El presidente Joe Biden, destacó la rivalidad de Estados Unidos con China como una de las razones para el retiro de Afganistán, en un discurso pronunciado el 31 de agosto en el que declaró el fin del conflicto de 20 años en la nación desgarrada por la guerra.
Antes de comentar sobre China, dijo que la futura política exterior de Estados Unidos se basaría en dos lecciones de Afganistán.
«En primer lugar, debemos establecer misiones con objetivos claros y alcanzables, no con objetivos que nunca alcanzaremos», dijo Biden en el Comedor del Estado, en la Casa Blanca. «En segundo lugar, debemos mantenernos claramente centrados en el interés fundamental de la seguridad nacional de Estados Unidos de América».
Estados Unidos se alejará de los «despliegues de tropas a gran escala» que tienen como objetivo la construcción de una nación. El cambio «nos hará más fuertes y más eficaces y más seguros en casa», dijo Biden.
«Se trata de poner fin a una era de grandes operaciones militares para rehacer otros países», añadió.
Ahora, Biden dijo que Estados Unidos debe centrarse en las amenazas procedentes de Rusia y, sobre todo, de China.
«El mundo está cambiando. Estamos inmersos en una seria competencia con China», dijo Biden, antes de añadir que «nos enfrentamos a ciberataques y a la proliferación nuclear».
«Nosotros tenemos que reforzar la capacidad de Estados Unidos para hacer frente a estos nuevos desafíos en la competencia por el siglo XXI».
«No hay nada que China o Rusia prefieran, que quieran más en esta competición, que Estados Unidos esté empantanada otra década en Afganistán», concluyó Biden.
En los últimos meses, la acumulación nuclear y las actividades cibernéticas del régimen chino fueron objeto de una estrecha vigilancia.
En julio, el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció que cuatro ciudadanos chinos que trabajaban para el ministerio de Seguridad del Estado de China, la principal agencia de inteligencia del régimen, fueron acusados por una campaña mundial de piratería informática para robar secretos comerciales e información sensible de empresas, universidades y organismos gubernamentales.
También en julio, la Agencia de Seguridad Nacional, la Agencia de Ciberseguridad y Seguridad de las Infraestructuras y la Oficina Federal de Investigación publicaron un aviso conjunto en el que proporcionaron directrices sobre cómo las empresas y los particulares pueden protegerse de las operaciones cibernéticas patrocinadas por el Estado chino.
El almirante Charles Richard, comandante del Comando Estratégico de Estados Unidos, advirtió sobre el «impresionante» ritmo de modernización militar de China durante un simposio celebrado en agosto. Richard expresó específicamente su preocupación por el aumento de las capacidades nucleares de China, que según él permitiría a Beijing «ejecutar cualquier estrategia de empleo nuclear plausible».
La Federación de Científicos Estadounidenses y el Centro James Martin, con sede en California, descubrieron recientemente que China estaba construyendo más de 200 nuevos silos nucleares, tras analizar imágenes de satélite. Los nuevos silos se están construyendo en dos campos distintos en la región de Xinjiang, en el extremo occidental de China, y en la vecina provincia de Gansu.
El analista principal del Instituto de Investigación sobre Defensa y Seguridad Nacional, con sede en Taiwán, Su Tzu-yun, declaró anteriormente a The Epoch Times que la decisión de Estados Unidos de retirarse de Afganistán se tomó para que Washington pudiera trasladar sus recursos militares al Indo-Pacífico, para enfrentarse a China.
En cuanto a la futura relación chino-estadounidense, Su dijo que había indicios de que la administración Biden solo pretendía colaborar con el régimen chino en cuestiones selectivas, temas que no tenían ningún impacto directo en la seguridad nacional o los intereses de Estados Unidos.
Por esa razón, Su dijo que la administración Biden ha optado por colaborar con Beijing en materia de cambio climático.
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