en un informe de inteligencia clasificado actualizado para la Casa Blanca y miembros clave del Congreso en 2021, según The Wall Street Journal
El FBI había llegó previamente en 2021 a la misma conclusión con «confianza moderada».
Wray confirmó en una aparición en Fox News a principios de esta semana que su agencia todavía mantiene esa opinión.
«El FBI ha evaluado desde hace bastante tiempo que los orígenes de la pandemia son muy probablemente un posible incidente de laboratorio en Wuhan», dijo Wray.
«Demos un paso atrás por un segundo. Saben, el FBI tiene gente, agentes, profesionales, analistas, virólogos, microbiólogos, etc, que se centran específicamente en los peligros de las amenazas biológicas, que incluyen cosas como nuevos virus como COVID y la preocupación de que estén en las manos equivocadas», dijo el director, señalando a «algunos chicos malos, un estado nación hostil, un terrorista un criminal», sobre las amenazas que estos podrían plantear.
«Aquí estamos hablando de una potencial fuga de un laboratorio controlado por el gobierno chino que mató a millones de estadounidenses».
Wray añadió que el régimen chino «ha estado haciendo todo lo posible para tratar de frustrar y ofuscar el trabajo» que su agencia, así como el gobierno de Estados Unidos y sus aliados cercanos, están haciendo para descubrir el origen de la pandemia.
El régimen chino ha descartado durante mucho tiempo la posibilidad de una filtración de laboratorio y se ha resistido a los esfuerzos internacionales para investigar los orígenes del virus.
El Instituto de Virología de Wuhan ha recibido durante años fondos federales de Estados Unidos canalizados a través de la organización estadounidense sin ánimo de lucro EcoHealth Alliance para trabajar en investigaciones relacionadas con el coronavirus, como informó anteriormente The Epoch Times.
En un informe publicado el 25 de enero, los investigadores de la Oficina del Inspector General del Departamento de Salud y Servicios Humanos afirmaron que los funcionarios de los Institutos Nacionales de Salud no habían supervisado eficazmente la naturaleza de la investigación realizada por EcoHealth ni habían tomado medidas oportunas para que la empresa cumpliera las condiciones de la subvención.
La posible conexión entre el laboratorio de Wuhan y el origen del COVID-19 ha suscitado recientemente una mayor atención en el Congreso. El 1 de marzo, el Senado aprobó por unanimidad un proyecto de ley por el que se exige a la administración Biden que desclasifique los datos de inteligencia relacionados con el origen del virus.
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